El Banco Gallego está obligado a pedir 290 millones o a integrarse en Novagalicia

La auditoría de cuentas del Banco Gallego, publicada fuera de plazo y firmada por Deloitte, arroja una sombra sobre el futuro de la entidad que el año pasado registró pérdidas de 24 millones. Los auditores han anotado una salvedad sobre el impacto patrimonial derivado de las dos últimas reformas para apuntalar el sistema financiero. Para cumplir con ellas el Gallego necesita 192 millones de euros, y a 31 de diciembre de 2011, los fondos propios consolidados del banco ascienden a 259 millones de euros. El margen, según fuentes consultadas, es insuficiente. Los auditores explican que los administradores del banco están estudiando posibles proyectos “de integración con otras entidades de crédito, analizando la realización de una ampliación de capital y estudiando la recompra de la emisión de participaciones preferentes”.

También detallan que entre sus planes de futuro barajan vender activos o traspasar un cierto número de oficinas. “A la fecha del informe de auditoría no se dispone de información suficiente que permita evaluar las implicaciones, en su caso, de dichos hechos para las cuentas anuales”, terminan los auditores. Según fuentes próximas a la entidad participada en un 49,8% por Novagalicia, los caminos para salvar este escollo se limitan ahora a tres: conseguir de forma rápida ahorros de 100 millones de euros (algo casi imposible si se tiene en cuenta que la plantilla ya ha sufrido un ERE de 100 personas); que Novagalicia se haga cargo de la entidad o una inyección de capital de 290 millones de euros. Esta última opción abocaría al banco a pedir dinero al FROB.

Fuentes consultadas calculan que la opción más probable está en la absorción por parte del accionista mayoritario. “Desde el primer momento intentaron venderlo, pero en estas condiciones les está siendo imposible”, asegura una fuente del sector. Liberbank o el Espiritu Santo negociaron la compra de parte de los activos del Gallego sin éxito. Los accionistas minoritarios, (Epifanio Campo con un 11%, Javier Ungría con otro 11%) se resisten apoyar una ampliación de capital. La absorción, en cualquier caso, tendría un elevado coste para la plantilla