En defensa de la Junji y la Fundación Integra

La información entregada a la Contraloría sobre las licencias con viajes generó naturalmente mucha conmoción. Naturalmente, resulta necesario felicitar el ingenio (o quizás la voluntad) de la institución para cruzar datos, detectar anomalías y buscar la eficiencia estatal. No obstante, la presentación del ranking de instituciones con más licencias con viajes ha llevado, desafortunadamente, a una generalización negativa e incorrecta de ciertas instituciones.

En particular, las dos instituciones que aparecen en los dos primeros lugares del ranking son la Junta Nacional de Jardines Infantiles (Junji) y la Fundación Integra. Ambas instituciones tienen como misión proveer servicios de cuidado para la primera infancia y, en efecto, ellas son las principales proveedoras de educación parvularia. Debido al ranking, estas instituciones han sido catalogadas como problemáticas y llevadas a una especie de juicio público. Sin embargo, resulta necesario hacerse la pregunta: ¿por qué estas instituciones aparecen en tal listado? La explicación es, en realidad, bastante simple y no acorde con el juicio realizada a ellas.

Junji y Fundación Integra atienden alrededor de 250.000 infantes cada año. El servicio de cuidado de menores es altamente intensivo en personal: una educadora de párvulos no puede atender una cantidad masiva de niños menores de cinco años. A modo de ejemplo, la sugerencia en Australia es tener cuatro niños menores de dos años por educadora y cinco niños de dos años por educadora. Por tanto, dado el tamaño de la matrícula y la característica de la provisión de cuidados, es de esperar que el personal requerido sea numeroso. En efecto, según datos del Consejo para la Transparencia para el año 2023, la Fundación Integra (29.176 empleados) y la Junji (24.846 empleados) son las dos instituciones del Estado con más trabajadores. En un tercer lugar aparece la Universidad de Chile (incluyendo el Hospital), que contaba con 11.678 empleados el 2023 y que también aparece en el ranking de licencias. Es decir, las dotaciones mencionadas son más de 15 veces la cantidad de empleados de algunas de las municipalidades que figuran en el listado.

Un análisis más adecuado sería examinar la tasa de licencias con viaje (número de licencias dividido por número de empleados), en lugar de un ranking que simplemente refleja el tamaño de las instituciones públicas. Si calculamos dicha tasa usando datos del año 2023, la Junji tiene una tasa de 0.05 licencias con viaje por trabajador, mientras que la cifra es 0.03 para la Fundación Integra. Si tomamos la misma tasa para una municipalidad del ranking, el número es 0.08 (60% más que la Junji y más del doble de la Fundación Integra). Si la Contraloría generara dichas tasas, podría mejorar el foco de sus intervenciones y del debate público.

A modo de aclaración, es también importante destacar que, contrariamente a lo sugerido por un columnista dominical, no es que la caída en la natalidad implique que “sobra” personal en la Junji y la Fundación Integra. La natalidad sí ha caído en alrededor de 81.000 nacimientos respecto a las proyecciones, pero la matrícula de infantes en la Junji y la Fundación Integra se ha mantenido estable alrededor de 250.000 niños desde el año 2020. Esta estabilidad se debe a cambios en la cobertura, caídas en la matrícula parvularia de los colegios y a la mayor participación de migrantes en el sistema. Por tanto, la caída de la natalidad no implica que “sobren funcionarios.”

En resumen, es obvio que la Junji y la Fundación Integra aparezcan en los primeros lugares del ranking de licencias con viajes: tienen muchos más trabajadores por la naturaleza de su trabajo y, por ende, un mayor número de licencias. No corresponde generalizar a instituciones (y los valiosos trabajadores que están en ellas) basándose en un ranking que captura tamaño. En ese sentido, es de esperar que la Contraloría genere más información y contexto al respecto.