El peronismo desafía a la Justicia con más de 900 pedidos para visitar a Kirchner en prisión domiciliaria

San José 1111. Miles de argentinos se han acercado a esta dirección de Buenos Aires y han levantado la vista hasta el balcón del segundo piso con la esperanza de ver asomarse a él a la expresidenta Cristina Kirchner, que cumple seis años de prisión domiciliaria. La lista de personas que puede cruzar el portal y reunirse con la líder del peronismo en su casa es mucho más reducida. Desde la semana pasada se limita al círculo familiar y sus custodios, abogados y médicos. Cualquier otra persona que quiera visitarla tiene que ser autorizada por el Tribunal Oral Federal 2 (TOF 2) de Buenos Aires, el responsable de fijar los requisitos de su arresto domiciliario y de supervisar que se cumplan. Los correos recibidos con peticiones superan los 900, pero los legisladores kirchneristas amenazan además con visitarla incluso sin autorización “en cada oportunidad que sea necesaria”.

“Tenés que escribirle a los jueces y esperar que te autoricen. Como si fuera una reclusa peligrosa”, protestó el abogado Gregorio Dalbón en su cuenta de X (antes Twitter) el lunes cuando se hizo público el rechazo del tribunal al recurso que solicitaba visitas sin restricciones para la condenada. La defensa de Kirchner apeló la resolución del tribunal a una instancia superior, pero Dalbón decidió publicar el correo electrónico del TOF 2 y sus seguidores lo viralizaron. La respuestas fue masiva: 702 mensajes en 24 horas y unos pocos cientos más en las siguientes.

La presión de la militancia peronista a los jueces no ha surtido efecto. El tribunal se negó a responder uno a uno los mensajes recibidos y optó por aclarar que debe ser Kirchner o sus defensores quienes tramiten los pedidos de visitas, incluyendo en ellos los datos personales de cada solicitante. La decisión provocó nuevas críticas de Dalbón: “En vez de responder con humanidad, respondió con burocracia: ‘las visitas las tiene que pedir ella’. Ridículos”.

Legisladores afines a la expresidenta redoblaron la apuesta en la tarde del miércoles y se mostraron dispuestos a desobedecer al tribunal. “Los representantes de Unión por la Patria en el Congreso ratifican que concurrirán, en cada oportunidad que sea necesaria, a reunirse con Cristina Fernández de Kirchner en su domicilio de San José”, señalaron en una carta pública. “En calidad de representantes del pueblo no necesitamos autorización alguna por parte del tribunal para tener contacto personal con la expresidenta”, agregaron.

Kirchner forzó al tribunal a notificar su detención a distancia y no en persona, como habían exigido en un primer momento, para evitar que concurriese en medio de una caravana multitudinaria que iba a cruzar todo el centro de Buenos Aires. Después, les hizo aclarar que sí tiene permiso para asomarse al balcón de su departamento y saludar desde allí a sus simpatizantes. Los jueces, en cambio, no han dado su brazo a torcer para flexibilizar el régimen de visitas. En opinión de la condenada, se trata de un requisito “totalmente arbitrario” y violatorio de sus derechos civiles. El TOF 2 discrepa y el lunes resolvió mantener las restricciones originales. La decisión final está ahora en manos de la Cámara de Apelaciones.

Es la primera vez que un ex jefe de Estado está preso por una condena firme por corrupción en Argentina y desde que se conoció el fallo quedó claro que su detención iba a estar rodeada de circunstancias excepcionales por su alto perfil político. Aun inhabilitada para ejercer cargos públicos y presa desde el pasado 17 de junio, Kirchner encabeza la oposición política contra el Gobierno de Javier Milei. A sus 72 años, busca mantener ese rol de liderazgo de cara a la campaña para las elecciones legislativas del 26 de octubre.

En sus últimos días en libertad, Kirchner recibió a los principales referentes del peronismo. Ahora, en cambio, el contacto con ellos debe ser ahora telefónico o virtual, salvo que reciban una autorización para ir a verla. La misma condición se impone a sus amigos, conocidos e incluso a autoridades extranjeras, como el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, que estará en Buenos Aires la semana que viene para participar en la Cumbre de jefes de Estado del Mercosur. Kirchner y Lula hablaron por teléfono la semana pasada, pero un encuentro presencial entre ellos tensaría aún más el vínculo entre el presidente brasileño y Milei, anfitrión de la cumbre.