
¿Espejismo?
Un día carraspeé al paso de una difunta —Evita Perón— que miró hacia arriba y me hizo un gesto sobrecogedor con la mano
Escritor y periodista (1946). Su obra, traducida a 25 idiomas, ha obtenido, entre otros, el Premio Nadal, el Planeta y el Nacional de Narrativa, además del Miguel Delibes de periodismo. Destacan sus novelas El desorden de tu nombre, El mundo o Que nadie duerma. Colaborador de diversos medios escritos y del programa A vivir, de la Cadena SER.
Un día carraspeé al paso de una difunta —Evita Perón— que miró hacia arriba y me hizo un gesto sobrecogedor con la mano
La pequeña preguntó a su madre en qué consistía ver. “En no tropezar”, respondió
Aun comprendiendo el malestar creado por el escenario al que nos ha conducido la torpeza de nuestros dirigentes, me resultan extrañas las connotaciones teológicas que observo en el desengaño colectivo
Hay sociedades a las que le vendría muy bien un ansiolítico, un relajante muscular, no sé, un sedante que las arrancara de la estupefacción
Estamos a punto de quemar una ligera posibilidad de cambio en la pira de unas prédicas de madera barata
La inseguridad ciudadana no es solo que te roben la cartera en el metro, es que te toque a Esperanza Aguirre como presidenta de tu comunidad o a Rodrigo Rato como jefe de Bankia
Nadie sabe dónde estaba cuando el rey Juan Carlos otorgó a Carmen Franco Polo, hija del tirano, el título de duquesa con Grandeza de España
Se debe denunciar la pobreza en la literatura, en el cine, siempre y cuando la denuncia actúe como bálsamo más que como generadora de rencor
Se mira uno en el espejo del país heleno y se dice: allá vamos sin remedio
Imaginemos que las autoridades se volvieran locas (tampoco es tan difícil) y que de un día para otro decretaran que dos más dos son cinco
Hay que priorizar. ¿De qué hablamos primero, a ver, de constitucionalismo o de desigualdad? Dígalo usted que duerme en la calle
Pasar de la radio a la tele es como pasar de la idea a la realidad, del mundo infantil al adulto, del orden lógico al ontológico
Las cabezas de los seres humanos son trampas en las que se precipitan los pensamientos que circulan por el aire
Resulta más difícil cambiar de prosa que de zapatos
La misión encomendada al escritor Juan José Millás era bien sencilla: “Vete al Prado un día cualquiera y piérdete en la multitud”. También complicadísima: “Establece una topografía del lugar y una sociología del visitante”. El resultado de aquel deambular, de aquel contemplar y de aquel pensar es este texto: un intento de desentrañar algunas de las claves de por qué y cómo la gente de cualquier edad y de cualquier latitud entra en un museo como El Prado. Y lo que hace ahí.
Me propongo vigilar la aparición de ideas intrusas en mi cerebro, pero siempre me engaña
Me doy cuenta de que estoy introduciendo en la cabeza de mi nieto el pensamiento binario que tanto nos ha hecho sufrir
La globalización es una máquina de normalizar el yo y el resto de los pronombres personales, de normalizar el malestar, el acoso, la violación, el crimen, la mentira
Cara y gesto, cuerpos en movimiento, angustia y luz.Todo eso está en el asfalto: un efervescente lugar físico. Pero también un inabarcable espacio mental
Su lectura me coloca en el cruce entre lo 'aprensible' y lo inaprensible