Croqueta ‘social club’

“Lo primero que observo es el rebozado; sin aceite, limpio, fino y crujiente”, explica esta cordobesa, madrileña de adopción. No en vano, la palabra que bautizó a esta elaboración nació de croquer, la onomatopeya francesa de crujir, origen del nombre de la elaboración en francés, croquette. “Es importante que el relleno sea cremoso, que se te deshaga en la boca”, continúa, “y que no haya que adivinar el sabor”.

Más información

Las croquetas caseras se globalizan

22 bares donde hacen croquetas tan espectaculares como las de tu abuela (y su secreto)

Camacho da estas claves mientras degusta las del restaurante NuBel (Argumosa, 43), donde cocina Javier Muñoz-Calero. Sus croquetas son de las mejores valoradas por los usuarios que puntúan en su página. “El secreto está en conseguir un empanado muy fino y una bechamel semi-líquida”, deja caer el cocinero, celoso de revelar su receta.

El proyecto de Camacho arrancó con fotos de sus croquetas favoritas en la red social Instagram. Tras constatar el éxito, el pasado mayo presentó la web. “Me muevo en el mundo de la gastronomía y cada vez que voy a un bar o restaurante procuro probarlas, especialmente si dicen que son caseras”, señala. Referencia el plato en función de tres caracaterísticas: rebozado, sabor y relleno. Entre las tres pueden conseguir cinco estrellas, una valoración que hacen los usuarios. “La idea es que la gente aporte”, comenta. Sus favoritas, admite, son las de jamón del restaurante Viavélez y las de bacalao de Viridiana: “Espectaculares”.

Croquetas en Madrid permite bsucar el producto por zona e ingrediente, también dispone de un Croquemapa de los establecimientos geolocalizados. Para los que vayan con apetito, Camacho se ocupa de recomendar bebida y comida para acompañar esta elaboración. También aparecen las croquetas menos afortunadas: “Las que no son buenas las ponemos para evitarlas”.