Ir al contenido
_
_
_
_

Iñaki Gutiérrez, tiktoker de Javier Milei: “Sacamos nueve millones de votos. ¿Qué carajo se creen los que nos insultan?"

El joven influencer es un puente entre el presidente ultra de Argentina y las juventudes que lo acompañan

En las mañanas en que su placard queda entreabierto, Iñaki Gutiérrez (Buenos Aires, 24 años) se despierta en su cama de una plaza y mira dos cabezas en tamaño natural: la de Darth Vader y la de un soldado de asalto del Imperio Galáctico de Star Wars. A su izquierda, cuelga un mapa de la Argentina con el detalle de las ciudades grandes y medianas, una guía indispensable para las campañas electorales; a su derecha, una televisión de plasma. En el generoso mueble con un escritorio, libros de Derecho y Economía —las dos carreras que estudia—, una variedad de souvenirs de Javier Milei y su motosierra, una remera blanca con la última condena judicial a Cristina Fernández de Kirchner, una reproducción de la tobillera electrónica de la expresidenta, una placa de reconocimiento con el nombre Iñaki mal escrito y un paquete de tallarines de una primera marca argentina que ha decidido poner al resguardo del resto de la familia.

Gutiérrez vive con sus padres —una ex secretaria de división de Legales de Telefónica durante 33 años y el dueño de un centro de kinesiología— y sus hermanas mellizas en un departamento en la frontera porteña de Colegiales y Belgrano. Camino a la sesión de fotos en su dormitorio, se encuentra con palos de golf y hockey y con la empleada doméstica vestida con uniforme que plancha en el living de sillones blancos y pisos de pinotea. El tiempo apremia porque debe rendir dos materias de Economía en un cuatrimestre que descuidó los estudios por la campaña electoral en la que Milei tuvo una resonante victoria electoral a nivel nacional y provincial. Cuenta que su madre le ha dado un ultimátum a esas distracciones.

Gutiérrez tiene una vida de adulto avanzado cuando atraviesa el umbral de ese departamento o al abrir su teléfono. Influencer de mayorías, es la única persona que maneja una de las redes sociales del presidente —TikTok—, goza de su confianza, Milei le ha hecho saber de sus ganas de ser padre después de los 50 años y es uno de sus puentes con el universo de los sub-30, unas de las grandes fortalezas políticas y electorales del mandatario.​

Pregunta: ¿Qué es lo que más le interesa saber al Presidente de esa franja etaria?

Respuesta: A mi generación se nos cuenta el fracaso, pero no lo vivimos estrictamente o vivimos una parte muchísimo más ínfima de lo que vieron los más grandes. El proyecto del presidente Milei debería tener un tremendo apoyo en la gente más grande que vivió ese fracaso, un apoyo medio en la gente de mediana edad y un apoyo bajo en los jóvenes. Los jóvenes capaz que piensan en una economía planificada o tienen una óptica muchísimo más social porque el mundo se volvió más sensible. Lo loco es que quienes menos vivieron o sufrieron ese fracaso, que somos los jóvenes, somos los que más entendemos que hay que cambiar. El presidente se sorprende con nuestro poder de síntesis. Somos como una esponja, entendemos muy bien lo que nos plantea. El programa tiene un entendimiento absoluto en jóvenes que incluso no tienen mucha formación o razones para entender un programa económico. Se quieren sumar a la rebelión que nos propuso.

P: ¿Rebelión contra qué?

R: Contra el statu quo, contra lo que estaba planteado. Que el único que podía hacerse cargo de una economía en crisis era el peronismo y que, en medio de una crisis económica, hacer un ajuste era una locura.

P: Usted lo visita con frecuencia a la Quinta presidencial de Olivos. Entiendo que el menú de temas va de la ópera al traqueo de redes. ¿Qué temas relevantes ven ahí?

R: La primera vez que vi ópera fue con él. Creo que Rigoletto de Giuseppe Verdi. Las de Olivos son charlas que pueden ser de fútbol, de política, de economía, de alguna cosa que veamos en las redes en ese momento. ¿Qué cosas son importantes para ver en las redes? Primero, por impresiones y likes. Es un mercado de votación constante. La política es masiva, es de convencimiento masivo, es de votos. Si alguien está movilizando más gente hay algo que ver ahí. Así empecé yo.

Gutiérrez hizo el colegio secundario con una estrategia particular de escolarización.

— A diciembre me llevaba 14 o 15 materias, aunque llegué a llevarme 21. Para mí, era un negoción. Me rascaba los huevos todo el año y sacaba las materias en una sola fecha. Recibía amonestaciones por temas menores, como no llevar el uniforme y tener el pelo largo. Un amigo mío se robó un matafuegos, un preceptor salió a buscarlo y yo me puse en el medio y le dije “por acá no pasás”. Me echaron y mi mamá se desmayó cuando se enteró de la noticia.

