Ir al contenido
_
_
_
_

El pentacampeón Anand sufre mucho para doblegar al argentino Oro, de 11 años, en la semifinal de León

El indio empata con grandes apuros las cuatro partidas rápidas y se impone después en el desempate relámpago frente a un rival asombroso

Oro hace un movimiento ante Anand durante la primera semifinal del Magistral, este viernes en el Auditorio de León
Leontxo García

Es difícil recordar algo más impresionante en las 38 ediciones del Magistral Ciudad de León, de partidas rápidas. El argentino Faustino Oro, quien a los 11 años es uno de los portentos más precoces de la historia del ajedrez, rozó la eliminación de Viswanathan Anand, pentacampeón del mundo, en la primera semifinal. El niño (nunca hubo un participante tan joven en el torneo) empató las cuatro partidas rápidas -malogró una ventaja ganadora en la segunda- y luego cayó, 0-5-1,5, en el desempate rápido. Y se comportó en todo momento como un profesional muy baqueteado.

Anand, de 55 años, elogió mucho a Oro, y subrayó: “Ya me estaba acostumbrando a rivales que tienen un tercio de mi edad, pero Fausti tiene un quinto”. Al derrotado le recordaron que hace sólo cinco años, cuando empezó la pandemia, ni siquiera sabía mover las piezas: “Sí, es realmente un sueño y un honor enfrentarme a una gloria viva como Anand. Estoy sumamente feliz”.

El padre de Faustino, Alejandro, respondió así a EL PAÍS pocas horas antes de la semifinal, cuando la conversación versaba sobre los componentes de la genialidad: “El talento te capacita, el trabajo te sube a la élite y el carácter distingue al campeón del resto de la élite”. Su hijo demostró por la tarde que, si esa fórmula es correcta, está capacitado para ser campeón del mundo: parece claro que nació mentalmente superdotado, a juzgar por los testimonios de sus padres; es un hecho que ambos lo estimularon mucho mentalmente (“A los cuatro años resolvía el cubo de Rubik en menos de dos minutos”, recuerda Alejandro); y este viernes, tras varios años de resultados asombrosos y partidas muy brillantes, demostró en el Auditorio de León que nada le asusta: ni el imponente escenario, ni el público ni que su rival sea uno de los mejores ajedrecistas de la historia (ahora mismo, a los 55 años, es el 11º del mundo en la modalidad rápida; ningún otro de los 30 primeros supera los 50 años).

Los cuatro asaltos con 20 minutos por bando más 10 segundos de incremento automático tras cada lance siguieron un mismo guión: ventaja posicional, mayor o menor, del niño y mejor gestión del reloj del veterano. Los cuatro terminaron en tablas, pero Anand estaba totalmente perdido (con una torre menos) en el segundo cuando, bajo una tremenda presión de tiempo sobre Oro, encontró un milagroso recurso para evitar la derrota. Llamó mucho la atención que, en ese preciso momento, cuando la ventaja aplastante se convirtió en un empate, el prodigio argentino se abstuvo de cualquier gesto emotivo, estrechó la mano de su adversario como si todo hubiera sido normal y se marchó a su camerino para preparar el tercero.

Contrariamente a lo esperado (un claro triunfo del pentacampeón del mundo) se llegó al desempate en la modalidad relámpago (tres minutos por bando y dos segundos de incremento por jugada). Aunque, en su juventud, al indio le llamaban El Rápido de Madrás (la ciudad que hoy se llama Chennai), Oro tiene ya un palmarés brillantísimo en una modalidad todavía mucho más rápida, la de un minuto por bando, en la que ya ha ganado dos veces nada menos que al noruego Magnus Carlsen, el número uno indiscutible, por citar sólo la víctima más ilustre de una larga lista.

Pero esta vez no pudo con Anand, quien, con las piezas negras demostró en la primera partida del desempate que conocía ese tipo de esquema mucho mejor que el argentino. Fue el único asalto de toda la tarde en que el veterano dominó con claridad al niño prodigio. Sin embargo, Oro tuvo su oportunidad en el segundo -dispuso de un golpe que le hubiera dado ventaja ganadora-, pero sólo disponía de unos segundos, no lo vio y se tuvo que conformar con las tablas, que dejaron el marcador final en 3,5-2,5 a favor de Anand.

El indio se enfrentará el domingo al vencedor de la segunda semifinal, que disputarán este viernes el vietnamita Quang Liem Le y el héroe local, Jaime Santos, ganador de la edición de 2023. Pero es muy improbable que el recuerdo principal para la historia de esta trigésima octava edición del Magistral no sea el impresionante juego y actitud de un niño de 11 años, despedido por un estruendoso aplauso de los espectadores, puestos en pie.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Leontxo García
Periodista especializado en ajedrez, en EL PAÍS desde 1985. Ha dado conferencias (y formado a más de 30.000 maestros en ajedrez educativo) en 30 países. Autor de 'Ajedrez y ciencia, pasiones mezcladas'. Consejero de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) para ajedrez educativo. Medalla al Mérito Deportivo del Gobierno de España (2011).
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_