Mercosur cierra un acuerdo comercial con cuatro países europeos en plena guerra tarifaria de Trump
Lula allana el camino al pacto con la Unión Europea mientras Milei consigue margen para dialogar con Estados Unidos

Buenos Aires será la sede este jueves de una nueva cumbre de jefes de Estado del Mercosur marcada por acuerdos comerciales clave con Europa que avanzan pese a las grandes diferencias ideológicas de los mandatarios. El presidente de Argentina, Javier Milei, será el anfitrión de la cita semestral del bloque, aunque todas las miradas están puestas en su par brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, y su probable visita a la líder de la oposición peronista, Cristina Kirchner, en prisión domiciliaria. Ese encuentro privado tensará aún más la tirante relación entre Milei y Lula, pero el bloque integrado por Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Bolivia llega a la cumbre fortalecido por el impacto internacional de la guerra arancelaria desatada por Donald Trump.
En la víspera de la cumbre de jefes de Estado, los cancilleres del Mercosur anunciaron el cierre de un acuerdo con la Asociación Europea de Libre Comercio de países europeos extracomunitarios que integran Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza (Efta). Lula no se cansa de repetir desde hace décadas que las negociaciones exitosas son aquellas donde todos ganan porque todos ceden. El presidente brasileño ha logrado que Mercosur finalice las negociaciones con el bloque europeo ajeno a la UE. Y eso, como destaca la prensa brasileña, significa que el chocolate suizo queda libre de impuestos, como la carne que el bloque sudamericano exporte a los países de la Efta. Pero, en términos políticos, da cierto impulso a los esfuerzos para cerrar definitivamente el acuerdo de verdad relevante, el de la Unión Europea. Cuando entre en vigor, ese pacto que se gesta hace un cuarto de siglo creará la mayor zona de libre comercio del mundo.
Lula es de los convencidos de que, en plena guerra tarifaria de Estados Unidos contra el mundo, cualquier avance del multilateralismo es un triunfo político. A cambio, Brasil ha cedido a la petición de la Argentina de Milei de aumentar la lista de productos exentos de la llamada Tarifa Externa Común. Esa decisión, que la diplomacia de Brasil define como “una concesión”, supone flexibilizar las reglas de un bloque. Ante los embates de Milei contra el bloque, Lula considera capital relajar las reglas internas y preservar Mercosur, una alianza comercial que considera capital para impulsar la maltrecha integración de la región.
Tanto Milei como Lula, en las antípodas ideológicas, coinciden en la importancia de un acuerdo que abriría el gran mercado de la Unión Europea a los productos agrícolas, hidrocarburos y minerales críticos de los países sudamericanos del bloque. “Ratificar el acuerdo sería un logro diplomático, político y económico para el Mercosur”, señala la experta en relaciones internacionales Florencia Rubiolo. “Generaría un mayor compromiso de aquellos países que han tenido mayores críticas, como Uruguay con Luis Lacalle Pou y Argentina ahora con Milei, y justificaría su supervivencia”, agrega.
Al asumir la Presidencia pro tempore, Milei se mostró partidario de dinamitar un bloque al que calificó de “prisión” y “escollo para el desarrollo”. Seis meses después, ha rebajado el tono de confrontación, aunque mantiene la presión para flexibilizar el Mercosur tanto como sea posible. Con la ampliación de la lista de excepciones arancelarias, el líder ultra gana margen para negociar un trato comercial preferencial con Estados Unidos. La guerra tarifaria de Trump enfrió el entusiasmo del mandatario argentino por lograr un acuerdo de libre comercio con la potencia americana, pero busca sacar ventaja de su sintonía ideológica con Trump para potenciar al máximo el comercio bilateral.
Brasil asume ahora la presidencia rotatoria de Mercosur, con lo que Lula ve una ventana de oportunidad impagable para culminar el acuerdo Mercosur-UE. La presidencia brasileña también retomará los debates sobre cuestiones climáticas, derechos sociales, mujeres o minorías, asuntos que Argentina sacó de la agenda del bloque.
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