'Azul oscuro casi negro' y 'Remake' completan la sección oficial del festival de Málaga

Dos reflexiones sobre la juventud y la madurez, la de Daniel Sánchez Arévalo, con Azul oscuro casi negro, y Roger Gual, con Remake, han completado hoy la presentación de los 14 largometrajes que compiten en la sección oficial del noveno Festival de Cine Español de Málaga, cuyo palmarés se dará a conocer en la jornada de clausura de mañana.

Después de una exitosa carrera en la realización de cortos, Sánchez Arévalo ha elegido para su primer largometraje este título que expresa el estado de ánimo de sus personajes, que luchan por su libertad y por encontrar su lugar en la vida.

El principal protagonista de Azul oscuro casi negro, interpretado por Quim Gutiérrez, se encuentra en el periodo entre los 18 y los 25 años, en la "juventud previa a la madurez", cuando debe "empezar a tomar decisiones", explicó en rueda de prensa Sánchez Arévalo. Este joven "tiene tendencia a cargar con la responsabilidad de todo lo que le rodea", según el director, que cree que todos los personajes de la historia están "atrapados por sus circunstancias y quieren escapar".

Pese a la dureza de algunas de sus historias, Sánchez Arévalo, que también escribió el guión, admitió que no puede "evitar el humor", porque las películas que siempre le han gustado "son las que hacen pasar de la risa al llanto", aunque ello conlleva "un riesgo de que resulten poco creíbles".

Mirada al movimiento hippie

Por su parte, Gual, codirector junto al argentino Julio Wallovits de la premiada Smoking room, debuta ahora en la dirección en solitario con Remake, el reencuentro de un grupo de personas que convivieron 30 años atrás en una comuna durante la eclosión del movimiento hippie.

Invitados por el único miembro del grupo que ha seguido viviendo en la casa yque ahora va a vender para que se convierta en un hotel rural, los antiguos hippies se enfrentarán a la evolución que han experimentado sus vidas acompañados de sus hijos, quienes recordarán la infancia que pasaron en la comuna al visionar las películas que filmaron entonces sus padres.

Después de los tres premios que recibió en 2002 con Smoking room en el Festival de Málaga, Gual regresa al certamen con esta película en la que "ninguna de las dos generaciones", ni los padres ni los hijos, "sale bien parada", y en la que refleja un fracaso en el que "hay cierta belleza", señaló el cineasta en rueda de prensa.

Sobre la acidez que desprende la historia, Gual apuntó que "si eres escéptico y cínico, te salen películas así". "Ya no existen héroes ni perdedores", por lo que "la ironía es la única manera de salvarte", añadió.

A pesar de todo, el director no cree que la película "sea pesimista", sino que es "como abrir el periódico", según Gual, que vivió un tiempo cuando era niño en una comuna a la que pertenecían sus padres, que eran hippies.