El Mallorca, con los nervios destrozados

A la tercera tampoco fue la vencida para Gregorio Manzano, que tres jornadas después de tomar las riendas del Mallorca continúa sin lograr una victoria que apacigüe los ánimos en la isla. Anduvo cerca ante un Getafe que no levantaba cabeza lejos del Coliseum Alfonso Pérez desde diciembre, pero que esta vez fue capaz de remontar un gol en contra explotando al máximo los destrozados nervios de su rival. El Mallorca, que firmó un partido serio, se derrumbó con estrépito en el último cuarto de hora.

En la medida de lo posible, Manzano está tratando de cambiarle la cara al conjunto balear. Acostumbrado, bajo la batuta de Caparrós, a desprenderse de la pelota, el equipo aspira ahora a controlar el juego a partir de la alineación. Manzano se plantó con una acumulación de hombres en el centro del campo y asumiendo el riesgo de una defensa mucho más avanzada de lo habitual. El Mallorca tuvo un arranque formidable –espléndidas las respuestas de Moyá a los envites de Víctor y Hutton– y un leve bajón mediada la primera parte, cuando el Getafe comenzó a vislumbrar el enorme espacio que se abría entre la zaga local y Aouate.

Los de Luis García no tuvieron tiempo de aprovecharlo, porque en ese momento apareció Giovani dos Santos. Tras una larga etapa de adaptación, el mexicano anda muy cerca de su mejor versión: aunque de forma intermitente, vuelve a ser capaz de imprimir un ritmo endiablado a las transiciones y de agitar el frente de ataque desde ambas bandas. Se guisó el gol él solito: arrancó como un cohete desde la línea de cal, trazó una diagonal hacia el área y se deshizo por el camino de Escudero para, finalmente, colocar el balón lejos del alcance de Moyá.

Con el Mallorca a por un segundo tanto que le diera tranquilidad y el Getafe obligado a buscar la portería rival sin descuidar la propia, nadie dio un paso atrás y el partido se convirtió en un ir y venir de área a área. Las ocasiones fueron cayendo en los dos bandos: Alfaro y Víctor para los locales y Colunga para los visitantes. En ésas, Fernando Teixeira Vitienes señaló unas manos de Nunes dentro del área. Marcó Diego Castro y el Mallorca, que no había sido capaz de cerrar el marcador, se echó a temblar.

Fue el momento que había estado esperando el Getafe, que empezó a sumar oportunidades ante un rival psicológicamente hundido. Los goles de la remontada llegaron en la recta final y fueron obra de Colunga, que demostró su versatilidad como rematador con un tanto de cabeza y otro de volea tras las asistencias de Fede y Gavilán. Roto su gafe fuera de casa, el Geta vuelve a alzar la vista hacia las posiciones europeas, mientras que el Mallorca ofrece los inequívocos síntomas de un enfermo sin remedio.