La nueva ‘ciberarmada’ contra el sistema
Una constelación de ‘influencers’ y agitadores que elevan su voz mediante la Red contra el Estado y el orden establecido gana terreno en España. Sus canales de YouTube, ‘podcasts’ y mensajes a través de las redes sociales cosechan cada vez más audiencia entre los jóvenes. Así funcionan los motores de su negocio y sus conexiones políticas. Y así es la lucha contra su avance y el de las injerencias externas desde la ley y la educación.


Durante una reciente tarde de primavera, Vox celebró una “Jornada sobre la libertad de expresión” en el Congreso de los Diputados. Ante un centenar de asistentes de varias generaciones que llenaron la Sala Ernest Lluch, cedida para este evento reivindicativo del partido ultra, uno de los últimos en tomar la palabra fue Isaac Parejo, alias Infovlogger, que acumula más de 400.000 suscriptores en su canal de YouTube y explicó cómo había llegado hasta aquí: “Todo era progresismo y wokismo. Me di cuenta de que hay millones de personas que no tienen una voz ni un sitio donde haya diferencias en cuanto al discurso imperante. Esa es la razón por la que nacimos los fachatubers. Decimos cosas censuradas en los medios de comunicación: su trabajo es influir en la sociedad y cambiar el voto de la gente, pero no lo están consiguiendo; lo estamos consiguiendo nosotros”.
Infovlogger estuvo acompañado aquella tarde de políticos, juristas, periodistas y otros activistas como César Pintado, fundador de la entidad Herqles, vinculada a Vox, y joven portavoz de Revuelta, una de las organizaciones detrás de los disturbios ante la sede nacional del PSOE durante la tramitación de la amnistía a los condenados por el procés. En la jornada del Congreso (donde se ha impulsado con el voto en contra del PP y Vox una reforma de su reglamento para contrarrestar los incidentes perpetrados por agitadores ultras como Vito Quiles y Bertrand Ndongo, acreditados como periodistas) también participó una de las más destacadas voces de esa batalla cultural en España: Víctor Domínguez, alias Wall Street Wolverine, con casi 900.000 suscriptores en su canal de YouTube —donde emite el videopodcast Cancelled— y más de 850.000 seguidores en la red social X. Domínguez considera “egoísta” a todo aquel que recibe una pensión y está convencido de que “estamos en una guerra” entre los creadores de contenido online o influencers que abordan asuntos de actualidad y los medios de comunicación. Durante el acto de Vox en el Congreso, tras el cual fue de los más reclamados por los asistentes jóvenes para hacerse selfis, afirmó que “estamos en una etapa muy ilusionante” para la actividad que desarrolla en las redes sociales, “pero a la vez muy peligrosa porque desde Bruselas, sobre todo, se está cuajando la censura”.
Hoy he estado en el Congreso de los Diputados para decir algunas cositas sobre la libertad de expresión. Gracias @vox_es por invitarme pic.twitter.com/NR2dvmEi5c
— InfoVlogger (@infovlogger36) April 24, 2025
Wall Street Wolverine es una marca de marcas. Y Víctor Domínguez es el joven madrileño, a punto de entrar en la treintena y afincado en Andorra, que está detrás de ellas. Cursó Administración y Dirección de Empresas y finalizó estudios de Comercio. Empezó su exposición internauta con la publicación de contenidos relacionados con el fitness. Cuando encontró un techo en esta materia, diversificó temáticas. Como ha explicado en el videopodcast Start the week, fundó con su socio Carlos Adams la firma Racks “en el top del perroflautismo y cuando el feminismo no había mostrado aún su verdadera cara”. La pandemia interrumpió el negocio de aquella “marca de ropa irreverente” que hoy sigue vendiendo prendas con mensajes antiwoke. Sus vídeos en YouTube empezaron a multiplicar visionados y Domínguez se marchó a Andorra. Allí tiene la sede de un conglomerado empresarial que desarrolla desde su marca personal —cuyo eje principal es el videopodcast Cancelled— hasta actividades del grupo Racks como tareas formativas de inversión en criptomonedas. “El año pasado creo que hicimos cerca de cuatro kilos”, dijo al ser preguntado en Start the week por el máximo de facturación anual. Y añadió: “El odio mueve mucho”.
