Ir al contenido
_
_
_
_

La presidencia de la cumbre del clima presenta un borrador descafeinado que no se atreve con los combustibles fósiles

Tras retomar las negociaciones interrumpidas por un incendio, la presidencia de la COP30 publica un nuevo texto que ha despertado el rechazo de decenas de países y organizaciones ecologistas

Borrador de la cumbre del clima de Brasil
Manuel Planelles

Tras una accidentada recta final de la cumbre del clima de la ciudad brasileña de Belém, marcada por un incendio desatado en el interior de las instalaciones de la COP30 que mantuvo paralizadas las conversaciones durante alrededor de siete horas, la presidencia ha publicado un borrador en la mañana de este viernes. Y el principal tema sobre el que se había puesto el foco en esta cita no aparece. No hay menciones al impulso a una hoja de ruta para dejar atrás los combustibles fósiles.

La cumbre ha amanecido este viernes, el teórico último día, con decenas de miembros del servicio de bomberos caminando por sus pasillos para enviar un mensaje de tranquilidad. La zona de los pabellones de los países, donde se produjo el fuego, ha sido acordonada. Durante toda la jornada, la cumbre se centrará en las complicadas negociaciones para tratar de sacar adelante una declaración conjunta que deben apoyar los cerca de 200 países que se reúnen en estas citas.

En el centro del debate están los combustibles fósiles, que son los principales responsables del cambio climático. Pero en estas conferencias, que se celebran desde hace más de tres décadas, las presiones de muchos petroestados y la falta de empuje de otras naciones muy dependientes de su consumo hacen que una y otra vez se queden fuera de los acuerdos, que se centran en las emisiones de efecto invernadero pero no en sus principales causantes. En esta cita de Belém, el Gobierno de Brasil, que preside las negociaciones como país anfitrión, había abogado por incluir en el texto final un impulso a que se fijara esa hoja de ruta para dejar atrás esos combustibles. Y en el primer borrador de la declaración política con la que se debe cerrar la cumbre aparecía.

Varias decenas de países —unas 80, aunque no se ha publicado un listado oficial— apoyaron públicamente esa hoja de ruta durante el transcurso de la cumbre. Pero otros muchos, fuera de los focos y en las reuniones con la presidencia de la COP30, rechazaron de plano que se hicieran esas alusiones directas. En el borrador distribuido en la mañana de este viernes no aparece ninguna referencia ni a la hoja de ruta ni a los combustibles.

Sí hay llamamientos a la necesidad de triplicar los fondos de adaptación para 2030 respecto a los niveles de 2025, una de las reivindicaciones de los países en desarrollo. En cualquier caso, este texto es un borrador sujeto aún a negociación. En la mañana de este viernes está prevista la celebración de un plenario en el que la presidencia debe escuchar las reacciones a su propuesta de borrador.

De momento, un grupo de cerca de 40 países, según la delegación española en la COP, ha enviado un escrito a la presidencia de rechazo a ese último texto en el que exigen que el acuerdo incluya la referencia a la hoja de ruta sobre los combustibles fósiles. Entre los firmantes figuran, además de España, el Reino Unido, Alemania, Francia, Colombia, México, Corea del Sur y Suecia.

En el escrito, los países reclaman a la presidencia de la cumbre un nuevo texto, y critican que este borrador de haya presentado como una propuesta de “tómalo o déjalo”. “La propuesta no cumple las condiciones mínimas requeridas para un resultado creíble de la COP”, señalan los países firmantes.

Reclaman que se incluya esa hoja de ruta para los combustibles fósiles. “Esta expectativa es compartida por la gran mayoría de las partes [en referencia a los países que negocian], así como por la ciencia y por las personas que siguen nuestro trabajo de cerca”, añaden. Y advierten que de esta cumbre “el mundo” espera que “demuestre continuidad y progreso”. “Cualquier cosa menos inevitablemente se vería como un paso atrás”, añaden.

La mañana de este viernes, la carta la habían firmado Austria, Bélgica, Bulgaria, Chile, Colombia, Costa Rica, Croacia, Chequea, Dinamarca, Estonia, Fiji, Finlandia, Francia, Georgia, Alemania, Guatemala, Honduras, Islandia, Irlanda, Kenia, Liechstenstein, Luxemburgo, Islas Marshall, México, Mónaco, Países Bajos, Panamá, Palau, Corea del Sur, Eslovenia, España, Suecia, Suiza, Tuvalu, el Reino Unido y Vanuatu.

Pero no basta con lograr mayorías en estas cumbres de la ONU. El sistema por el que se tiene que acordar cada texto, cada palabra en cada decisión, se basa en el consenso, lo que significa que cualquiera de los casi 200 países que participan puede levantar la mano y frenarlo todo. Este sistema durante las más de tres décadas de conversaciones sobre cambio climático en la ONU ha hecho que los acuerdos siempre se vean rebajados, aguados. Arabia Saudí ha sido históricamente el país que ha encabezado a una coalición de países petroleros que han batallado por eliminar todas las menciones a los combustibles fósiles. En Belém, según fuentes de la negociación, estarán haciendo lo mismo. Pero, además, otros grandes países, como China o Rusia, no han mostrado su apoyo a la idea de la hoja de ruta para dejar atrás los combustibles fósiles.

La Unión Europea, por el momento, no se ha unido a la carta de presión a la presidencia, aunque sí algunos de sus miembros más importantes, como Alemania, Francia y España. No así Polonia e Italia. Pero el comisario europeo del área de clima, Wopke Hoekstra, ha sido también claro en sus declaraciones: “Esto no se acerca en absoluto a la ambición que necesitamos en materia de mitigación. Estamos decepcionados con el texto que hay sobre la mesa actualmente”.

Las organizaciones ecologistas han instado también a los países a devolver ese texto para que salga uno nuevo. “La COP30 ha mostrado un apoyo creciente a una hoja de ruta alejada de los combustibles fósiles, por lo que el resultado de Belém debe incluirlo para asegurar que pongamos fin a la quema de petróleo, gas y carbón lo antes posible”, ha apuntado Tracy Carty.

En tres décadas de cumbres solo una texto final incluyó la mención explícita a dejar atrás los combustibles fósiles para combatir el cambio climático. Fue en la de Dubái de 2023. Transcurrió de una forma parecida, al menos en cómo se fueron presentando los borradores. Primero, se difundió un texto en el que se mencionaban, luego otro en el que no y que era mucho menos ambicioso. Hubo una fuerte reacción de los países y finalmente la última propuesta que se aprobó abogaba por dejar atrás el petróleo, el gas y el carbón.

Pero en 2023 el mundo era otro y el apoyo fuerte de la UE y de Estados Unidos, entonces en manos de los demócratas, fue determinante para el resultado de la cumbre de Dubái. Hoy EE UU no solo no está presente en Belém, sino que su Gobierno se ha convertido en el mayor defensor de los combustibles fósiles, además de negar el calentamiento global.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Manuel Planelles
Periodista especializado en información sobre cambio climático, medio ambiente y energía. Ha cubierto las negociaciones climáticas más importantes de los últimos años. Antes trabajó en la redacción de Andalucía de EL PAÍS y ejerció como corresponsal en Córdoba. Ha colaborado en otros medios como la Cadena Ser y 20 minutos.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_