Los grandes empresarios le reclaman reglas claras y estables al Gobierno de Milei
Sin la participación del presidente ultra, un millar de dueños y directivos de empresas que operan en Argentina se reúnen en el coloquio de IDEA

El optimismo y la fe en el plan económico de Javier Milei parecen haber dejado paso a la cautela y la incertidumbre entre los dueños y directivos de las grandes empresas que operan en Argentina. El coloquio que cada año organiza el Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA) funciona como un termómetro de la percepción que tienen las principales compañías sobre el rumbo de la economía. A diferencia del encuentro celebrado en 2024, cuando el apoyo y las expectativas acompañaron y aplaudieron mayoritariamente la presencia del presidente ultra, la edición del coloquio inaugurada este miércoles acusa el impacto de la inestabilidad política y económica que asedia al Gobierno, a diez días de las cruciales elecciones de medio término. Y, esta vez, Milei decidió no presentarse.
“Juega Argentina. A competir, producir, innovar”, es el lema del encuentro, que hasta el viernes reúne a un millar de empresarios, funcionarios y expertos, como es costumbre, en la ciudad costera de Mar del Plata, a 400 kilómetros de Buenos Aires.
La 61° edición del coloquio de IDEA coincide con una nueva crisis financiera del país sudamericano y con el multimillonario rescate concedido por Estados Unidos. Fuera de la agenda de los debates organizados, el salvavidas lanzado por Donald Trump a su incondicional aliado Milei fue el tema predominante en las conversaciones informales que se escuchaban en el Hotel Sheraton, sede del encuentro.
La inauguración estuvo a cargo de Mariano Bosch, presidente del coloquio. Su discurso resumió la médula de los reclamos que desde hace años sostienen los grandes empresarios. “Para competir tenemos que saber en qué cancha estamos jugando”, dijo y pidió “reglas claras” y “previsibilidad” a largo plazo para mejorar la productividad.
“La estabilización y el equilibrio fiscal eran necesarios y el Gobierno acertó”, comentó el titular de IDEA, Santiago Mignone, en un aparte. “Ahora, esas son condiciones necesarias pero no suficientes”, dijo y detalló las otras demandas centrales del empresariado, que afloran en los debates y las exposiciones: una reforma impositiva y una reforma laboral.
Mientras los debates y las conferencias del coloquio se sucedían, desde Estados Unidos llegaban precisiones sobre el salvataje de la Casa Blanca para el Gobierno de Milei. Según lo anunciado hasta el momento por el secretario del Tesoro, Scott Bessent, consiste en un swap (intercambio de monedas) por 20.000 millones de dólares y en una línea de crédito por otros 20.000 millones para el mercado de deuda soberana. El socorro se completa con la venta de dólares del Tesoro de EE UU en el mercado de cambios argentino, para sostener la presión sobre el peso en un país con escasas reservas e inminentes vencimientos de deuda.
Si bien en las declaraciones formales escuchadas en IDEA el respaldo de Trump era definido como “un cambio estructural” y “muy bueno para el ambiente de negocios” —tales las palabras de Horacio Marín, designado por Milei al frente de la petrolera YPF—, los comentarios extraoficiales eran diferentes. Entre muchos empresarios primaba la sensación de que el Gobierno así gana tiempo hasta los comicios del domingo 26 y que, después, difícilmente pueda evitar una mayor devaluación del peso. Varios insistían en que habrá que esperar a conocer “la letra chica” del acuerdo con EE UU.
“No podemos estar dependiendo todos los días de un tuit de Bessent para que no se hundan los mercados”, comentaba un ejecutivo bancario, en el lobby del hotel, mientras circulaban cafés y bocadillos. “Compartimos la idea general del Gobierno, el rumbo macro, pero las medidas no pueden cambiar día por medio, necesitamos estabilidad”, rezongaba un empresario industrial, jugo de naranja en mano. “Si no salimos de esta turbulencia financiera, es muy difícil”, murmuraba otro. “La volatilidad de las tasas nos mata. Es un delirio, parece joda: suben o bajan de un día para el otro”.
Ante la ausencia de Milei, la primera jornada del coloquio cerró con un discurso de su portavoz. Manuel Adorni celebró “el apoyo financiero del Tesoro americano” como “un hecho sin precedentes” para Argentina “y pocas veces visto en la historia de la humanidad”. Endulzó los oídos empresarios con el anuncio de proyectos para flexibilizar el régimen de trabajo y se mostró esperanzado frente a las próximas elecciones: “El Gobierno confía en que después del 26 habrá un Congreso más reformista”, dijo.
En voz baja, con alusiones al estancamiento de la economía y la caída del consumo, muchos de los presentes expresaban su incertidumbre sobre el dictamen de las urnas. Algo parecido había sugerido el propio Trump, cuando condicionó la ayuda estadounidense al resultado electoral.
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