El instinto referencial
La película ejerce de paradigma de lo injusto de unas acusaciones y de lo exageradamente referenciales que son algunas obras


En un cine como el de hoy, donde pocas son las historias verdaderamente auténticas y muchas las resonancias e incluso calcos de otras, una película como Autómata puede ejercer de paradigma de lo injusto de algunas acusaciones y, al tiempo, de lo exageradamente referenciales que son algunas obras.
AUTÓMATA
Dirección: Gabe Ibáñez.
Intérpretes: Antonio Banderas, Dylan McDermott, Melanie Griffith.
Género: ciencia-ficción. España, 2014.
Duración: 109 minutos.
Producción española de Antonio Banderas dirigida por Gabe Ibáñez, Autómata suena ya desde los textos introductorios a Blade Runner, mito tan conocido que hasta el más despistado del lugar sabe establecer la conexión. Eso sí, crítica quizá desaforada porque a demasiadas películas de hoy se le pueden entresacar referencias con claridad, y, sobre todo, porque, aun partiendo de una base argumental semejante, Ibáñez y sus coguionistas hacen un trabajo limpio, eficaz y atractivo, al menos en su primera mitad, donde destaca una buena exposición de la visión de los robots como minoría oprimida. Así, el origen, las claves y los giros del libreto están muy bien explicados, sin necesidad de ser discursivos, acudiendo a ejemplos claros y cotidianos, como la metáfora de la pompa de jabón o esa “aspiradora que se baja del árbol”. Junto a ello, una enorme labor de producción en ambientaciones y diseños permite a una película de presupuesto infinitamente inferior a otras obras semejantes lucir con notable potencia visual.
Sin embargo, cuando los protagonistas alcanzan el desierto, la historia y el ritmo se atascan. Y, peor, junto al referente de Blade Runner y a ciertas concomitancias con 2001: una odisea del espacio, se une una subtrama ligada a Hijos de los hombres, un tema musical clave en las secuencias de acción con ecos de Pozos de ambición y la elección de una canción que se podía haber evitado: recurrir a La mer, tema clásico de Charles Trenet, pero de reciente utilización en una insuperable secuencia del cine contemporáneo, el desenlace de El topo, acaba por deslucir un conjunto meritorio en un rosario de recuerdos de otras películas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Archivado En
Últimas noticias
Rueda despide el año con loas a Castelao, padre del nacionalismo gallego
La empresa que gestiona la M-30 pasará a ser 100% municipal desde este 1 de enero
Un robo millonario en un banco alemán deja a centenares de clientes inquietos por sus posesiones
El lehendakari llama a los migrantes a comprometerse con el pueblo vasco e integrarse con “derechos y obligaciones”
Lo más visto
- La Audiencia Nacional avala la decisión de Robles de retirar el nombre de Franco a una bandera de la Legión
- Jubilarse a los 66 años y 8 meses llega a su fin: la nueva edad de retiro de 2026
- Bukele dice que le gustaría seguir gobernando en El Salvador “10 años más”
- “A mi taller vienen economistas y abogados buscando dar un cambio a su vida”: Mike Hausmann, el ebanista que se negó a vivir pegado al ordenador
- Los ‘tickets’ que Ábalos pasó al PSOE: una comida para nueve en Navidad, “un menú” de 332 euros y cenas en distintos sitios a la misma hora




























































