El mundo en 300 fotos

El primer transplante de cara, una resonancia magnética del cerebro, imágenes de la policía científica con el cuerpo del delito, vista aérea de Benidorm. Instantáneas tan dispares configuran la exposición El mundo descrito, que se muestra en el Museo Colecciones de la Fundación ICO de Madrid desde ayer y hasta el 4 de mayo.

Se trata de una colección con más de 300 imágenes que no se parecen ni en la forma, ni en el contenido, ni en la época en la que se ubican. Entonces, ¿qué tienen en común para que se expongan juntas? Que todas han servido en algún momento de la historia de los últimos 150 años para describir el mundo, la realidad. Una cita de la fotógrafa estadounidense Susan Sontag inscrita en un mural a la entrada de la sede del museo deja clara esta idea: "La visión realista del mundo compatible con la burocracia redefine el conocimiento como técnica e información", continúa la cita, "Las fotografías se valoran porque suministran información. Dicen qué hay, hacen un inventario. Para los espías, meteorólogos, investigadores, arqueólogos y otros profesionales de la información, tienen un valor inestimable".

La exposición se divide en siete áreas como documentación social, investigación médica, Astrología, ciencia, vistas aéreas, el mundo, en definitiva. Pablo Llorca, comisario de El mundo descrito, explica los dos objetivos de esta compleja muestra, que ha supuesto dos años de producción. "La idea es demostrar cómo las fotografías ayudan a conocer el mundo y establecer un vínculo entre la imagen contemporánea y la ciencia", apunta Llorca. El comisario evidencia la utilidad de algo tan científico como una radiografía o algo tan popular como el vídeo de un aficionado sobre el tsunami de Indonesia. "Por eso hay tanta diversidad, porque la imagen afecta a todos los niveles".

La diversidad también se aprecia en el origen de las piezas. Provienen de 60 instituciones de todo el mundo tan dispares como la agencia de noticias EFE, el Instituto Nacional de Meteorología, el Museo de Bellas Artes de París o Amnistía Internacional. El comisario de la exposición subraya que estos centros cedieron sus imágenes sin inconvenientes, pero admite que algunas de ellas se sorprendieron de que retratos de criminales o resonancias magnéticas se fueran a exponer en un museo.