La única materia que le gustaba —Formación Ética y Ciudadana— hizo que se interesara por la composición de las cámaras del Congreso y la Constitución. En simultáneo, la política se había cruzado por primera vez en su vida cuando el periodista Jorge Lanata, conductor de programas de radio y televisión en el Grupo Clarín, surcó la Patagonia para mostrar las denuncias de corrupción contra la familia Kirchner.

—Cuando terminé el colegio, y más en la pandemia, estaba todo el día en casa tirado en la misma cama de ahora y usando el celular. Ahí es donde empecé a ser conocido. En octubre de 2019 hice un posteo en el que decía que el peronismo quedaba con la peor composición histórica en el Senado desde la recuperación de la democracia en 1983. Al poco tiempo, por ese posteo, me llamó de la nada Mauricio Macri, que acaba de dejar la Presidencia, para citarme a un reunión y me pidió que empezara a trabajar con Patricia Bullrich, que era la jefa de su partido. Tenía 19 años.

Gutierrez duró poco en el partido y al poco tiempo conoció en las redes —otra vez las redes— a Eugenia Rolón, una santafesina que la acercó al mundo Milei y con quien acaba de cumplir cinco años de novios.

— Me encontré en un café con Milei por primera vez creo que en diciembre de 2021. “Mirá Javier, creo que tenés que tener un TikTok, te lo puedo manejar”, le dije. Arrancamos cuando sorteó su primer sueldo de diputado. Esa es la épica inicial que me gusta. Hace poco me encontré un ministro que se jactaba de todo lo que lo conocía desde el día que asumió la Presidencia. No, pensé para adentro. Conocerlo era estar en Alta Gracia, Córdoba, cuando teníamos 8 puntos de intención de voto.

Las tres conversaciones con EL PAÍS fueron a la 10 de la mañana en el mismo café a 50 metros del departamento en el que vive Gutiérrez. Cada vez, tomó una Coca-Cola sin azúcar, no salió a fumar uno de los 11 cigarrillos diarios que consume y casi no miró su celular. Llegó siempre vestido de negro, como cada día desde que terminó el secundario y decidió que no quería tener que pensar en los colores ni las combinaciones de las prendas.

La primera vez falló a la cita mañanera.

-Me llamó Javier. ​

​Sobre la medianoche se disculpó.

Gutiérrez tiene 601 mil seguidores en TikTok, sigue a 11 personas, tiene 13,9 millones de likes y su avatar dice: “Derecha anticomunista. 24 años. Orgulloso de ser argentino”. En X tiene 285.000 seguidores, sigue a 473 usuarios y tiene otro avatar: “Sueño con una Argentina cada dia más libre. Trabajo todos los días para alcanzarla. 24 años. Orgulloso de ser argentino”. En Instagram mantiene ese avatar, tiene 687.000 seguidores y sigue a 271 personas. Dice que ya no es consumidor de redes, que simplemente hace un trackeo diario del humor social.​

P. ¿Cuál es su explicación al crecimiento exponencial de Milei en redes?

R. Por los contenidos de los otros candidatos presidenciales de 2023 y la solvencia de Milei para explicar y prometer cosas realizables desde entonces y hasta ahora. En la campaña presidencial, cuando veía que el dólar se disparaba, le pedía que dijera las razones en pocos segundos y no paraba de generar interés y nuevos seguidores.

Gutiérrez usa su celular para dar una explicación práctica. En un comienzo, Milei iniciaba cada posteo de TikTok dando su nombre completo, su condición de liberal libertario y luego hablaba del tema del día. Gutierréz lo empujó a abreviar las introducciones. Muestra, en su pantalla, que cuando va al punto el porcentaje de usuarios que siguen viendo a los 8 segundos es del 62%. Cuando hay introducciones, en esos mismos 8 segundos, es menor del 20%.

P. Pero más allá de las destrezas de TikTok, ¿qué fue lo que funcionó o funciona?

R. Nosotros estábamos y estamos en la vida de la gente. En un principio acompañó, ayudó, el pelo, la motosierra y qué sé yo, pero si no tenías un background de propuestas no funciona. Vamos a terminar con la inflación y tenemos el índice de criminalidad más bajo en los últimos 25 años. Muchas veces que me dicen, ustedes prometieron dolarizar y no dolarizaron. Vamos por la mitad del mandato y en la elecciones de octubre pasado los argentinos demostraron que nos creen, que saben que cumpliremos.

Gutiérrez es un digital territorial, un modo de hacer equilibro entre dos de los grupos en pugna en el gobierno. Las Fuerzas del Cielo digitales que responden al influyente asesor Santiago Caputo y los territoriales que responden a Karina Milei, secretaria general de la presidencia y la funcionaria con mayor poder en el gobierno. Activo en redes, no deja de viajar por las provincias antes y después de las elecciones. Tiene las irreverencias de los centennials, pero en las conversaciones públicas ofrece las modulaciones del político tradicional y algunos de sus hábitos. En su casa lee el Clarín en papel de lunes a sábado y La Nación los domingos, como parte de los rituales que comparte con su padre.

