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Cesc Gay, cineasta: “Estamos habituados a películas con protagonistas que dicen cosas superpotentes. Y la vida no va así”

El director de ‘Truman’ o ‘Sentimental’ afronta su primera protagonista femenina en ‘Mi amiga Eva’: “Me había hartado ya de hablar de nosotros”

Cesc Gay, en el rodaje de 'Mi amiga Eva'.Foto: Sophie Koehler
Gregorio Belinchón

Posible primera teoría sobre el cine de Cesc Gay (Barcelona, 58 años): el cineasta y dramaturgo está volcando en su obra lo que oye y ve a su alrededor, a través de historias de una generación y de un lugar, un análisis del que han salido películas rotundas y con mucho humor: En la ciudad, Ficción, V.O.S., Una pistola en cada mano, Truman —su mayor éxito— o Sentimental. “Puede ser”, responde. Y a las que ahora se suma Mi amiga Eva, que se estrena el próximo viernes, 19.

Segunda teoría. Gay se ha convertido en el gran fabulador del conflicto amoroso, un urdidor de material sentimental exportable a todo el mundo: de Sentimental ya se han estrenado sus versiones italiana, suiza, francesa, rusa, checa y se ha rodado la de Hollywood, con Penélope Cruz, Seth Rogen, Edward Norton y Olivia Wilde, que además la ha dirigido. “También es cierto”, concede el cineasta. “La ficción es dar capas a cosas que algunas personas viven en la realidad. Escuchas, ves y desde ahí vas construyendo otra cosa. Mientes. Bueno, creas una mentira, que sirve de basa para la ficción”.

En Mi amiga Eva, el catalán aborda un nuevo mundo, el de una mujer, un regalo que ha dejado en manos de una actriz superlativa, Nora Navas. “Es que me había hartado un poco ya de hablar de nosotros. Y que las tías son... Ahora las mujeres están en un momento vital, con unas posibilidades dramáticas y de historias muy interesantes. Con Nora lo hablé mucho en los ensayos. Antes no se atrevían a hacer eso. Perdón, lo hacían porque tenían a su lado a un hijo de puta con el que no podían más”, explica Gay. Por “eso” se refiere a la acción de Eva: trabajadora de una editorial, felizmente casada y con dos hijos estupendos, un día se da cuenta de que no está enamorada. Un tonteo se cruza en su camino, tonteo al que no da más cancha, pero que le hace despertar. A su alrededor (casi) nadie la entiende: no hay amante, no hay peleas, su marido (Juan Diego Botto) es perfecto. ¿Qué le pasa a Eva?

Cesc Gay conversa con Nora Navas en el rodaje de 'Mi amiga Eva'.

“Es que no tiene por qué pasarle nada”, apunta Gay. “Y conozco dos o tres mujeres que han decidido emprender una nueva vida. Cuando me lo contaron me pareció de una gran valentía y de cierta inconsciencia también, porque ¿adónde iban? Error mío, claro. Las mujeres son más auténticas en estos pasos que los hombres. Antes estaba el lastre o chantaje emocional de la familia, de esos hijos que se quedaban atrás. Por fin, la sociedad ha colocado a las mujeres en un lugar de libertad. Con todo, me llamó mucho la atención que, en esta decisión, las mujeres son muy juzgadas por la familia, los hijos, el entorno, algo que a los tíos no nos pasa tanto”.

Como guionista, Gay ahonda en las posibilidades de la dramaturgia que ofrece esa nueva senda: “Nos encontramos todos en esa búsqueda constante de la felicidad y del amor, ¿no? Ya no es solo él el que puede pensar que lo que encuentra en casa no le apasiona, es que también puede y debe ser ella. Nuestras generaciones precedentes ni se planteaban la pasión en un amor maduro. Hoy, ¿por qué no?”.

