El juez autoriza la visita del presidente Lula a Cristina Kirchner, en arresto domiciliario
El viaje del brasileño a Argentina está motivado por la cumbre del Mercosur, que se celebra este jueves en Buenos Aires

Cristina Kirchner podrá recibir al presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, en su casa de Buenos Aires, donde cumple prisión domiciliaria por una condena firme a seis años de cárcel por corrupción. El juez a cargo de establecer el régimen de visitas de Kirchner autorizó este miércoles que Lula visite a la expresidenta este jueves, según confirmaron fuentes de la defensa a EL PAÍS. El viaje del brasileño está motivado por la cumbre del Mercosur, el jueves en Buenos Aires. Será la primera visita de alto nivel que recibe la líder peronista, de 72 años, desde que quedó detenida, el pasado 17 de junio. El encuentro previsto tiene además una gran carga simbólica: Kirchner se mira en el espejo de Lula, preso durante más de 500 días entre 2018 y 2019 en una causa por corrupción que fue anulada por el Tribunal Supremo brasileño en 2021.
El Gobierno de Brasil ha confirmado que el encuentro será el jueves por la tarde. Es decir, tras la cumbre. La visita de Lula a Kirchner es un gesto de solidaridad con una amiga y aliada ideológica, pero también puede ser interpretado como un gesto de reciprocidad al peronismo y al presidente argentino, Javier Milei.
El presidente brasileño solía repetir a menudo lo agradecido que estaría siempre a Alberto Fernández por la visita que le hizo en la cárcel, en 2019, cuando el argentino estaba en campaña electoral para las presidenciales con Kirchner como compañera de candidatura. Fernández ganó los comicios, gobernó y, concluido el mandato, está acusado de maltratar a su esposa, caso por el que cayó en desgracia, mientras Lula conquistaba el poder por tercera vez.
Lula tenía también una deuda pendiente con el presidente Milei, en las antípodas ideológicas. Nunca se han reunido a solas y mantienen unas relaciones extremadamente tirantes. En su primera visita a Brasil como presidente de Argentina, hace un año, Milei dinamitó todos los ritos diplomáticos y cruzó la frontera para participar en un foro de la extrema derecha mundial en territorio brasileño y reunirse con Jair Bolsonaro, jefe de la oposición a Lula.
Ahora el brasileño le devuelve aquella afrenta diplomática con una visita a Kirchner en su primera visita a la capital argentina desde que Milei asumió la Presidencia, en diciembre de 2023. Aunque ambos han suavizado sus posiciones desde entonces, la mala relación personal persiste y no hay prevista una reunión bilateral entre ellos durante la cumbre de jefes de Estado del Mercosur que se celebra este jueves en la capital de Argentina, el país anfitrión.
El encuentro entre Lula y Kirchner comenzó a gestarse desde el momento en el que la Corte Suprema dejó firme la condena contra la expresidenta, hace tres semanas. Los jueces confirmaron el fallo de tribunales inferiores, que declararon culpable a Kirchner de una defraudación millonaria al Estado argentino mediante la adjudicación irregular de medio centenar de obras públicas en la provincia patagónica de Santa Cruz, cuna del kirchnerismo. La líder peronista rechaza los cargos y se considera víctima de lawfare, es decir, del uso de la justicia como arma para perseguir políticos opositores.
Lula, que estuvo 20 meses en la cárcel por un caso de corrupción anulado en 2021, quiere expresar en persona su solidaridad a la exmandataria argentina. Ya la telefoneó recientemente. “Estos días llamé a Cristina Kirchner, que fue condenada. La llamé para expresarle mi solidaridad, y ella incluso lloró”, contó Lula en una entrevista. El veterano político enfatizó que la amistad entre ambos no obedece a los cargos presidenciales, sino a que son dos seres humanos.
La visita a Kirchner sumará tensión al tirante vínculo entre Lula y Milei, al frente de los dos grandes países del Mercosur. El bloque, sin embargo, acaba de conquistar un logro importante antes de comenzar la cumbre. La Cancillería brasileña anunció en una nota, la víspera del encuentro de presidentes, “la conclusión definitiva de las negociaciones del acuerdo de libre comercio” de Mercosur con el bloque integrado por Noruega, Suiza, Islandia y Lienchenstein (el llamado Efta), formado por países europeos que no pertenecen a la UE. Este pacto afianza el proceso para rematar de forma definitiva el acuerdo con la Unión Europea, que tiene un renovado interés para ambas partes en plena guerra tarifaria de Trump pese a las reticencias de Francia.
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