Ir al contenido
_
_
_
_

Los 10 lugares favoritos de... Marcelo Leonart: “A los 13 años vi una obra de Egon Wolff, la Balsa de la Medusa, y fue mi inspiración”

El escritor, dramaturgo y director teatral, que estrenará ‘Una corona en el fondo de una piscina’, habla del profesor que le inspiró, de su gusto por los libros usados y de la adolescencia en las torres de Bilbao

Maolis Castro

Torres de Bilbao. En mi adolescencia, en los años ochenta, viví en una de las cinco torres de Bilbao, un lugar extraño para esa época donde no había tantos edificios como este. Mi departamento, en un piso 13 de sus 16, desde donde se veía todo Santiago, la cordillera, y un campus universitario. Mi mamá aún vive ahí, y comparo mi recuerdo con lo que es ahora. Vivían personas de clase media de mucho esfuerzo en toda la frontera de Las Condes con La Reina, donde había gente más adinerada. Se sentía esa tensión, sobre todo en los centros comerciales, donde me gustaba ver discos, libros. A veces compraba, pero había guardias que me miraban raro porque, para los estándares más cuicos (de clase alta), soy relativamente moreno. (Bilbao 880, Providencia).

Calle Montenegro. No recuerdo mi colegio con cariño, pero sí al barrio donde estaba porque fue como nuestro patio grande, una eterna adolescencia. Con mis compañeros del colegio dábamos vueltas en bicicletas o jugábamos futbol. Como estudiante me iba bien porque ponía atención, pero no estudiaba mucho. Es decir, no era metódico. No me gusta la enseñanza vertical, soy más de picotear conocimientos, saber lo que me interesa. (Calle Montenegro con avenida Simón Bolívar, Ñuñoa).

Campus Oriente, Pontificia Universidad Católica de Chile. De niño quise estudiar teatro, me la pasaba viendo obras en el Teatro de la UC, y cuando pasaba cerca del campus, en la micro, le decía a mi mamá: “¡Voy a estudiar ahí!”. Lo hice, aunque no duré mucho, pero sí lo suficiente para conocer a mi mujer, Nona Fernández. En la universidad tuvimos nuestras primeras aventuras teatrales y literarias, hoy tenemos una compañía de teatro juntos y la Nona da clases en la universidad. En nuestros tiempos de estudiantes era un sitio bullicioso y efervescente, pero ahora es más calmado. Egon Wolff fue mi profesor, luego de ser su alumno nos seguimos juntando. (Jaime Guzmán Errázuriz 3300, Providencia).

Teatro Nacional Chileno, de la Universidad de Chile. Cuando tenía ocho o 10 años se veía en la tele obras de teatro y vi una llamada Mamá Rosa que me dejó maravillado. Luego Raúl Osorio, un director de teatro y excompañero de colegio de mi papá, nos invitó al teatro. Así, a los 13 años vi una obra de Egon Wolff, la Balsa de la Medusa, y fue mi inspiración. Luego, en la universidad, nos recibía en el teatro nacional el profesor Frenando González, de la Universidad de Chile, que era como la competencia de la Católica. Aun así, él nos veía como alumnos y nos dejaba entrar a los estrenos. (Morandé 25, Santiago).

Librería Palmaria. Soy un asiduo de las librerías. Y en Palmaria siempre me atiende amorosamente Cecilia, le hago encargos y tiene libros hermosos que no están en otros sitios. Lo recomiendo mucho. (Manuel Montt 058, Providencia).

Librerías de la calle Miguel Claro. Hay libros viejos. Me gusta conversar con los libreros, comprar libros de teatro. Y, a veces, cuando tengo suerte, encuentro sorpresas inauditas como ediciones antiguas de alguna obra que ya tengo en casa, pero que igual me la llevo simplemente porque amo coleccionar. (Distribuidas en la calle Miguel Claro, Providencia).

Filomena Café. Queda en mi barrio, la conocí como una botillería, pero luego se transformó en un café. Es un espacio donde se puede leer, escribir, hacer reuniones, y almorzar en familia. Tiene buenos cafés y jugos de naranja, y ricas medialunas. Preparan una comida simple, pero delicada, yo diría que hasta algo gourmet. Y eso me gusta, porque disfruto mucho de la buena comida, aunque yo no cocino mucho. (Miguel Claro 2109, Providencia).

Plaza Guillermo Franke. He tenido esta plaza de vecina por mucho tiempo. Recuerdo que, viviendo cerca de allí, en la calle Garibaldi, nos tocó mudarnos y puse una condición: que sea en una casa con una plaza como está. Lo que sucedió es que nos mudamos dentro del mismo barrio, y encontramos una casa cerca de la plaza. Ahí paseaba a mi hijo cuando él tenía tres años, hoy tiene 25, y también nos reunimos con los vecinos durante el terremoto de 2010, luego en el estallido social (2019), y en otras ocasiones. (Entre la calle Román Díaz y la avenida Sucre, Providencia).

Teatro Matucana 100. He pololeado con todos los teatros, pero este es uno de mis favoritos. Es una especie de plaza pública, donde la gente se encuentra para hablar y reflejar lo que es el estado de la Nación en las obras. Liceo de Niñas fue la primera obra que dimos como compañía en un teatro grande en 2014, porque nosotros éramos del teatro independiente con salas chicas. Lo visito unas cinco veces al año. Mis últimas obras en ese espacio han sido Tú no eres, hermana, un conejo desesperado corriendo por el campo chileno. Sí sé, larguísimo el nombre (risas). Y el año pasado con Animal. La próxima semana estrenaré Una corona en el fondo de la piscina, que es medio shakesperiana. Está ambientada en la clase alta chilena, habla de las intrigas del poder. (Avenida Matucana 100, Estación Central).

Centro Cultural Gabriela Mistral. En las salas del GAM presentamos El Taller. Y en 2017, estrenamos Noche mapuche, que hablaba del constante abuso sufrido por minorías. Nona y yo escribimos con la ventana abierta, podemos escribir sobre la intimidad, pero siempre escuchando lo que pasa en la calle. (Av. Alameda Libertador Bernardo O’Higgins 227, Santiago).

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Maolis Castro
Es periodista de EL PAÍS en Chile desde 2024, antes estuvo en el medio económico Bloomberg Línea. Trabajó para EL PAÍS desde Venezuela entre 2016 y 2019. También estuvo en el portal de periodismo de investigación Armando.info y El Nacional. Ha colaborado para medios como Pulso (Chile), The Wall Street Journal y ABC (España).
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_