España luce fondo de armario

Ya no una derrota, un gol o dos de diferencia pueden condenar a una selección a perder dos o tres puestos en un Europeo. Es poco habitual encontrar momentos para el asueto en los torneos que se celebran al final de cada año par. Cambia la cosa en un Mundial. La etiqueta de campeón es más prestigiosa, claro, pero en el camino hacia ella siempre aparecen áreas de descanso, ideales para evitar cabezadas inoportunas en los momentos de máxima atención. Días en los que las teóricas indispensables se toman un respiro y las supuestas secundarias disfrutan. Partidos que a Jorge Dueñas le sirven para que el segundo batallón se crezca y le genere, por qué no, un bendito quebradero de cabeza. Encuentros, en definitiva, en los que España exhibe un fondo de armario de alta costura.

Ocurrió este martes ante Argentina, a la que derrotó 25-19, y ocurrirá el jueves ante Paraguay (15.45, Teledeporte), todavía mucho más inferior a tenor de las palizas que está recibiendo el conjunto guaraní. Así las cosas, con la clasificación para octavos en el bolsillo a falta de la posición final, todo el equipo, se presupone, llegará a un notable nivel al encuentro del viernes ante Angola, también asequible, pero ya más serio, un repecho para enfilar la ascensión final sin cesar el pedaleo.

Sería ventajoso, pues, sacar conclusiones de este partido ante Argentina, entre un equipo que puede aspirar a todo y otro al que rivales como España le vienen ciertamente grandes. Tranquiliza, eso sí, comprobar la forma en la que ha llegado Patricia Elorza al torneo, soberana en defensa en los dos primeros partidos y en el primer acto ante Argentina; la importancia de que jugadoras de la talla de Bea Fernández o Nerea Pena cojan confianza en los lanzamientos. Resultan ilusionantes los destellos que deja la benjamina del grupo, Lara González, curtida como está a sus 21 años en el Metz, campeón francés. Le requería el seleccionador sobre todo para reforzar el 6:0, pero también se exhibió unas condiciones ofensivas excelsas. Una demostración más del carrete que tiene España.