El caldo de cultivo
La mitad de los españoles entre 16 y 30 años se informa a través de las redes sociales, según el eurobarómetro sobre la juventud. Este alcance es superior a la media europea del 42%, mientras que el Instituto Reuters de la Universidad de Oxford constata cómo las audiencias globales —especialmente, las jóvenes— se sienten cada vez más atraídas por plataformas como YouTube, Instagram y TikTok, que los alejan de conexiones sólidas con las marcas periodísticas. La Unesco ha reflejado en sus informes que el 62% de los creadores de contenidos relacionados con la actualidad no verifican la información antes de difundirla. Y en este magma de confusión, The Atlantic —bajo el título de El siglo antisocial— concluía en un reciente artículo que muchos hombres socialmente aislados —para quienes la realidad reside en el brillo de las pantallas que consultan desde habitaciones vacías— consideran el voto por la destrucción como una política de último recurso: “Una forma de dejar la marca personal en un mundo donde el progreso colectivo, o cualquier tipo de apoyo colectivo, se concibe como imposible”.
Mientras el conservadurismo y la extrema derecha avanzan en Europa tras la estela del trumpismo estadounidense, la apuesta ultra de Vox se cristaliza como principal opción de voto para los jóvenes españoles entre 18 y 24 años, seguida de la antipolítica (la abstención o el voto blanco y nulo), según el último barómetro elaborado por 40dB. para EL PAÍS. Este sondeo resalta que la formación liderada por Santiago Abascal obtendría el 24,9% de los sufragios en esa franja de edad, mientras que el 22,9% se muestra partidario de la antipolítica (en el anterior sondeo de mayo esta apuesta por la desafección política era la principal entre los jóvenes, con un 30% de apoyos, y Vox era la segunda opción). Y como apunta Belén Barreiro, directora de 40dB.: “Tanto entre el electorado de extrema derecha como entre quienes no logran llegar a fin de mes, el uso de un lenguaje directo y sin matices resulta especialmente popular, como también lo es expresarse con naturalidad, sin guion o decir lo que se piensa, sin rodeos”. La generación española menor de 40 años arrastra dos crisis, la gran recesión de 2008 y la pandemia al inicio de la presente década, cuando muchos adolescentes y posadolescentes encontraron refugio en las pantallas aislados en sus habitaciones. El desencanto y las respuestas políticas ante graves problemas, como la corrupción o la vivienda, y fenómenos como el de la inmigración o las catástrofes agitan el caldo de cultivo de un suculento negocio al calor de la rabia.
Mi intervención en el Congreso de los Diputados sobre las grandes corporaciones, la agenda globalista y los medios de comunicación. pic.twitter.com/0ivHr4COXS
— Wall Street Wolverine (@wallstwolverine) April 24, 2025
Esta constelación de influencers que desarrollan contenidos relacionados con la actualidad replican el modelo de estrellas internacionales como el estadounidense Joe Rogan, creador del podcast más exitoso del mundo y líder global de la machosfera, cuya ola bro contra el orden establecido ha sacado provecho de audiencias masivas para impulsar la segunda llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. No son periodistas, ni quieren serlo. Mayoritariamente hombres menores de 40 años, propagan sus propios discursos antisistema y dan rienda suelta a los de sus entrevistados en largos videopodcasts que emiten en YouTube y trocean en fragmentos en otras redes sociales para amplificar su impacto y los ingresos publicitarios. Rebasan en audiencias a influencers vinculados a posiciones izquierdistas y plantan cara con recursos limitados a los medios de comunicación. Con personajes como Roma Gallardo —videoblogger que tiene dos millones de suscriptores en YouTube, donde pone el wokismo en el punto de mira y carga contra las feministas— o el mencionado Wall Street Wolverine —antiwokista cuyo discurso pivota entre la economía y la política—, entre los más destacados exponentes de la ola bro ibérica también figura un joven tinerfeño al borde de la treintena llamado Pedro Buerbaum.
El gran negocio de la crispación
Aunque vive la mayor parte del tiempo en República Dominicana —según él, “por la presión fiscal asfixiante” en España—, Pedro Buerbaum mantiene en el centro de Madrid un estudio decorado con estética retro donde graba el videopodcast Worldcast, cuyo canal de YouTube acumula 1,3 millones de suscriptores. Antes de recibir a Daniel Esteve para grabar una reciente entrevista con este líder de la empresa especializada en expulsiones extrajudiciales Desokupa —a quien la Fiscalía de Valencia ha abierto diligencias por un presunto delito de odio tras una denuncia sobre “mensajes racistas en la red social X que asocian delincuencia con inmigración”—, Buerbaum encadenaba cafés a media mañana en uno de los sofás de su plató. El maestro de ceremonias en Worldcast, con formación en Administración y Dirección de Empresas, empezó su trayectoria empresarial con La Pollería, una cadena de tiendas que venden gofres con formas fálicas. “Abrí un montón de negocios nuevos. Uno de ellos fue el podcast, que cogió tracción enseguida. Cinco o seis meses más tarde, seguí con el de marca personal, aún más monetizable si cabe. Mi enfoque siempre ha sido dar voz a todo el mundo, escuchar desde el sentido común y que cada uno saque sus conclusiones”.