Y para completar la escritura, ¿pensó en recurrir a una coguionista? “Sí que me lo planteé. Y hablé con alguna de ellas, pero no acabé de sentir eso que necesitas con otro escritor con el que vas a pasar tantas horas juntos. Mi coguionista habitual, Tomàs Aragay, se mudó a Valencia, y en ese momento no podía ponerse con este filme. Yo conocía a Eduard Sola antes de que llegara su feliz explosión de notoriedad, y me gustó mucho, nos entendimos. Así que recurrí a él para este libreto. El hecho de que tenga 15 años menos que yo aporta al filme una mirada de otra generación, otra sensibilidad. Y pensé, oye, igual que puedes escribir sobre un zombi, ¿por qué no puedes escribir sobre una mujer? Salvando las diferencias, por favor. Y por supuesto, hablé mucho con las actrices, empezando por Nora y Àgata [Roca, que además es su pareja en la vida real], y añadimos al guion muchísimas cosas que aparecieron en los ensayos”.

Cesc Gay conversa con Àgata Roca en el rodaje de 'Mi amiga Eva'.

Además, subraya que disfrutó mucho con el trío que encarnaron Nora Navas, Alexandra Jiménez y Maribel Verdú en su filme precedente, Historias para no contar (2022). “Ellas y la historia que protagonizaba Anna Castillo me hicieron plantearme que si lo estaba pasando tan bien con actrices en esos papeles, podía alargar el disfrute en un nuevo guion”.

Gay no escribe pensando en quién interpretará sus personajes, pero una vez que el reparto ha sido contratado, retorna al guion. “Me obligo mucho a repensar todo. Con Nora sabía que me iba a ir muy bien. Ya hemos trabajado juntos, me conoce mucho incluso en lo personal. Y ella, que posee una faceta muy dramática, porque es una tía fuerte, intensa, también alberga un lado payaso muy poco explotado en el cine”.

Un hilo que enganche al público

El director sigue sin abandonar su pasión por un cine aparentemente pequeño: “Estamos habituados a películas con protagonistas que hacen cosas fuertes, dicen cosas superpotentes... Y la vida no va así. Cuidado, todas las películas son válidas. Mi amiga Eva usa un hilo narrativo pequeño. Sin embargo, estoy convencido de que la gente va a engancharse a ese hilo, no se perderá, acompañará a Eva hasta el final desde lo más íntimo. Tan sencillo como esto”.

En Mi amiga Eva, de manera sutil, se encara la gentrificación en una Barcelona de clase media bien. “No creo que esté desapareciendo la clase media. Sí es cierto que ahora viven en casas pequeñas, comparado con las que habitamos los de más de 50. Mira, a mis 20 años yo era un desgraciado que no tenía nada, y como yo muchísimos colegas a mi alrededor, y, en cambio, vivíamos en unos pisos chulísimos en el Born, en el Gótico. ¿Por qué? Porque estaban hechos una mierda, pero te los alquilaban y tú los arreglabas. Ahora los ves y el alquiler no baja de 3.000 euros al mes”. Obviamente, Eva acaba en un piso enano por su cambio de situación económica.

Cesc Gay, en el rodaje de 'Mi amiga Eva'.

Gay sabe que es un privilegiado encadenando proyectos. “Nunca he hecho películas caras, y eso me ha permitido no tener que pelearme por levantar grandes presupuestos”, explica. “Ese lugar más barato te permite no sufrir tanto. Ah, y que nadie se meta en mi vida creativa, hago lo que me da la puta gana. Cuando me han llegado propuestas grandes, las he rechazado. Así me he ganado la libertad. Claro que he reducido semanas de rodaje, a cambio defiendo las de ensayos. Los actores me entienden, lo disfrutan y por eso tengo la inmensa suerte de que muchos quieran trabajar conmigo, aunque sea en papeles pequeños”.

Por eso ya ha acabado la siguiente película, 53 domingos, para Netflix, adaptación de su obra de teatro homónima. “Siento que hay películas para salas y otras que se manejan mejor en el consumo plataformero, con una duración de 80 minutos. Me llamaron de Netflix tras Sentimental, porque es obvio que ha funcionado por todo el mundo, se adapta sin parar. Bueno, me dijeron: ‘¿Tienes otro Sentimental por ahí guardado?’. Y yo, que ya barruntaba adaptar 53 domingos al cine, envié la obra. Ya estoy rematando el montaje”.

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Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.
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