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Muere a los 76 años Ozzy Osbourne, la voz más carismática del heavy metal

El cantante, que se despidió de los escenarios el pasado 5 de julio, fue fundamental en la difusión de todo un género con Black Sabbath, y se convirtió en una celebridad por su extravagancia y el ‘reality’ ‘The Osbournes’

Retrato de Ozzy Osbourne en Londres, Reino Unido, 1991. Foto: Martyn Goodacre (Getty) | Vídeo: EPV
Carlos Marcos

Ozzy Osbourne se salió con la suya al protagonizar, a última hora, el homenaje que se merecía, hace solo 17 días, el pasado 5 de julio en su ciudad, Birmingham (Inglaterra). Allí voceó sus últimos gruñidos con los compañeros de su gran banda, Black Sabbath, y con la canción bandera del cuarteto que fundó el heavy metal, Paranoid. Ese concierto, al que se presentó en un trono con motivos de murciélago, ha resultado ser la última presencia en público del Príncipe de las Tinieblas.

Hoy martes, su familia ha comunicado que el músico ha muerto a los 76 años: “Con una tristeza indescriptible, informamos del fallecimiento de nuestro querido Ozzy Osbourne esta mañana. Estaba con su familia, rodeado de mucho cariño. Pedimos a todos que respeten la privacidad de nuestra familia en estos momentos”. No se desveló la causa de su deceso aunque durante los últimos años había padecido muchos problemas de salud.

En realidad, Osbourne (nacido en Warwickshire, Inglaterra, en 1948) murió y resucitó en varias ocasiones. Él contaba en su apasionante biografía, Soy Ozzy, que los médicos le decían: “No entendemos cómo sigue vivo”. No fue el cantante con mejores condiciones vocales del rock duro (Rob Halford, Ronnie James Dio o Bruce Dickinson le superan), pero sí el más carismático. Por su extravagante personalidad, por sus miles de anécdotas (mordió a un murciélago que le tiraron al escenario: a ver quién supera eso), por su desquiciada vida, por su renovada popularidad en el reality The Osbournes y también por su reinvención en los ochenta, cuando el mundo de la música le daba por muerto, también en el plano artístico.

Ozzy Osbourne, en su etapa en solitario, en 1985, actuando en el festival Rock in Rio (Rio de Janeiro).

Quizá lo que mejor resume su frenética vida es este párrafo que escribió en su biografía extraído de una de sus muchas visitas al médico: “Una vez me atropelló un avión; bueno, casi. Y me he roto el cuello montando en quad. Durante el coma morí dos veces. También he tenido sida durante 24 horas. Y he creído tener esclerosis múltiple, pero resultó ser un temblor de Parkinson. Ah, y he tenido gonorrea unas cuantas veces. Y un par de convulsiones, como aquella vez que tomé codeína en Nueva York, o cuando me metí la droga de los violadores [éxtasis líquido] en Alemania". Osbourne era así: estrambótico, payaso, excesivo. Envuelto siempre en este desfase, a Ozzy le dio tiempo a frenar y a reflexionar sobre su vida. Sufrió con sus hijos, cuando estos siguieron los perores caminos del padre. Después de una etapa especialmente mala de su hijo Jack, Ozzy le dijo: “¿Qué haces emborrachándote a todas horas, Jack? Nunca te ha faltado de nada ¿Qué te ha faltado, eh, qué te ha faltado?”. Y Jack se le quedó mirando y le dijo: ‘Un padre". Contaba el episodio con pena, quizá también para mirarse en un espejo que muchas veces ofreció una imagen demasiado desagradable de él.

Ozzy creció en un Birmingham de postguerra sombrío e industrial, el de los años cincuenta del siglo pasado, un lugar sin futuro para un chico de clase humilde que provenía de una familia con serios problemas de salud mental. Su infancia fue complicada, con temporadas en las que pasó hambre ya que sus padres, obreros, estuvieron desempleados durante algún tiempo. Con 11 años sufrió abusos sexuales repetidamente por dos niños. Ozzy llegó a pasar por la cárcel por diversos robos.