—¿Qué papel cree usted haber jugado en el auge entre la gente joven de un político como Alvise Pérez [eurodiputado y líder del partido Se Acabó La Fiesta, que logró 800.000 votos en las últimas elecciones europeas y acumula diversas causas judiciales]?
—Fui el primer podcast que le abrió las puertas y a partir de entonces creo que empezó a hacer más su circuito. Había mucho miedo a abrirle las puertas, todo el mundo pensaba que iban a censurarles el canal.
—¿No le preocupa el mensaje dado aquí por un tipo apodado El Dandy que dice haberse gastado “500.000 euros en Samaritanas del Amor”?
—Me preocupa y lo entiendo. ¿Aceptaría un discurso similar de una persona que pueda parecer un modelo a seguir y admirable para los jóvenes? No es lo mismo un tío de 1,90 metros con abdominales, que sea un playboy, a que lo diga El Dandy.
—Eso es lo que usted cree. No se puede extrapolar lo que uno piensa.
—Entiendo el punto. Pero al final es como caminar sobre cáscaras de huevo solo por el hecho de haber crecido en audiencia.
—Es la responsabilidad de quien está en una posición así. Usted ha confrontado aquí mucho más con el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, que con el líder de Vox, Santiago Abascal. Entiendo que es porque tiene más afinidad con el segundo.
—Yo soy afín al sentido común, no he votado nunca en mi vida y me interesan otras cosas más que la política.
—¿Ve más sentido común en Abascal que en las posiciones de izquierda?
—Si me pregunta si veo más sentido común en Abascal o en el discurso de Pablo Iglesias, sí.
Aunque dice no interesarle la política y que si fuera por él “estaría hablando aquí de artes marciales todo el día”, Buerbaum aborda estos asuntos en su canal de YouTube —donde ha entrevistado al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo— “porque esto es un negocio y cuantas más views y repercusión, mejor”. Y añade: “Si no funcionara no hablaríamos del tema. Mi grado de participación en los podcasts de política es muy bajo. Como no me informo, no estoy a la altura de la conversación y tampoco me encanta”.
@worldcast.oficial Podcast #194 disponible en plataformas con @santi_abascal . Link en bio | Host: @Pedro Buerbaum #vox #politica #españa #patriota #podcast #worldcast #pedrobuerbaum #santiagoabascal #trump #milei #pedrosánchez #psoe
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Pedro Buerbaum ha formado parte del cartel de ponentes en el Madrid Economic Forum, organizado a principios de junio por Wall Street Wolverine con su grupo Racks. Días antes de su celebración, el presidente argentino, Javier Milei, se anunció como invitado estelar. Entre otras “voces líderes” de este evento se presentaron el expolítico de Vox Iván Espinosa de los Monteros y Marcos de Quinto, exvicepresidente de Coca-Cola, exdiputado de Ciudadanos y fundador del think tank Pie en Pared —“comprometido con la batalla cultural”—. De Quinto es también uno de los financiadores del Grupo Eda, que, con plataformas como Estado de Alarma, Edatv.news e Informa Radio, está liderado por Javier Negre, actualmente inmerso en la expansión en otros países como la Argentina de Milei con la compra del 50% del medio La Derecha Diario.
Ofensiva reguladora
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) custodiará el próximo registro de medios de comunicación al que obliga la Ley Europea de Libertad de los Medios de Comunicación (EMFA, en sus siglas en inglés), cuya entrada en vigor comienza en agosto. La adaptación de varias medidas de esta normativa aparece en el Plan de Acción Democrática promovido por el Gobierno que avanza a velocidad de crucero. Ese plan incluye también una reforma de la ley que regula el derecho de rectificación para su aplicación en los medios digitales y las plataformas, dado que hasta ahora solo vinculaba a la radio, la prensa y la televisión. La CNMC ha considerado en su informe sobre este anteproyecto de ley que el número de seguidores para ser considerado un influencer debería ser el mismo en todas las normas aplicables al colectivo, mientras que la reforma del derecho de rectificación fijará los umbrales de actuación a partir de 100.000 seguidores y la normativa audiovisual aplicable los sitúa a partir del millón. El regulador de los mercados también ha propuesto reformar el artículo 94 de la Ley General de Comunicación Audiovisual, para que el principio de veracidad en la información sea aplicable a los usuarios de especial relevancia del mismo modo que a los comunicadores de información. Enfrente tendrán a los que vislumbran censura en la ofensiva reguladora en ciernes.
