En La Pintana, el bastión electoral de Franco Parisi en la Región Metropolitana de Chile
El líder del Partido de la Gente sacó un 26,7% de los votos en el municipio más humilde de la capital de Chile. Solo fue superado por Jeannette Jara, abanderada de la izquierda


Si la primera vuelta presidencial de Chile se hubiera decidido en uno de los municipios más humildes de Santiago, La Pintana, estarían compitiendo por la Presidencia la candidata de la izquierda Jeannette Jara y el economista Franco Parisi, líder del Partido de la Gente (PDG). En esa comuna, de casi 190 mil habitantes, Parisi sacó un 26,77%, unos siete puntos más que el ultraconservador José Antonio Kast. Solo fue superado por Jara, que consiguió un 30,9%.
Pero La Pintana no es Chile, sino solo una zona donde Parisi goza de alta popularidad. Con un discurso antisistema, este economista de 58 años sorprendió en las elecciones del 16 de noviembre cuando sacó un 19,7% de los sufragios en todo el país, quedando en el tercer lugar sin ser anticipado por las principales encuestas del país que daban ese puesto a la exalcaldesa Evelyn Matthei, de la derecha tradicional, o al libertario Johannes Kaiser, considerado más radical que Kast. Hubo regiones donde Parisi, incluso, superó en sufragios a Jara y a Kast, como en Arica y Parinacota (27,8%), Tarapacá (31,1%), Antofagasta (34,9%) y Atacama (32,6%). Ahora, sus votantes son cruciales para el desenlace de la segunda vuelta y los 14 parlamentarios que sacó su partido en la Cámara de Diputados serán fundamentales para el próximo Gobierno.
El resultado de las elecciones del pasado domingo no solo fue sorpresivo para encuestadores, sino también para Óscar Hernández, un taxista de 43 años, residenciado en La Pintana, pero por razones distintas a las de los expertos en sondeos. Él esperaba ver a Parisi en la papeleta del 14 de diciembre: “Nos aburrimos de los políticos de siempre, el pueblo se aburrió de las promesas falsas, partiendo por el Gobierno de Boric que prometió cosas que nunca cumplió. Parisi no pertenece a una élite como Jara o Kast, a la derecha o a la izquierda; él dice las cosas cómo son y eso le gusta a la gente, que está cabreada [molesta] en Chile”.

Hernández estuvo en el cierre de campaña del entonces candidato presidencial, el 12 de noviembre. Un acto que, justamente, fue realizado en el parque Pablo de Rokha de La Pintana, rodeado de cientos de personas, con automóviles de tuning –el exaspirante a La Moneda es aficionado de esta disciplina, que consiste en carreras urbanas en vehículos modificados– y escuchando música. Así también lo recuerda Felipe Olade, un mecánico de 37 años, que cuando escucha a Parisi, por quien votó, le “hacen sentido sus ideas porque conectan con lo que pienso”. Como el líder del PDG, a quien admira desde que lo vio en el programa de streaming Bad Boys, tampoco se define de la izquierda ni de la derecha, solo opina que “los políticos nos hacen daño a los pobres porque no nos dejan surgir, siempre nos quieren abajo y ellos arriba”.
La Pintana, un municipio oficialmente creado en 1984, tiene unos 30 kilómetros cuadrados de extensión en los que una gran proporción son barrios vulnerables –más conocidos como poblaciones en Chile– donde se concentran viviendas sociales, algunas construidas con cemento y otras con madera. Hay basura en algunas esquinas, pocos supermercados y muchas tiendas de comestibles pequeñas. Las estaciones del Metro de Santiago están alejadas (caminando, a una hora de distancia), muchas personas se transportan en motos de carga -llamadas popularmente toritos- y el microtráfico de drogas es uno de los principales problemas.
Muy cerca de la plaza de Armas de este municipio están sentadas María Eugenia Contreras, una jubilada, junto a una vecina del sector llamado “Magdalena Dos”, quienes coinciden en que están en una comuna relegada.

Es una sensación casi universal para sus habitantes. Lo confirma también Juan Carlos Espinosa, de 58 años, quien está residenciado en la Villa Gabriela Mistral: “Esta es una comuna marginada por los gobiernos. Es mal mirada. Si uno dice que viene de La Pintana y lo dice a otros, enseguida es mirado en menos [menospreciado]. Es donde tal vez hay más crímenes y donde la droga está a la vuelta de la esquina. Solo se acuerdan de nosotros para buscar votos, pero cuando están en el Gobierno no existimos. Por eso, soy apolítico, no voté el domingo, no sé si me llamarán para multarme y si es así no tengo dinero para pagar”.
Él quedó desempleado después de ser atropellado por un automóvil hace unos años, lo que le dejó con una lesión en la cadera que lo incapacitó para seguir en el rubro de la construcción. De vez en cuando, para dar de comer a su nieta de seis años, ha pedido dinero a algún vecino, afirma.

Parisi no ha cedido su respaldo a ninguno de los candidatos que pasó a la segunda vuelta, sino que les ha pedido “gánense los votos”. Y este lunes, en una nueva fase de la carrera presidencial, Jara ha sostenido un encuentro con vecinos de La Pintana, lo mismo que hizo el izquierdista Gabriel Boric en la recta final de su campaña emprendida hace cuatro años, cuando midió fuerzas con Kast.
En esa comuna, Boric había ganado no solo en las presidenciales del 19 de diciembre de 2021, sino también en las del 21 de noviembre cuando se impuso con casi un tercio de los votos, mientras que la opción de Parisi quedó en el quinto lugar. “Chile se ha vuelto más inseguro, de eso no se salva ni Las Condes ni La Pintana, nos golpea a todos por igual y eso es algo que ha empeorado en este Gobierno”, dice Ricardo Garrido, un pensionado de 77 años, que trabaja en el taller mecánico de uno de sus hijos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma











