—No confío mucho en Clarín y La Nación, pero sí me gusta ver qué orden de prioridades le dan a las noticias. La Nación publicó una vez que me habían echado del gobierno. La periodista que escribió la nota me llamó para preguntarme. Le dije que, que antes de echarme tenía estar contratado y no estaba contratado. Luego le pasé al presidente de la Nación, que le dijo que no me había echado y la publicó igual. Es un poco idiota pensar que los periodistas van por la nota y y no por los 5.000 dólares que les pueden dar por decir algo así.

P. ¿Creé que a un periodista le dan 5.000 dólares para fabricar noticias?

R. Deseo que sea por 5.000 dólares. Si lo hizo gratis, me daría muchísima más pena y vergüenza.

En la conversación pública, en las trifulcas de redes, un tema vuelve y una y otra vez sobre Gutiérrez: su remuneración por el trabajo que hace para el gobierno.

P. ¿Por qué si tiene una responsabilidad no cobra un sueldo?

R. Porque el sueldo que debería cobrar es por manejar el TikTok del Presidente. Si llegué al Gobierno diciendo que la gente se está cagando de hambre, cobrar un millón y medio de pesos (uno poco más de mil dólares) por manejar el TikTok del Presidente mientras un jubilado cobra 300.000 (unos 200 dólares), me parece mal. Mi trabajo, específicamente, son 5 minutos para grabar un TikTok y listo. Vivo con mis padres, me tomo una coca, no tengo grandes gastos [muestra la pantalla de una billetera digital: tiene 861 pesos, 60 centavos de dólar]. El presidente después de la campaña de octubre no hizo más posteos de TikTok porque está cansado. ¿Dos meses sin hacer nada y cobrar un sueldo? El está en todo el derecho de no hacerlo, pero creo que se está perjudicando con eso. Se lo voy a explicar.

En la Universidad de Buenos Aires, donde estudia Derecho, Gutiérrez recibe insultos en los pasillos y percibe un clima hostil en su contra.

​— Muchos kirchneristas me dicen “pepona” por tener la cara redonda y el pelo largo. Es una manera de decirme que soy una muñeca. No sólo en Derecho. En realidad, media Argentina me llama así. Cuando me anoto a una materia, le digo siempre lo mismo al profesor o profesora: “¿Cómo le va? Me voy a presentar, mi nombre es Iñaki Gutiérrez. Le manejo el TikTok al presidente Milei y trabajo con él. Le pido por favor que se dirija a mí, de forma pública, como Gutiérrez. Ni Iñaki ni por mi segundo apellido”. Es una prevención porque contra los insultos en los pasillos nada puedo hacer.

P. ¿Cuál cree que es el origen del encono?

R. Cada vez va a haber más violencia contra nosotros porque nos está yendo cada vez mejor. Cada vez ganamos las elecciones con un margen más amplio. Sacamos nueve millones de votos. ¿Qué carajo se creen los que nos insultan? En la Universidad de Belgrano es todo lo contrario. Casi no interactúo con nadie y paso desapercibido.

P. ¿Por qué decidió estudiar economía ahí?​

​R. Un año después de conocer a Milei me anoté en la universidad donde él se había recibido y donde daba clases. Tiene algo muy frustrante. Cualquier cosa de la que habla Milei no está en la carrera. Nada, pero nada.

P. Usted no se define como libertario.

R. Soy de derecha y conservador en lo que respecta a la legislación. Con la legislación actual, el matrimonio igualitario es algo con lo que estoy sumamente a favor. Lo mismo con la adopción homoparental. Sobre el aborto no tengo una opinión tan contundente porque no he estudiado lo suficiente al respecto. Pero soy creyente, creo en el concepto de patria y familia.

P. ¿Qué ideas cambió desde que está con Milei?

R. Creía que efectivamente un Estado eficiente y no tan chico era posible. Hoy lo creo totalmente imposible. Las personas son de naturaleza, por lo menos las que integran Estado, corruptas. La inmensa mayoría, cuando llega a lugares de poder, se manda cagadas. En el gobierno de Milei se echaron 150 funcionarios que tomaron atribuciones que no tenían que tomar o que determinaron cuestiones que no eran correctas. La solución es que el Estado esté en los menores lugares posibles de toma de decisión: la justicia, la seguridad.

P. ¿Cuál es el sentido de todo esto?

R. Para hacer de Argentina el mejor país del mundo y para que mi familia tenga un mejor lugar donde vivir y que yo pueda desarrollarme acá.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

_

Últimas noticias

Lo más visto

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_