La incertidumbre respecto a las nuevas funciones que ha de asumir la CNMC se deja ver estos días en su sede. La Comisión Europea ha demandado a España y a otros cuatro países de la UE por el retraso en la aplicación efectiva de la normativa europea de servicios digitales (DSA, en sus siglas en inglés). Y cada vez que tiene ocasión, la presidenta de la CNMC, Cani Fernández, pone de relieve que esta dilación tiene consecuencias: “Tenemos que ver cómo conseguimos garantizar que el contenido que se traslada mediante las redes y plataformas digitales no produzca fenómenos de desinformación o que contravengan la protección de los menores”. Y añade: “El bulo de los muertos flotando en Bonaire tras la dana lo podíamos haber parado si hubiéramos contado con los poderes que nos otorga la DSA. Nuestra potestad cuando estemos habilitados permite dirigirnos a la plataforma, ya sea buscador o red social, solicitar que explique qué ha hecho para verificar un contenido y moderarlo, y evitar un riesgo sistémico”. El vicepresidente de la CNMC, Ángel García Castillejo, agrega: “Es clave dotarnos de los recursos suficientes”. Carlos Aguilar Paredes, integrante del órgano regulador español y presidente de turno en el nuevo Comité de Servicios de Medios de Comunicación de la UE, concluye: “Lo importante con la entrada en vigor de estas normas europeas es que desaparece el espacio de desregulación, que genera ingentes beneficios a quienes gestionan los datos y crean nichos”.
El informe de 2024 del Foro contra las Campañas de Desinformación, vinculado al Departamento de Seguridad Nacional, considera que respecto a las tácticas, técnicas y procedimientos, “encontramos las que se basan en el empleo de supuestos expertos, estrellas invitadas o influencers, que se caracterizan por gozar de cierta credibilidad entre las audiencias potenciales para, de una forma directa o indirecta, alinearse con los intereses estratégicos y propagandísticos de los actores de la amenaza”. Este análisis señala también entre las “factibles estrategias” la creación “de supuestos think tanks enfocados a cubrir análisis geopolíticos utilizando figuras como los citados expertos o estrellas invitadas”.
La demolición del Estado
Juan Ramón Rallo es uno de los influencers de contenido político más seguidos en España según el índice de HypeAuditor, donde comparte posiciones cercanas a otros referentes en YouTube como Wall Street Wolverine o El Periodista Camorrista. Autoproclamado “libertario” nacido en Benicarló (Castellón) hace 41 años, Rallo graba en un diáfano estudio de Madrid las entrevistas del videopodcast que emite su canal de YouTube (873.000 suscriptores). Sus emisiones combinan el análisis de la actualidad con el formato de conversación a dos. A finales de mayo recibió el Premio Instituto Juan de Mariana 2025 “a una trayectoria ejemplar en defensa de la libertad”. El presidente argentino Milei, abanderado del “anarcocapitalismo” con motosierra, le precede como anterior ganador de este galardón anual concedido por el think tank Juan de Mariana desde 2007.
Juan Ramón Rallo explica las tres medidas que podrían mejorar España. pic.twitter.com/EZvsrp96FT
— Madrid Economic Forum (@madridecoforum) May 1, 2025
Juan Ramón Rallo es también decano de la Escuela de Grado en la Universidad de las Hespérides, vinculada al Juan de Mariana, y profesor de la Universidad Francisco Marroquín en Madrid. Si de alguien se considera seguidor es de Jesús Huerta de Soto, puntal de la Escuela Austriaca de Economía y referente de Milei. Para Huerta de Soto, catedrático de Economía Política en la Universidad Rey Juan Carlos, “el Estado es el verdadero anticristo: ahí es donde se encuentra el gran problema de la humanidad”. Rallo no tiene tan claro como su maestro poder prescindir del Estado como lo conocemos: “Hoy por hoy al menos, y diría que por desgracia”. Pero considera “imposible moralmente defender la existencia del Estado como monopolio de la violencia que se arroga como legítima en una posición de supremacía sobre el resto de la sociedad”.
