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Venezuela denuncia el despliegue de aviones de combate de Estados Unidos cerca de su territorio: “Es una provocación”

El ministro de Defensa, Vladimir Padrino, asegura que se trata de cinco aeronaves F-35: “Quiero que sepan que eso no nos intimida”

Nicolás Maduro
Florantonia Singer

El ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino López, ha denunciado este jueves la presencia de cinco aviones de combate de Estados Unidos sobrevolando cerca de Venezuela, específicamente al norte del litoral central del país caribeño. “Es una provocación, una gran amenaza contra la seguridad de la nación”, ha afirmado el general. Se trata del enésimo episodio de escalada en medio de la tensión creciente entre ambos países desde que la Administración de Donald Trump inició, a finales de agosto, una cruzada antidrogas en el Caribe y puso al Gobierno de Nicolás Maduro, acusado de liderar una organización criminal dedicada al narcotráfico, en el punto de mira.

“No cometan el error de agredir militarmente a Venezuela. Piensen bien, investiguen bien y lean el espíritu nacional”, ha advertido el funcionario. “Por allí ha detectado el sistema integrado de defensa aérea de Venezuela, dentro de la región de Maiquetía, a más de cinco vectores con características de vuelo de 400 nudos y volando a una altura de 35.000 pies. ¿Qué indica eso? Son aviones de combate que el imperialismo norteamericano se ha atrevido acercarse a las costas venezolanas”.

Según Padrino, una línea aérea internacional ha informado a la torre de control de Maiquetía, el principal aeropuerto de Venezuela, próximo a Caracas. “Nunca habíamos visto este despliegue de aviones de la clase F-35. Los estamos viendo, quiero que sepan que eso no nos intimida. La presencia de esos aviones volando en la cercanía de nuestra área de influencia es una grosería, es una provocación, una amenaza contra la seguridad de la nación”, ha agregado.

Ante esta nueva maniobra, el titular de Defensa, uno de los dirigentes de mayor confianza de Maduro, ha asegurado que Venezuela activará una “movilización nacional” en caso de ser “agredida” por Estados Unidos. Hace días, el Gobierno bolivariano aprobó una medida que amplía los poderes del mandatario a través de un decreto de “conmoción exterior” que autoriza a las autoridades a tomar el control militar de los servicios públicos y de las instituciones estratégicas, además de facilitar el cierre de las fronteras. Padrino ha afirmado en una comparecencia retransmitida por televisión que el decreto busca “proteger los intereses económicos, la producción, la vida, la salud” de los ciudadanos. “Para eso son los estados de excepción en revolución, nunca jamás en revolución”, ha zanjado.

Este mismo jueves se ha conocido la decisión de Trump de formalizar la guerra de Estados Unidos contra los carteles del narcotráfico. Así lo recoge un memorándum de la Casa Blanca notificado al Congreso y filtrado a la prensa, un documento en el que el magnate republicano califica de “combatientes ilegales” a los miembros de las organizaciones criminales vinculadas al tráfico de drogas. El pasado mes de agosto el Departamento de Justicia de Estados Unidos emitió una orden de captura contra Maduro, a quien sitúa a la cabeza del llamado Cartel de los Soles.

Este último movimiento se ha producido después de que las fuerzas estadounidenses hayan hundido en las últimas semanas tres lanchas supuestamente cargadas de de estupefacientes en aguas del Caribe, cerca de las costas de Venezuela. Estos ataques, en los que murieron varias personas, fueron anunciados por el propio Trump a través de las redes sociales y contribuyeron a disparar la tensión bilateral hasta cotas nunca alcanzadas desde 2019, cuando la Casa Blanca se enfrentó al sucesor de Hugo Chávez por su apoyo al opositor Juan Guaidó.

Desde hace semanas en el Palacio de Miraflores, sede de la presidencia venezolana, la preocupación es máxima y el entorno de Maduro está convencido de que pronto se producirá una intervención estadounidense. La paranoia ha llevado a la cúpula del chavismo a instaurar un clima de terror en el que no se admite ninguna debilidad e incluso la duda ante las instrucciones del presidente se interpreta a menudo como señal de una supuesta traición. Al mismo tiempo, el chavismo se ha volcado ya en la movilización de sus bases de militantes. El aparato gubernamental y el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) organizan desde principios de septiembre jornadas de adiestramiento militar para los 4,5 millones de milicianos con los que aseguran que cuenta el Gobierno, a los que se ha sumado una multitud de civiles simpatizantes del chavismo.

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