De Silicon Valley a La Pintana: científicos chilenos enseñan IA y programación a madres jóvenes
Tras trabajar en Netflix y Airbnb en Estados Unidos, los expertos en datos Miguel Socías y Cuky Pérez imparten clases gratuitas a mujeres de un municipio vulnerable de Santiago. “Nosotros les enseñamos herramientas que demanda el mercado”, dicen


María de los Ángeles Pérez (Santiago de Chile, 50 años), conocida como Cuky, y Miguel Socías (Santiago de Chile, 53 años) son un matrimonio que brilló durante dos décadas en Silicon Valley. Ella lideró el equipo de plataformas de Airbnb y trabajó en Shopify; y él fue cientista de datos senior en Netflix. Lo tenían todo para seguir abriéndose caminos en la capital de la tecnología: ambos economistas, con doctorados en la Universidad de Stanford, expertos en ciencia de datos e inteligencia artificial, y apasionados por la educación. Pero decidieron cambiar de dirección en 2022 y volver a su país, a La Pintana –uno de los barrios más pobres–, para enseñar sus conocimientos a madres jóvenes.
Nadie dentro de su entorno podía entender el giro altruista, pero ellos sí. La decisión fue tomada a finales de 2016, luego de la muerte de la madre de Cuky Pérez en Santiago. “Ya no queríamos estar lejos de nuestros padres, ni volver a recibir otra llamada desde la distancia con una mala noticia. Silicon Valley es un sitio único y no hay arrepentimiento de haber estado allí. Pero no queríamos seguir con ese ritmo de vida, porque es un lugar que te exprime para sacar lo mejor de ti. Hace que uno sienta que nunca es suficiente. Nosotros éramos la pareja perfecta para estar allí, porque no tenemos hijos y trabajábamos todos los días. Fue una experiencia interesante, pero estoy contenta de estar de vuelta en Chile”, dice la economista y ex investigadora de la Universidad de Washington.

Como casi nada está dejado al azar para esta pareja, hicieron cálculos de cuándo sería el mejor año para regresar a su país y qué querían hacer. El resultado fue 2022 y enseñar a personas con escasos recursos económicos; en este caso, madres jóvenes. “Decidimos que gran parte de nuestro tiempo iba a ser donado en Chile”, asegura la experta en datos.
Para este propósito se aliaron con la Fundación Soymás, que capacita a madres adolescentes en distintos oficios, entre ellos peluquería y gastronomía, en los municipios de La Pintana, Maipú y Renca, en la Región Metropolitana de Santiago, y en la ciudad de Antofagasta, en el norte de Chile. Bárbara Etcheberry, directora ejecutiva de Soymás, dice que la idea está en que estas mujeres aumenten sus redes y desarrollen proyectos para contar con autonomía económica y “romper el círculo de la pobreza”. Con la iniciativa de la pareja de economistas incorporaron el curso gratuito de programación de análisis de datos con inteligencia artificial generativa. En uno de los talleres aprenden el uso de una metodología denominada Vibe coding, que permite a las alumnas crear aplicaciones web dictando instrucciones a la IA, y en pocos días algunas ya han desarrollado desde cero una red social funcional.

“Cuando partimos supimos que teníamos que posicionar a nuestras alumnas en el mercado laboral, en un lugar que sabíamos no iban a competir con ingenieros porque solo tenemos un año para enseñarles este oficio. Y para abrirse oportunidades, la idea fue que trabajaran en todas esas tareas que resultan tediosas para los ingenieros, pero donde tienen oportunidades: limpiar datos, ciberseguridad u otros. Nosotros les enseñamos herramientas que demanda el mercado”, dice Miguel Socías.
El currículo educativo diseñado por él y su esposa incluye aprendizaje de lenguajes de programación como JavaScript, Python y SQL. Para escalar estos cursos, Soymás realizó una alianza con el Instituto Nacional de Capacitación Profesional (Inacap) con el fin de que sus profesores enseñaran a madres en sus instalaciones de Renca y Maipú. “Este círculo de enseñanza se podría escalar a todo Chile. Esa es la idea. Tengo el complejo de Silicon Valley; es decir, siempre siento que no es suficiente. Por eso, creo que se puede escalar y cambiar la vida de más mujeres. No me gusta cuando son subestimadas, porque ellas son muy capaces”, comenta Pérez.

Ella –considerada por la prensa local como una de las chilenas que ha llegado más lejos en Silicon Valley– se ha mostrado interesada por la representación de las mujeres en carreras y oficios en la tecnología desde hace unos años. Durante el plan piloto de este proyecto se preguntó qué pasaría si sus clases no tenían recepción entre las madres: “Eso nos preocupaba. Pero rápidamente nos dimos cuenta de que las chicas de La Pintana, que han tenido todo en contra, tienen la motivación de sacar adelante a sus hijos. Ese es el filtro más grande, no hay que convencerlas de que con esto se puede cambiar”.
De momento, tres generaciones ya han egresado del curso que dicta con su esposo, y varias exalumnas fueron contratadas como analistas junior en empresas. Además, el programa ha crecido de 10, en 2023, a más de 80 estudiantes en la actualidad. “La diferencia de nuestros cursos es que no hacemos una selección, sino que entra quien quiera estudiar. Cuando terminamos las clases ellas siguen con ganas de aprender más. Suena el timbre y nadie se levanta de la sala”, explica Socías.
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