—¿Entendido el Estado como Estado democrático?
—Sí, sí, sí. Por ejemplo, el Congreso puede autorizar al Estado a iniciar una guerra democráticamente. ¿Por qué es legítimo que el Estado se ponga a matar gente y un ciudadano no? ¿Por qué no sometemos al mismo estándar de moralidad al Estado? Por no hablar de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que pueden cometer abusos en el ejercicio de sus competencias. Por supuesto, también de los impuestos.
—¿Pero está de acuerdo o no con el pacto constituyente del que derivó la imposición fiscal a partir de una serie de requisitos? ¿Su opción es la destrucción de la ley?
—Una cosa es que el Estado sea difícil de justificar moralmente y otra es que no tengo claro que podamos prescindir de él, porque si se disolviera probablemente otro grupo de matones terminaría conformando algo muy parecido a un Estado. Si fuera posible hallar un equilibrio social en ausencia de Estados y de Estados incipientes que quieran conquistar a la población, desde luego preferiría que no hubiera Estado.
—Iríamos al caos.
—La comunidad internacional no tiene un Estado global. ¿Viven en un caos? Hasta cierto punto, sí, pero con el que hemos convivido. Los Estados también tienen un cierto caos interno. En la separación de poderes cada uno es relativamente independiente. Esos pesos y contrapesos viven en una cierta anarquía entre ellos hasta cierto punto convivible. Y si en todo caso fuéramos al caos, quizá en ese caos resurgiera el Estado.
La amenaza del caos
El rey Felipe dejó este mensaje durante su controvertida visita a Paiporta posterior a la catástrofe de la dana que anegó un tercio de la provincia de Valencia y provocó más de 200 muertos: “No hagáis caso a todo lo que se publica porque hay mucha intoxicación, mucha intoxicación informativa, y hay muchas personas interesadas en esto. ¿Para qué? Para que haya caos”. El informe anual elaborado por el Departamento de Seguridad Nacional ha constatado la injerencia rusa durante los estragos de la dana mediante campañas de desinformación para difundir que España era un país “sumido en el caos”. Una de aquellas campañas propagó la idea de que el Gobierno prestaba más ayuda a Ucrania por la invasión de Rusia que a Valencia. Mientras que el “caos” ha sido el eje del ataque al Ejecutivo de coalición por parte del PP y Vox tras la gestión de escandalosos retrasos ferroviarios y el gran apagón —cuyas causas no habían sido explicadas oficialmente un mes después del suceso—, la vulnerabilidad del ciberespacio y las campañas de desinformación constituyen para el Departamento de Seguridad Nacional las dos principales amenazas en los próximos años.
El Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) tiene desde hace casi 20 años su sede en León y complementa la estrategia en la materia con el Centro Criptológico Nacional, adscrito al Centro Nacional de Inteligencia para la protección de empresas públicas. Los 173 trabajadores del Incibe vigilan las incidencias que afectan a ciudadanos y empresas privadas bajo el mando de la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones del Ministerio de Transformación Digital. Las labores abarcan desde la atención telefónica mediante la línea 017, que cuenta con una división para crisis relacionadas con menores, hasta la vigilancia de procesos electorales y la gestión de incidentes, emergencias y crisis cibernéticas. Entre las muchas amenazas que se analizan están las derivadas del apoyo español a Ucrania desde el inicio de la invasión rusa en 2022.
Semanas atrás, durante una visita al Incibe del ministro de Transformación Digital, Óscar López, el capitán de fragata Enrique Pérez de Tena, jefe de relaciones internacionales y cooperación en el Mando Conjunto del Ciberespacio que trabaja en coordinación con este órgano de ciberseguridad, explicó respecto al conflicto armado en Ucrania: “Esta es la guerra más tecnológica que se ha librado hasta la fecha. Nosotros formamos a sus militares y también les brindamos material. Cada vez que la ministra de Defensa, Margarita Robles, dice en una rueda de prensa que España envía dos carros de combate a Ucrania, tenemos al día siguiente el doble de amenazas cibernéticas”. Como añade David Llamas, responsable de la gestión de incidentes en el Incibe: “Entre los principales intentos de ciberataques que recibimos desde otros países sabemos que está Rusia por el apoyo a Ucrania en la guerra. Además de la vigilancia de procesos electorales, montamos dispositivos especiales en momentos clave, como la próxima cumbre de la ONU en Sevilla”.
