Barberá lleva la campaña electoral a la escuela

María José Català dijo ayer que una escuela “no es un lugar para manifestar posiciones políticas ni posiciones sindicales”, al referirse a las protestas de Alaquàs. Lo dijo después de que Rita Barberá, en su intervención oficial ante autoridades, invitados y periodistas reunidos en el nuevo colegio de Russafa, aludiera a Valencia como “ciudad educadora basada en el principio de libertad”, al que contrapuso “demasiadas tentaciones totalitarias disfrazadas de falsa progresía”, contra las que invita a levantar la bandera de “la auténtica libertad”, la objetividad, la excelencia y la calidad.

 Cuando inquirieron los periodistas si refería a alguien en concreto, mostró sorpresa ante “la hipocresía y cinismo por parte de la izquierda”. Aludió a “nuevos agrupamientos políticos” con los que “la izquierda se amalgama con una especie de disfraz de progresía y regeneración de la democracia”, cuando no “son más que servidores de Chávez y de Cuba”. O sea, “tentaciones totalitarias de instalar en nuestra ciudad o comunidad autónoma los modos y estilos políticos de Cuba y Venezuela”.

A continuación, la alcaldesa se refirió a Podemos y los equiparó a “estos que estaban chillándome a mí por un colegio que no está ni en Valencia”. “Estos” eran dos padres del Ciutat de Cremona que habían trasladado su protesta al colegio de Russafa.

Afirmó que la izquierda tiene "tanta debilidad" que ningún  partido "es capaz por sí mismo de ser ni siquiera alternativa de gobierno", razón por la cual "se tienen que amalgamar para intentar ser algo más entre todos".

En cuanto a la propuesta del PP para gobernar los municipios la lista más votada, Barberá insistió en su defensa el acuerdo que la llevó a gobernar  Valencia en 1991 pese a no ser entonces la lista más votada. "Hicimos un acuerdo pro servicio de los valencianos, y no  contra nadie", manifestó y se mostró "orgullosa" del pacto "que cambió y ha cambiado realmente la faz de la ciudad" a su modo de ver.