Ozzy Osbourne junto a Sharon Arden, en Los Ángeles en 1981,

Él y sus tres compañeros de Black Sabbath describieron así Aston, la zona de Birmingham donde nació el grupo: “Si nacías allí tenías tres opciones: trabajar en una fábrica, unirte a una banda de rock o ir a la cárcel”. Ozzy pasó por los tres lugares poco después de cumplir la mayoría de edad.

Junto con Tony Iommi (guitarra), Geezer Butler (bajo) y Bill Ward (batería), Ozzy Osbourne redactó el acta fundacional del heavy metal en los primeros discos de Black Sabbath: música oscura, cargada de pesados y tenebrosos riff de guitarra, con letras inspiradas en las películas de terror que veían en unos cines al lado de su local de ensayo. Los cinco primeros trabajos del cuarteto (de Black Sabbath, de 1970, a Sabbath Bloody Sabbath, de 1973), con temas inmortales como Iron Man, War Pigs o N.I.B., son considerados obras maestras del rock duro y han influido a Metallica, Iron Maiden o Judas Priest.

Siguieron otros álbumes, pero no con la misma calidad. El grupo había entrado de lleno en las drogas y el más afectado fue Ozzy, al que despidieron en 1979. Contra todo pronóstico, Ozzy se recuperó artísticamente en los ochenta de la mano de Sharon Arden, con la que se casó y desde entonces ha sido su manager y hada madrina. Discos como Blizzard of Ozz (1980) o Diary of a Madman (1981) recuperaron al mejor Ozzy, que vivió en lo más alto la época dorada del heavy metal, los años ochenta. Tuvo especial ojo para seleccionar a los guitarristas de su banda, como es el caso de Randy Rhoads, con el que protagonizó momentos estelares del rock duro como la interpretación de Crazy Train.

Con el declive del género y gracias a la visión empresarial de Sharon, el cantante encontró nuevas vías de expresión que le reportaron grandes beneficios económicos: primero con el festival Ozzfest y luego con el reality The Osbournes, donde el cantante vivió su momento de máxima popularidad durante la primera década de los 2000. Las ocurrencias de la familia, sus peleas, las palabrotas... Nunca un reality tuvo tanto éxito. Tanto, que durante un tiempo eclipsó la carrera musical del vocalista. Pero Ozzy no dejó de protagonizar episodios temerarios y delictivos, como cuando, según sus propias palabras, “intentó estrangular” a Sharon. Se le acusó de tentativa de asesinato. La pareja tuvo etapas de separación, pero finalmente siempre se mostró como un equipo, y muy rentable.

En 2013, Ozzy volvió a grabar con Black Sabbath, el recomendable 13, y en 2020 publicó su último disco en solitario, Patient Number 9, un excelente trabajo donde participan leyendas de la guitarra como Eric Clapton o Jeff Beck y miembros de Red Hot Chili Peppers o Guns N’ Roses.

Osbourne deja cuatro hijos, dos con Sharon: Jack, y Aimee, y dos con su primera esposa, Thelma: Jessica y Louis.

Los últimos años sufrió continuos problemas de salud. Cuando el pasado 5 de julio salió al escenario para el último concierto de su vida, dijo, emocionado: “Llevo seis años en la cama y no tenéis ni idea de cómo me siento. Gracias de todo corazón”.

Ozzy Osbourne trascendió el heavy metal, y lo encumbró como un género grande superando el prejuicio de muchos, para convertirse en una personalidad importante de la cultura popular, una de las más excéntricas de las últimas décadas.

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Sobre la firma

Carlos Marcos
Redactor de Cultura especializado en música. Empezó trabajando en Guía del Ocio de Madrid y El País de las Tentaciones. Redactor jefe de Rolling Stone y Revista 40, coordinó cinco años la web de la revista ICON. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Madrid.
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