Rebelión en las aulas
El informe sobre los trabajos del Foro contra las Campañas de Desinformación publicado en primavera advierte: “La alfabetización mediática e informacional es un reto esencial para combatir eficazmente la desinformación. En el ámbito académico no es solo importante incluir en el BOE un currículo sobre desinformación, sino promover los esfuerzos para que llegue de forma efectiva a las aulas”. Aún queda mucho por hacer al respecto en las escuelas, pero cada vez más centros educativos se ponen manos a la obra. Organizaciones como Unicef y Learn to Check han promovido programas con la ayuda de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo sobre la enseñanza de herramientas a menores para afrontar este problema. Y hay otras iniciativas en marcha.
La organización sin ánimo de lucro Verificat, con sede en Barcelona y dedicada a la comprobación de datos en internet, es otra de las entidades que colaboran con centros educativos. El Institut Escola Rec Comtal del barrio barcelonés de la Trinitat Vella forma parte de la red de Centros Desfake de Verificat, que desarrolla talleres de alfabetización mediática. “No se trata solo de que aprendan a verificar la información que les llega, sino que el alumnado haga un uso responsable al ser también creadores de contenido a medida que empiezan a interactuar con las redes sociales”, explica la jefa de estudios, Pilar Martín.
Los más jóvenes no son los únicos destinatarios de este tipo de proyectos. Verificat ha colaborado con la Universidad de Laponia y la entidad italiana Housatonic en el proyecto de Seniors Unidos contra la Desinformación (SUM, en sus siglas en inglés), cofundado con la Unión Europea para dotar de herramientas a mayores de 60 años mediante las cuales puedan acceder a una “comprensión segura y crítica de la información en la era digital”. Conxi Far y Frederic Flaquer han participado en el proyecto como formadores para otros séniores como ellos. “El mayor interés de los asistentes son las estafas por internet y las comisiones bancarias abusivas”, dice Far. “Algo curioso ha pasado en mis grupos de WhatsApp”, añade Flaquer. “Desde que empecé a avisar en ellos cuando alguien compartía un bulo, paulatinamente se han dejado de compartir contenidos falsos”.
Muchos de los llamados a discernir lo verdadero de lo falso para informar están en las facultades de Periodismo. El nuevo decano de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid, Ángel L. Rubio, afirma que “en secundaria es tarde ya para empezar la alfabetización mediática”. Y añade: “Cuando llegan a esta facultad todo se complica si no se ha hecho un proceso educativo previo”. Durante una mañana reciente, un grupo de alumnos de la clase de Ética que imparte David Álvarez reconocían haber recibido más teoría que práctica en los primeros cursos y aseguraron no tener entre sus referentes a los actuales influencers políticos. “Yo me hago de comer, pero no cocino; esa es la diferencia entre ellos y nosotros”, dijo una estudiante. Respecto a otros alumnos que han pasado por esta facultad, como el activista Vito Quiles, otra integrante del aula respondió: “El problema no es ese tío, que haga lo que quiera. El problema es de la gente, que tiene que aprender a informarse”. El profesor Álvarez concluyó: “Los periodistas tendremos que preguntarnos por qué no hemos sido capaces de autorregularnos y por qué hemos dejado de ser un contrapoder”.
Carla Villares, formadora de talleres de Verificat, intenta enseñar a sus alumnos adolescentes sencillas herramientas y plantea una regla de cuatro preguntas ante contenidos de dudosa certeza: “¿Cómo me quiere hacer reaccionar? Las emociones intensas pueden ser una señal de desinformación o manipulación. ¿Quién hay detrás de la información? La fuente es el origen. ¿Qué dicen al respecto otras fuentes de confianza? Contrastar la información es esencial para verificar su veracidad. ¿Qué pruebas aporta? La evidencia sólida avala la información veraz”. Tras uno de estos talleres en el Institut Antoni de Martí i Franquès de Tarragona, la profesora de Filosofía Montse Simón concluye: “Desde la pandemia, cada vez más alumnos replican el discurso polarizado que ven en las redes. Aunque no citan a los influencers que los propagan, puedes identificar el origen de la fuente por las consignas que calcan. Lo de ‘si estudias tendrás un futuro mejor’ no está tan claro para estas nuevas generaciones que han visto fracasar antes a otros. Por eso, los lemas que apelan a la emoción por encima de la razón tienen tanto éxito. Y los acaban replicando”.
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