Las víctimas y los verdugos de la teocracia iraní se ven las caras en Cannes
La nueva película de Jafar Panahi, ‘Un simple accidente’, demoledora fábula moral sobre las heridas de su país, coincide en el concurso con ‘Mujer y niño’, acusada de ser propaganda del régimen


Si hace un año Mohammad Rasoulof recibía el Premio Especial del Jurado de Cannes por La semilla del fruto sagrado, en esta edición, lo nuevo de otro cineasta iraní, Jafar Panahi, podría ser una de las películas de consenso de cara a la Palma de Oro del sábado. La rotunda y poderosa Un simple accidente, fábula moral sobre el mal y la venganza, coincide en el concurso con Mujer y niño, de Saeed Roustaee, acusada en una carta abierta firmada por cineastas independientes de su país de ser propaganda del régimen. Cabe añadir que, además, es bastante mala.
Hace un año, la proyección en la jornada final de La semilla del fruto sagrado (película que se queda lejos de los logros de la de Panahi) hizo mucho ruido. Rasoulof llegaba a Cannes tras huir de su país, donde se enfrentaba a una condena a ocho años de cárcel, además de la confiscación de todas sus propiedades y a un castigo a latigazos. Panahi aterrizó esta semana después de varias condenas de cárcel, 15 años sin poder salir de Irán y con una película rodada en Teherán de forma clandestina.
El apoyo del festival a los cineastas iraníes disidentes y el rechazo a las películas oficiales ha sido la regla. De ahí la sorpresa al incluir dentro de su sección principal Mujer y niño, un título que, según sus denunciantes, está hecho bajo el paraguas ideológico de la teocracia de Teherán. La principal imposición del Ministerio de Cultura y Orientación Islámica está relacionada con el uso de la hijab, símbolo de la durísima represión a mujeres y niñas después de la muerte a golpes de Mahsa Amini, el 16 de septiembre de 2022, por no llevar bien puesto el velo.
En la película de Panahi, los dos personajes femeninos principales, una novia y una fotógrafa de bodas, no lo llevan; en Mujer y niño, ninguna de las actrices aparece en ningún momento sin él, tampoco en la intimidad de sus casas. “Las que se atreven a salir sin la hijab en pantalla se juegan mucho más que sus carreras”, apunta la carta de protesta, que añade que tras ese gesto de resistencia hay una valentía que se desprecia programando en un escaparate como Cannes, una película que sigue al dedillo el dictado oficial.
El principal problema es que Mujer y niño es una película muy tosca sobre una viuda que pierde a su hijo, a su prometido y, de paso, la cabeza en su gesta contra el patriarcado. Su director, Saeed Roustaee, ha tenido problemas de censura con otras películas y niega que su nuevo trabajo sea propaganda. En sus palabras, se trata de un filme “social y de resistencia” que también tuvo que lidiar con los censores, aunque pasó por el aro con algunas imposiciones, como la del uso del velo para las mujeres.
Por fortuna, el cine iraní cuenta este año con una película cuya valentía no deja lugar a dudas. En Un simple accidente, Panahi logra una película política tan cristalina en su forma como oscura y terrible en su fondo. Con muchas dosis de humor negro, el cineasta convoca a seis personajes y una furgoneta bajo una estructura muy teatral, en la que, para más pistas, se cita Esperando a Godot. La historia es la de un secuestro por azar: un torturador es capturado por una de sus víctimas cuando lo reconoce por cómo arrastra su pierna metálica. El hombre, con terribles dolores de espalda por las palizas que sufrió mientras estaba detenido, no puede en primera instancia reprimir su sed de venganza. Pero cuando está a punto de ejecutar a su verdugo le surgen dudas. Y ahí empieza el enredo (por momentos muy cómico) y el dilema moral.
A partir de ese momento, el absurdo reinará en una especie de road movie sobre la maldad y sus consecuencias. Desde el mismo arranque de la película —cuando el coche del torturador atropella y mata a un perro, motivo por el que tiene que ir a un taller a arreglarlo, y ahí lo reconoce su víctima— la película entra en un terreno muy oscuro hasta tocar fondo con su impresionante final. A Panahi le basta el sonido frío y metálico de una pierna para clavar su metáfora sobre una sociedad incapaz de salir de su tortuoso pozo.
'Un simple accidente'
Dirección: Jafar Panahi.
Intérpretes: Ebrahim Azizi, Madjid Panahi, Vahid Mobasseri, Mariam Afshari.
Género: thriller, drama.
Irán, 2025.
Duración: 105 minutos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
