‘Puñales por la espalda: de entre los muertos’: la tentación de matar en el universo MAGA
No hay quien se crea una sola situación más allá del juego de adivinación en sí mismo, y de las pinceladas ideológicas que el director esconde en su desarrollo

Por muchos muertos que hubiese alrededor, las novelas de Agatha Christie siempre fueron un juego, y no precisamente macabro. De hecho, con el tiempo, sus historias se fueron convirtiendo en recreos culturales y de ocio más o menos explícitos. Acudir en Londres a su obra teatral La ratonera —la pieza que, desde 1952, ha tenido una más larga pervivencia en la cartelera mundial— tiene más de pasatiempo autoconsciente que de descubrimiento de un enredo criminal. Cuatro años antes, en 1948, había nacido en EE UU el Cluedo, un fabuloso juego de mesa que, generación tras generación, mostró al mundo el esparcimiento mental de querer descubrir la identidad de un asesino en torno a un puñado de engolados personajes. Y las películas que adaptaban su fórmula de whodunit —el término inglés que define el subgénero, con su contracción en una sola palabra de la frase “quién lo ha hecho”— se fueron haciendo cada vez más consecuentes con ese carácter puramente lúdico. Cómo no, hasta llegar a la parodia.
Rian Johnson, director juguetón donde los haya, ha sido el último en explotar las características de composición, estructura y roles de la gran dama británica de la intriga detectivesca con una saga de películas cada vez más traviesa y, a la vez, cada vez más alejada de la realidad: Puñales por la espalda. Si en los textos de Christie, pese a su manierismo y sofisticación, seguía manteniéndose una cierta cuota de credibilidad social y de personajes, en esta tercera entrega de la salga de Johnson, De entre los muertos, producida y exhibida por Netflix, ya no hay quien se crea una sola situación más allá del juego de adivinación en sí mismo, y de las pinceladas ideológicas que el director y escritor va trufando en su desarrollo. La inverosimilitud es absoluta, pero ello no evita que se pueda entrar en su dionisiaco divertimento. Eso sí, siempre que se vaya armado de la más notable de las desconexiones cerebrales y de cualquier contacto con todo tipo de cotidianidad.

Podríamos decir incluso que De entre los muertos está, en su tono, en sus ambiciones cómicas y hasta en su retrato de personajes, mucho más cerca de Un cadáver a los postres (1976), la parodia definitiva del universo Christie (¡aquel personaje llamado Bensonseñora!), que de cualquiera de las dos novelas de la señora del crimen en las que podría inspirarse: Muerte en la vicaría y El asesinato de Roger Ackroyd. Johnson, de forma aún más palpable que en sus dos entretenidas, pero en el fondo olvidables, entregas anteriores, compone su película a través de una fotografía, un colorido y una dirección artística que también se escapan de cualquier tipo de realismo. Mientras, tampoco resiste el menor análisis el conjunto de personajes que rodea al monseñor de la iglesia católica, y a la muerte que se investiga: son seguramente los feligreses más inverosímiles de la historia de las creencias religiosas.
Todo esto no tiene por qué ser negativo porque, en esencia, fondo y forma confluyen en ese juego eterno que es la película, siempre en torno a las tentaciones. Demasiado alargado en el tiempo, con algún manierismo narrativo de más, pero fundamentalmente efectivo. De muy corto alcance, pero eficaz para el que busque un rato de Cluedo. Sobre todo, porque hay un elemento sobresaliente que matiza todo el entramado, y eso solo lo pueden hacer los muy brillantes. Ese elemento es físico, interpretativo, palpable, y tiene nombre, apellido y una sonrisa que desarma: Josh O’Connor. Su capacidad para, desde el estupendo prólogo, poner en la tierra a una película tan en las nubes es soberbia.
Por mucho que el director de Brick y Los últimos Jedi se empeñe en querer traer la realidad circundante a su abracadabrante relato criminal por medio de un compendio de personajes que parece haberse escapado de una convención MAGA, es la sencillez interpretativa de O’Connor la que mejor mantiene el conjunto.
Puñales por la espalda: de entre los muertos
Dirección: Rian Johnson.
Intérpretes: Josh O’Connor, Daniel Craig, Glenn Close, Josh Brolin.
Género: intriga. EE UU, 2025.
Plataforma: Netflix.
Duración: 144 minutos.
Estreno: 12 de diciembre.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Más información
Archivado En
Últimas noticias
El ‘Gran Hermano’ más corto de la historia lo ganó una de Jerez, y se fue a quemar Madrid
Última hora de la actualidad política, en directo | María Guardiola alienta el pucherazo tras 48 horas de silencio: “El derecho a votar se ha hurtado”
Un nuevo asentamiento arraiga en una plaza tras el desalojo del B9: “¿De verdad pensaban que íbamos a desaparecer?"
El Banco de Francia mejora sus previsiones de crecimiento pese a la incertidumbre sobre el presupuesto
Lo más visto
- El Supremo condena a ‘Okdiario’ y a Eduardo Inda por intromisión en el honor de Iglesias al acusarle de cobrar de Venezuela
- Los hijos de Isak Andic negocian un acuerdo para pagar 27 millones a la pareja del empresario y cerrar el conflicto por el legado
- Irene Escolar: “Si la gente se droga es porque encuentra en ello una anestesia que necesita. Negarlo es absurdo”
- La asociación mayoritaria de guardias civiles no está de acuerdo con la DGT en sustituir los triángulos por la baliza V16
- Eduardo Casanova anuncia que tiene VIH: “Hoy rompo este silencio tan doloroso”































































