Unas becas muy difíciles de encontrar

El sueño de cualquier adolescente aplicado con ganas de mejorar su inglés: cursos intensivos de verano en el British Council por 100 euros. Es la oferta que el Boletín Oficial del Ayuntamiento de Madrid (BOAM) publicó el viernes pasado: una convocatoria para seleccionar a 120 jóvenes de entre 14 y 18 años con financiación de más del 70% del precio del curso a cargo de las arcas municipales. Los interesados, sin embargo, tienen que darse prisa. Además de haber tenido la suerte de leer esa edición del BOAM, solo tienen cinco días laborables (esta semana) para presentar su solicitud, que según la convocatoria solo se recoge en un sitio: la Concejalía de Familia y Servicios Sociales.

Lo ajustado de los plazos, además del hecho de que la renta de los padres no cuente para seleccionar a los beneficiarios, ha llamado la atención del grupo municipal de UPyD, que tiene previsto preguntar por estas becas en la próxima comisión. Hay un tercer elemento que provoca las sospechas de la formación: que para desempatar entre candidatos con la misma puntuación cuente el orden de presentación de la solicitud. “No quiero pensar mal, pero me pregunto por qué apenas se le ha dado publicidad a esta convocatoria y por qué aparece un viernes y solo da los cinco días siguientes para llevar la solicitud. ¿Quién puede presentarse? ¿Quién, fuera del Ayuntamiento, tiene acceso a la información y se entera?”, se pregunta la concejal Cristina Chamorro.

Las plazas, para cursos de dos semanas en julio y septiembre, se reparten con un criterio puramente académico: la media de las notas del curso escolar 2010-2011 más la nota final de la asignatura de inglés. Una matrícula da cinco puntos; un sobresaliente, cuatro; un notable, tres; un bien, dos, y un aprobado (o suficiente o apto) equivale a un punto. En caso de empate, el que haya sido más rápido a la hora de entregar la solicitud consigue un punto extra. “Nos parece bien que el expediente cuente, porque contribuye a la cultura del mérito y el esfuerzo, pero no se tiene en cuenta el criterio de capacidad económica”, señala Chamorro.

“El plazo es corto, eso es cierto”, concede el director general de Educación y Juventud, Carlos Blanco. “Hay que resolver la convocatoria para adjudicar, de ahí las prisas”. Pero añade que las solicitudes pueden presentarse en cualquier registro municipal, que a su vez los dirige a la concejalía receptora. Hay que saberlo, porque la convocatoria, sin embargo, señala que “deben presentarse en el registro” de Familia y Servicios Sociales, y especifica la dirección: José Ortega y Gasset, 100. Los formularios pueden descargarse en la página web municipal. “Creemos que también debería ser posible presentarlas por la misma vía”, sostiene Chamorro.

Blanco explica que hace dos semanas que se publicitan las plazas en paradas de autobuses, juntas de distrito y en las siete oficinas de información juvenil. En total, asegura, 100 puntos. Se trata de un cartel que promociona todas las actividades veraniegas para jóvenes que organiza el Consistorio: tanto las deportivas como las de medio ambiente, pero sin explicar en qué consisten. De hecho, la única referencia a las becas del British son las palabras “taller idiomas” e “inglés” escritas junto a otras como “piragüismo” o “escalada”.

“No nos parece que sea una convocatoria hecha con la intención de que llegue a todas las familias”, opina Chamorro. “Se le debería haber dado mucha más difusión”, añade, y asegura que su grupo ha preguntado en institutos públicos, donde han afirmado no conocer las becas. Blanco asegura que “ha circulado” por todos los centros. Tampoco comparte la crítica sobre el baremo económico. “¿Por qué tiene que ser por renta? No se trata de una necesidad social o básica, sino de un curso con una cierta especialización”, argumenta. Sin embargo, reconoce que “todo es revisable” y que se puede publicitar más. De hecho, adelanta que si reabre las plazas de septiembre “se les dará toda la publicidad posible”.