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Crítica Teatral
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

‘El Monstre’, de Josep Maria Miró: un monstruo viene a visitarnos

La violencia (personal y colectiva), el ritual atávico y el sacrificio recorren la obra de Josep Maria Miró en la Sala Beckett, que sigue explorando sus demonios

Albert Prat y Àurea Márquez, en una escena de 'El monstre', en la sala Beckett.
Oriol Puig Taulé

Josep Maria Miró es el dramaturgo del miedo. En sus obras siempre encontramos trazas de misterio, y el terror se manifiesta de las formas más insospechadas. Miedo al otro (Temps salvatge), miedo al grupo (El principi d’Arquimedes), miedo a uno mismo (Nerium Park). Las acciones del pasado tienen graves consecuencias en el presente, y a menudo los personajes de Miró son visitados por sus demonios. Con el estreno de El monstre en la Sala Beckett, uno de nuestros dramaturgos más traducidos y representados vuelve a la carga con los temas que últimamente le quitan el sueño. Deseo, pasado, miedo. Ruralismo, violencia y sexo: como en El cos més bonic que s’haurà trobat mai en aquest lloc y La majordoma, un pueblo de la Cataluña profunda es el marco geográfico y mental donde todo sucede. Una vieja carretera secundaria resulta el camino más rápido para llegar al inconsciente.

Berta y Santi son una pareja que comparte cama y sueños (o pesadillas), y que conviven con el hijo de ella y un perro que rescataron. Nada es lo que parece en esta obra, donde las palabras hacen saltos temporales dentro de una misma frase y el narrador se transfigura en distintos personajes. Joan Negrié (elegante, diabólico, misterioso) es el perro (¿o se trata de un zorro?) que espía a sus amos mientras duermen en su habitación. Él también encarna al monstruo, ese monstruo individual y colectivo que acecha a los dos protagonistas y al pueblo entero. Àurea Márquez y Albert Prat interpretan a una pareja que vive en una nebulosa: entre el presente y el pasado, entre la vigilia y el sueño, entre la fantasía y la realidad. La única fábrica que había en el pueblo cerró hace tiempo, y su chimenea/campanario dejó de sacar humo para convertirse en un centro cívico. La desaparición de los usos tradicionales de nuestros espacios lo convierte todo en un decorado, una cita, un simulacro. Hemos pasado de los telares a los fantasmas.

Albert Prat y Àurea Márquez, dos intérpretes extraordinarios, pasan del diálogo doméstico al terror más absoluto con facilidad

La violencia (personal y colectiva), el ritual atávico y el sacrificio recorren una obra muy exigente, tanto para los intérpretes como para el público. El propio Josep Maria Miró firma la dirección: el espacio diseñado por Albert Pascual aprovecha todas las posibilidades expresivas de la sala pequeña de la Beckett, situando a los protagonistas en una tarima negra (reflectante como un lago), coronada por muchas lámparas idénticas. La iluminación de Toni Ubach es tanto o más importante que el propio texto: en su sobrecogedor inicio vemos cómo Berta y Santi levitan en el aire, literalmente. ¿Son dos espectros o estamos ante una aparición? La música de Yair Karelic añade suspense y dramatismo a la cosa, subrayando al mismo tiempo la convención teatral. El personaje de Negrié actúa como el ángel exterminador del pueblo o el atractivo visitante que vampirizaba a una familia entera en la película Teorema (Pier Paolo Pasolini, 1968). Prat y Márquez pasan del diálogo doméstico al terror más absoluto con facilidad, demostrando que son dos actores capaces de hacer un triple salto mortal, sin red de protección, y continuar la frase en la liga del naturalismo. Dos intérpretes extraordinarios, vamos.

El monstre es un montaje oscuro, frío y áspero: seguramente habría sido más indicado que la Sala Beckett lo hubiera programado en invierno, ya que contrasta sobremanera con la temperatura del ambiente y con la comedia romántica que se puede ver en la sala de abajo. Josep Maria Miró ya ha ganado un par de premios con este texto (el Jardiel Poncela y el Quim Masó) y estamos seguros de que en el futuro continuará explorando sus demonios (y los nuestros). No tenemos ninguna duda: todos tenemos fantasmas para rato.

El monstre

Texto y dirección: Josep Maria Miró.

Reparto: Àurea Márquez, Joan Negrié y Albert Prat.

Festival Grec. Sala Beckett. Barcelona. Hasta el 27 de julio

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Sobre la firma

Oriol Puig Taulé
Oriol Puig Taulé (Sabadell, 1980) es crítico y cronista de artes escénicas. Es licenciado en Historia del Arte y tiene un Máster en Estudios Teatrales por la Universidad Autónoma de Barcelona. Coordina la sección de teatro y danza del digital cultural 'Núvol', y lo encontraréis en los escenarios más insospechados
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