Estados Unidos, Argentina y Perú instan a la OEA a declarar terrorista al Tren de Aragua
La disidente cubana Payá entra en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos a propuesta de la Administración Trump


Estados Unidos, Perú y Argentina han solicitado a sus socios de la Organización de Estados Americanos (OEA) que cataloguen al Tren de Aragua como una organización terrorista extranjera, decisión que la Administración Trump tomó en su territorio en febrero. La propuesta, presentada por Lima, propone compartir datos biométricos e inteligencia financiera para combatir a la organización nacida en Venezuela, informa Efe. La OEA celebra en Antigua y Barbuda su asamblea anual, que supone el estreno del nuevo secretario general, el surinamés Albert Ramdin. La disidente cubana Rosa María Payá Acevedo, hija del fallecido Oswaldo Payá, militante prodemocracia, ha sido elegida para ocupar una de las tres vacantes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a propuesta de Washington.
La administración Trump acusa al Gobierno de Nicolás Maduro de colaborar con el Tren de Aragua. A la propuesta peruana se sumaron también Ecuador, El Salvador, Panamá y Paraguay.
El número dos de la diplomacia estadounidense, Christopher Landau, que encabeza la delegación de EE UU, fue muy claro el jueves en su discurso. Criticó duramente al organismo regional por inoperante, con mención expresa al fraude electoral en Venezuela y la crisis en Haití, y recordó que Washington está en pleno proceso de evaluación para decidir qué organismos internacionales abandona. También recalcó el enorme interés estadounidense de ver a Payá en la CIDH.
Landau se quejó de que la OEA “es incapaz o no está dispuesta” a cumplir su mandato. En su discurso, afirmó en referencia a las presidenciales venezolanas de agosto pasado: “¿Qué ha hecho esta organización en respuesta a ese descarado fraude electoral? Hasta donde sabemos, nada sustancial".
La cuestión de Venezuela ha generado enormes discrepancias regionales. El perfil del nuevo líder de la OEA, Ramdin, diplomático de carrera, contrasta con el de su predecesor, Luis Almagro, que imprimió un fuerte carácter político al cargo. La jefa de la delegación de Brasil, Maria Laura da Rocha, número dos de la cancillería, ha abogado por el diálogo para que la organización “recobre la capacidad mediadora y vuelva a ser un interlocutor relevante”. También ha instado a los socios a “trabajar para que la OEA vuelva a contar con la participación de todos los países de las Américas”, sin mencionar a Venezuela, que está fuera.
Las tres vacantes de la CIDH, que tiene siete comisionados, fueron cubiertas en una votación secreta. Payá fue elegida en primera vuelta. Su padre, Oswaldo Payá, falleció en 2012 en un accidente de tráfico en Cuba, sobre el que la propia CIDH apuntó que identificó “indicios serios y suficientes para concluir que agentes estatales [cubanos] participaron en las muertes de Payá y [Harold] Cepero”, según un informe de 2023. La nueva comisionada, formada en Física en La Habana y con un máster en liderazgo global por la Universidad de Columbia, dirige la Fundación para la Democracia Latinoamericana y Cuba Decide.
La comisión de expertos independientes que evaluó a los candidatos a comisionados dictaminó sobre Payá que “su experiencia con organizaciones de la sociedad civil le brindará un enfoque desde las víctimas que podría contribuir con la labor de la CIDH”.
La directora ejecutiva de la Fundación para el Debido Proceso, Katya Salazar, explica la relevancia de la CIDH. “Es un órgano que, en tiempo real, le señala a los Estados que están vulnerando derechos humanos. De ahí que sea visto por algunos Estados como una piedra en el zapato y su hiperrelevancia”, detalla al teléfono desde Washington. Añade que, además de recibir las denuncias de violaciones de derechos humanos y decidir cuáles envía a la Corte, “hace informes, organiza audiencias públicas y comunicados de prensa, pegados a la actualidad, mientras la Corte suele demorar muchos años en dictar sentencia”.
Sostiene Salazar que, en la elección de los nuevos miembros de la CIDH, “la gran pugna es entre los Estados que no quieren supervisión internacional y los que aceptan el escrutinio externo. Aunque aquellos a los que no les gusta, no lo van a reconocer. Es más sencillo vender esa narrativa de que es un pulso izquierda-derecha”.
Junto a Payá se incorporará a la CIDH la abogada de Bahamas Marion Bethel, que ha desarrollado parte de su carrera en órganos de la OEA. La tercera plaza no ha logrado ser definida porque los dos candidatos que han pasado a la segunda vuelta, los de Brasil y México, no han logrado suficientes votos. La elección queda pospuesta a una próxima reunión.
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