Ferrer se mete en un lío

Cuando llega la derrota (5-7 y 5-7) ante Robin Soderling, pasado ya el agónico intento de remontada (de 3-5 y saque del sueco a 5-5 ganando 13 de 17 puntos), David Ferrer ya sabe que está metido en un tremendo lío: con el suizo Roger Federer destacado tras ganar 6-4 y 6-2 a Andy Murray, no hay ningún jugador clasificado en el Grupo B antes de la última jornada de la round robin, que se disputa mañana. El alicantino, que jugará contra el escocés, es el que parte con menos posibilidades. Si Soderling (una victoria y una derrota) cae con Federer (2-0) , y Ferrer (0-2) ganan a Murray (1-1), se produciría un triple empate a un encuentro ganado y dos perdidos que, según los marcadores de los partidos, se resolvería primero en función de los sets sumados y luego, si fuera necesario, según los juegos conseguidos en todos los encuentros.

Durante toda la primera manga, Ferrer fue un salmón remontando contracorriente. Soderling disparó un 90% de primeros saques, imposibilitando cualquier acercamiento. Arremetió con dureza al resto, apretando al español de lo lindo. Y, bajo la atenta mirada de John Cleese, de los Monty Phython, pareció aprovechar las lecciones de sus últimas derrotas contra el alicantino, vencedor de sus dos últimos partidos (Pekín y Valencia). Compitió a palo limpio, sin dar ritmo.

El público intentó rescatar a Ferrer ("I love you David!"), y Ferrer a sí mismo: levantó hasta tres puntos de set en la primera manga. Fabricó la jugada soñada cuando se enfrentó al cuarto. Saque abierto y toda la pista para elegir el tiro. Ahí, solo una mala decisión en el remate impidió que hiciera suyo el punto, que condenó el partido: Soderling ya solo miró una vez atrás. Ferrer logró su primer punto de break cuando el sueco sacaba por el partido (5-7 y 4-5) y Soderling pagó con el castigo de la rotura su ataque de nervios. Dio igual: el número cuatro venció y metió así al Grupo B en un tremendo lio.