Cejudo castiga una pifia del Espanyol

Cuatro meses y medio y 18 partidos después, Osasuna respira tras otro ejercicio de máxima rentabilidad futbolística que premia su escasa producción ofensiva. 15 goles le valen 18 puntos. Un imperio. El cuadro de Javi Gracia venció al Espanyol con un tanto de Cejudo en la única ocasión de la que dispuso en todo el partido. Su victoria, tras los empates de fin de año ante el Madrid y el Celta, le permite abandonar las posiciones de descenso por primera vez esta temporada.

Agazapado, rocoso, y compacto, el cuadro rojillo se lanzó a la yugular de su adversario en una tonta acción de Javi López cuando iniciaba la jugada desde la zona defensiva del Espanyol. Totalmente solo, el lateral blanquiazul trastabilló tontamente y habilitó a Cejudo. El medio andaluz fue implacable con su remate desde el vértice izquierdo del área.

El Espanyol no supo acelerar el juego ni combinar con la imaginación y el criterio suficientes para desestabilizar el esquema defensivo de Osasuna. Careció de juego por las bandas y de la intensidad y profundidad suficientes para alimentar a sus puntas, Córdoba y Sergio García. Ambos tuvieron que trabajarse los remates como buenamente pudieron, por su cuenta y riesgo.

Sergio García lo hizo a base de picardía, aprovechando una indecisión de Marc Bertran en el despeje, que le permitió enganchar un tiro, ligeramente alto nada más iniciarse el partido. Córdoba embistió como un toro, muy decidido en los mano a mano con los defensas. Así fue como sacó un centro desde la izquierda para Abraham que este remató con un tiro cruzado espléndidamente desviado por Andrés Fernández.

Tras el gol de Cejudo, Osasuna reforzó el entramado defensivo. Cejudo, Armenteros y De las Cuevas enredaron a Simão, David López y Stuani, y el ataque del Espanyol quedó desactivado. Solo chisporroteó con las arrancadas de Córdoba. No tuvo apenas incidencia y solo hizo sonar la señal de alarma de Osasuna en un balón colgado que perseguía Colotto y que fue a aterrizar en el brazo de Oier. El árbitro y el juez de línea no vieron la jugada y varios jugadores del Espanyol perdieron definitivamente la paciencia y los nervios. Ya antes los había perdido también Javier Aguirre, desesperado porque ni siquiera los cambios que introdujo dando entrada a Àlex Fernández y Pizzi avivaron el tono de su equipo. El entrenador mexicano exclamó un par de improperios y el cuarto árbitro le mandó al vestuario.

Mientras, Javi Gracia fue dando resuello a los jugadores que trabajaron a destajo para desmantelar los intentos creativos del Espanyol. Se fueron Cejudo, Armenteros y De las Cuevas, y Osasuna jugó a favor de inventario para cerrar un triunfo que le reflota en la clasificación.