La mayoría de los españoles señala a sus políticos como principales desinformadores, según el Instituto Reuters

El Instituto Reuters para El Estudio del Periodismo publica desde hace más de un decenio su informe anual sobre el consumo de noticias digitales. En todo este tiempo, los investigadores que colaboran con esta institución de la Universidad de Oxford han abordado en sus pesquisas cientos de asuntos relacionados con los desafíos comunicativos de la información. Uno de los más acuciantes es la desinformación que socava las democracias. Y sobre ella inciden las conclusiones del informe para 2025 publicadas durante la madrugada de este martes, que sitúan a los profesionales de la política y a los influencers como las fuentes menos fiables de información veraz. El sentir de la mayoría de los españoles sondeados en el muestreo es que son sus políticos quienes más desinforman.

A nivel global, el 47% considera a los políticos nacionales como los principales desinformadores, junto a los influencers en igual proporción. Pero el dato más preocupante sobre los representantes públicos se registra en España, donde el 57% —diez puntos porcentuales por encima de la media del resto de países participantes y cifra similar a la registrada en los Estados Unidos de Trump— considera que los políticos nacionales son los máximos desinformadores para la sociedad. Los influencers aparecen también como una amenaza a la veracidad para casi la mitad de los españoles consultados, una proporción similar a la derivada de la acción desinformativa de los gobiernos, partidos y políticos extranjeros. Ahora bien, ese porcentaje del 45% que sitúa a los influencers como agentes desestabilizadores resulta menor entre los jóvenes: solo el 30% de personas con edades comprendidas entre los 18 y los 24 años los considera un riesgo, frente al 57% de los mayores de 65 años.

El nuevo informe anual del Instituto Reuters analiza casi 100.000 entrevistas realizadas en medio centenar de países (unas 2.000 encuestas online en cada país) entre finales del pasado enero y principios de febrero, a través de la compañía de investigación de mercados YouGov. En el procesamiento de los resultados para el mercado español, desarrollados durante los meses previos a la gravísima crisis de los últimos días por el escándalo de corrupción en la cúpula del PSOE, han participado varios investigadores de la Universidad de Navarra. Sus conclusiones encuadran en España un consumo actual de noticias “más complejo que nunca: multipantalla, descentralizado, fragmentado y altamente personalizado”. Mientras que las redes sociales compiten con la televisión como fuentes principales, “los algoritmos superan a las marcas como puerta de entrada y formatos como el vídeo o el podcast ganan terreno”. Esta tendencia se refleja en los resultados globales del estudio para un 44% de los jóvenes de 18 a 24 años que encuentran en las redes sociales y las plataformas de vídeo sus principales medios de consumir noticias.

Esta evolución internacional provoca según el Instituto Reuters una continuación del descenso en el seguimiento de soportes como la televisión y los medios escritos registrado en años anteriores. El informe cita que esta transición “ha permitido a políticos como Donald Trump o Javier Milei prescindir de los medios tradicionales y recurrir a personajes alineados políticamente, como algunos influencers y creadores de contenido en Youtube y podcasts”. Y añade: “Estas personalidades en algunos países desempeñan un papel destacado en la configuración del debate público. En Estados Unidos, una quinta parte (22%) afirma haber visto noticias o comentarios del popular Joe Rogan en la semana posterior a la investidura presidencial, y allí hay una desproporcionada cantidad de hombres jóvenes, un grupo de complicado acceso para los medios tradicionales”. El autor principal del estudio, Nic Newman, destaca la relevancia de esta tendencia. “Los medios tradicionales también se enfrentan a una pérdida de influencia: cada vez más, los políticos populistas buscan eludir el escrutinio de la prensa recurriendo a influencers simpatizantes”.

Fatiga informativa

Otro de los desafíos para los medios de comunicación que apuntala el Instituto Reuters es la consolidación de la fatiga informativa. El porcentaje histórico de encuestados que evita las noticias registrado hace un año en el 37% a nivel global alcanza ya el 40%, mientras que en 2017 la cifra era del 29%. Entre las razones más citadas para mostrar desinterés por las noticias están el efecto negativo en el estado de ánimo, la sobrecarga informativa y una estimación de “demasiada cobertura de guerras y conflictos o política nacional”. En paralelo, el informe añade apreciaciones para incrementar la confianza en los medios: “Más rigurosidad, transparencia y periodismo original, y menos cobertura sesgada”.

La preocupación por la desinformación destaca en España con un 69% de temerosos por la circulación de bulos en internet, lo que supone ocupar la novena posición global en este ámbito. “Esta inquietud ha crecido en los últimos años, probablemente influida por eventos como las elecciones generales de 2023, las europeas de 2024, la dana que afectó a Valencia en octubre de 2024 y el rápido desarrollo de herramientas de inteligencia artificial capaces de generar contenidos falsos cada vez más realistas”. Y aquí es donde emerge una perspectiva halagüeña hacia los medios de comunicación: “Cuando los españoles sospechan que una información puede ser falsa o engañosa, el 34% recurre a los medios informativos para contrastarla, por encima de las fuentes oficiales (31%), los buscadores (24%), los sitios web de verificación de datos (23%), las redes sociales o de vídeo (10%) o los ‘chatbots’ de inteligencia artificial (6%)”.

Alfabetización mediática

Una herramienta esencial para combatir la desinformación es la alfabetización mediática, cuya incidencia en el muestreo español refleja que solo el 18% de los encuestados afirma haber recibido formación relacionada con el uso de la información, frente a un 74% que asegura no haberla recibido y un 8% que dice desconocerlo. Estos datos sitúan a España ligeramente por debajo del promedio del medio centenar de países analizados, donde el 22% afirma haber recibido este tipo de formación en alfabetización mediática, el 68% dice no haber sido educado en este campo y el 9% afirma desconocerlo. A pesar de todo ello, más de la mitad del muestreo en todos los países se declara preocupada por su capacidad para distinguir lo verdadero de lo falso cuando consumen noticias online, una proporción que se mantiene estable respecto al año pasado.