El Mallorca asoma la cabeza

Por fe y ganas, en una segunda parte febril, el Mallorca venció al Almería y lo metió de lleno en el lío de la permanencia. Los baleares se subieron a la espalda de su rival para tomar aire en la clasificación.

Enrocados en la zona caliente, los dos equipos acudían al duelo con sus porteros suplentes bajo los palos. En el Mallorca, el argentino Lux sustituía a Aouate, convertido en puntal del equipo desde su incorporación en invierno. Cuestionado como relevo del largamente lesionado Moyà, Lux se ha visto de nuevo en primera línea en el tramo decisivo de la competición. Ayer respondió bien al órdago. Enfrente, Esteban volvió a defender la meta almeriense por lesión del brasileño Diego Alves.

El partido, de todos modos, no se puso exigente con los guardametas hasta pasado el descanso. Después de unos primeros 45 minutos jugados al trantrán, el Mallorca apretó los dientes tras la reanudación. Los andaluces, que habían contemporizado con la relajada propuesta inicial de los de Manzano, se descompusieron al primer arreón: un saque de esquina mal rechazado que Cléber convirtió en un golazo de chilena por la escuadra.

Tras el gol, subieron vertiginosamente las revoluciones del juego. Clos Gómez se hinchó a mostrar tarjetas y el Almería fio sus opciones a las numerosas faltas de que dispuso en las inmediaciones de la frontal. En los minutos finales, al Mallorca le costó horrores mantener la posesión y a punto estuvo de verse desbordado por la tensión. Pero el Almería no supo achuchar cuando la situación lo demandaba. Lo pagó con un segundo gol que decanta el tanteo directo a favor de los baleares. Una dulce victoria para el Mallorca y para Manzano, que celebró así sus 300 partidos en los banquillos de Primera División.