La batalla del campesino chileno que asegura que ganó en 2018 un millonario juego de azar, pero que estropeó el boleto
Javier Zapata protagoniza el documental ‘Millonario’, de próximo estreno en Netflix. Dirigido por los hermanos José y Felipe Isla, relata su historia y la de su entorno, una tragicomedia de la vida real que arrancó con el sorteo N° 2049


Era finales de marzo de 2018 y la noticia se esparcía por Chile. Alguien había ganado el Kino, de la Lotería, uno de los juegos de azar más populares del país sudamericano, y no se sabía quién. El premio era para cambiar la vida de cualquiera: 2.400 millones de pesos chilenos (unos 2,5 millones de dólares de la época). Pasaban los días y los artículos en la prensa local multiplicaban la ansiedad: “Buscan a ganador del Kino: está a un mes de perder premio”. Eso, hasta que el 6 de abril, Javier Zapata, entonces de 40 años, un campesino del interior de Los Ángeles, una ciudad ubicada a unos 500 kilómetros al sur de Santiago, aseguró tener el boleto. Sin embargo, cuando fue a reclamar el dinero, el cartón estaba tan a maltraer -fue a parar dentro de su estufa a leña y luego su hija lo botó- que no pudo comprobarlo por su deterioro. Y todavía no lo logra.
De eso, de la alegría a la angustia, han transcurrido siete años, una batalla judicial que sigue en los tribunales chilenos y el rodaje de Millonario, el documental dirigido por los hermanos José y Felipe Isla, producido por Gran Montana y la Fundación Kumelén, que protagoniza Zapata, su familia y sus amigos y conocidos de Los Ángeles. Netflix lo estrenará el 28 de agosto y relata su odisea por cobrar el premio, mientras sigue trabajando como campesino y madruga cada día.

Javier Zapata presentó una demanda ante la justicia civil de Concepción en 2022, que fue rechazada dos años después, en julio de 2024. El fallo, de primera instancia, fue demoledor: “Si bien es cierto el actor expresa que el boleto acompañado correspondería al del sorteo Kino N° 2049, de fecha domingo 4 de marzo de 2018, el cartón acompañado resulta ser un documento ilegible, parcial y deteriorado que a simple vista no permite constatar la circunstancia que se le atribuye, esto es, ser una apuesta correspondiente al sorteo N° 2049″.
Fue una nooticia que El diario La Tribuna, de la provincia del Biobío, que ha seguido todos los pormenores de la causa de Zapata, tituló así: “Se acabó la ilusión: Tribunal rechazó demanda de agricultor que reclamaba millonario premio del Kino”.
El caso está pendiente en la Corte de Apelaciones de Concepción, un hecho que Kino ha destacado este martes en un comunicado público que emitió en la víspera del estreno de Millonario: adjuntó el boleto de Zapata para demostrar que no se ve la combinatoria de los números, el código de seguridad, el número de cartón, la fecha del sorteo, el código barras y el valor de la apuesta.
“Se rumoreaba que llevaba la gran vida”
La historia de Zapata, que no fue el único que intentó reclamar el premio en 2018, llamó la atención de José y Felipe Isla cuatro años después. Antes, vieron la noticia en los canales de televisión, que entrevistaron profusamente al campesino contando su versión, y otras desventuras, como cuando fue por primera vez a la oficina de Lotería y la encontró cerrada.
Pero fue durante la pandemia de covid-19 que José y Felipe miraron el caso con distancia, pues cada tanto el campesino volvía a aparecer en los medios, asegurando que era el ganador.
Llegar a Zapata no fue fácil, cuentan los hermanos a EL PAÍS en una videollamada realizada este martes, y tardaron un mes y medio para conocerlo. En Los Ángeles su historia estaba viva, pues varios de sus habitantes y amigos la tienen fresca en la memoria. También, estaba lleno de rumores en torno a lo que había pasado con él. “Unos periodistas decían que vivía en Puerto Rico, viviendo la gran vida de millonario”, cuenta Felipe sonriendo. Y agrega: “Dijimos ‘bueno, va a salir más caro el documental”. Pero la realidad era otra: cuando por fin llegaron hasta el campo donde vive, en el interior de la ciudad, los recibió junto a Blanca Vásquez, su esposa, y su hija Mariela, con un asado a la parrilla. Y empezó a contarles su odisea.
José relata que una vez allí no solo se encontraron con Zapata, el protagonista, sino también “con una historia de campo que representa a miles de chilenos. Ese mundo de sacrificio de levantarse temprano, de llegar a fin de mes, de trabajar con animales, de sacar leches de las vacas y de salir a vender queso. Es algo que acá en la ciudad no se ve: son personas que se levantan todos los días a las 4.30 horas de la mañana”.
El documental, que tiene como productora ejecutiva a Daniela Valenzuela, sigue el devenir de Zapata, que transcurre en medio de su litigio por el ansiado premio que no llega. “Esta es una historia universal ¿quién no ha soñado con despertarse un día, ganarse un premio y olvidarse de todos sus problemas, como tener una buena salud, acceso a una vivienda o tal vez hacer un viaje? Es algo con lo que todos sueñan", dice Valenzuela.

En siete años, a Zapata le pasaron varios sucesos, los que se van contando en Millonario. En un momento de apuros económicos, por ejemplo, se vio obligado a vender a sus vacas y cerrar su lechería y empezar de nuevo. “Fuimos viendo cómo iba cambiando su forma de trabajar”, dice José.
El equipo trabajó durante tres años en el documental y consiguió los testimonios de la familia del campesino, de un amigo de la infancia, de una expromotora de Kino y, entre otros, de un excompañero de labores de cuando Zapata fue guardia de seguridad. “Son personas de su entorno que tienen relación con lo que le sucedió en base al Kino”, cuenta Daniela Valenzuela.
Esos testimonios dan cuenta del momento de felicidad, y de lo que pasó después con la vida de Zapata, amarrada al boleto. “La historia también tiene un componente de campo, porque allá todos van contando versiones distintas. Y cada uno le pone color a lo que cuenta, y a veces exageran. Eso es muy de Chile y del campo”, dice Felipe. Y destaca el tono de los relatos: “Siendo que es una desgracia, ellos lo cuentan con gracia”. José añade: “Y ese tono fue el que nos guió. A veces hablan con chistes y, en ciertos momentos, pasa a ser también una tragicomedia”.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
