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Los cocaleros bloquean Bolivia: “Sin Evo Morales, no hay elecciones”

Los sindicatos cortan la carretera que atraviesa el país, en protesta por la exclusión electoral del expresidente

movilizacion evo morales

“Sin Evo [Morales] no hay elecciones”. Esta es la consigna de los sindicatos cocaleros del Chapare o “trópico de Cochabamba” que este martes han comenzado a bloquear la carretera que atraviesa Bolivia de oriente a occidente. También hay bloqueos y protestas en otras partes del país. Algunos conflictos, como las marchas de “evistas” alrededor del Tribunal Electoral en La Paz, están vinculados a la demanda del expresidente Morales de participar en las elecciones de agosto. Otras son manifestaciones espontáneas contra la grave crisis económica boliviana. El Gobierno ha anunciado que las acciones buscan derrocar al presidente Luis Arce y “bajar las elecciones”; y advirtió que recurrirá a la fuerza militar si fuese necesario.

La policía está despejando los cortes de ruta con éxito, pero el conflicto apenas ha comenzado. Morales moviliza todas las fuerzas que le quedan para evitar que se concrete la peor perspectiva para él y su grupo político: unas elecciones en las que su foto no esté en la papeleta. O, más grave todavía, unas elecciones en las que la voz indígena y popular sea representada por Andrónico Rodríguez, su antiguo delfín, que luego de esperar mucho tiempo su bendición para convertirse en el candidato alternativo rompió con él y ahora tiene vuelo propio. Ha sido considerado un “traidor” en el Chapare y ha perdido los cargos de dirigente cocalero que ostentaba. En cambio, sigue siendo el presidente del Senado.

La encuesta de la televisora Unitel, publicada el 1 de junio, destacó a Rodríguez como tercero en el podio y como el izquierdista mejor posicionado, con un 14% de la intención de voto. Mientras tanto, el candidato del Movimiento al Socialismo (MAS), Eduardo del Castillo, no llegaba al 3%. El sondeo también mostró un cambio fundamental en el humor político boliviano: el empresario de centroderecha Samuel Doria Medina ocupaba la punta con un 19%, seguido de cerca por el expresidente derechista Jorge Quiroga (18%).

Andrónico Rodríguez, durante la presentación de su candidatura en La Paz, el 19 de mayo.

Esta encuesta no tomó en cuenta a Morales porque el exmandatario no logró inscribirse ante el Tribunal Electoral por falta de un partido. Rodríguez tampoco lo tiene, pero sí logró “prestarse” una sigla e inscribirse, aunque de una forma precaria. Su participación se halla en suspenso porque la organización que quiere usar es blanco de varios procesos judiciales en busca de cancelar su personería jurídica. Los voceros de Rodríguez han culpado de las maniobras legales al MAS, que, según ellos, busca beneficiarse de la eliminación de Andrónico Rodríguez y Evo Morales de las candidaturas, para aparecer como el único partido de izquierda en la competencia.

Esta salida casi dejaría a los indígenas bolivianos, que son el 48% de la población, sin candidatos propios. Varios analistas han advertido de que un desenlace así del proceso de inscripciones electorales, que ha sido el más desordenado e impredecible en la historia democrática del país por la constante interferencia de los jueces ordinarios, podría quitarle legitimidad al próximo Gobierno.

Indígenas aimaras protestan por la crisis económica este lunes, en La Paz.

La situación también es resultado del resquebrajamiento del MAS, que fue el más importante partido del país y que ahora aparece dividido en cuatro grupos políticos distintos, dos registrados y dos (Rodríguez y Morales) sin ellos. Esta es la consecuencia de una guerra fratricida de tres años entre Morales y el presidente Arce, que también determinó una sentencia del Tribunal Constitucional que limita las reelecciones a una continua y establece un máximo de dos periodos seguidos para el presidente. Ningún boliviano que ya haya sido presidente dos veces, como es el caso de Morales, puede aspirar a otra gestión más. El expresidente desconoce este fallo, que considera inconstitucional.

La encuesta también confirmó que la principal preocupación de los bolivianos es la crisis económica, en especial la creciente inflación. El alza de los alimentos es un drama para la mayoría, que además no puede contar con aumentos salariales que le ayuden a paliarla, porque el 80% de la fuerza laboral boliviana es informal. Los micro y pequeños negocios por “cuenta propia” tienen muy poco margen para actualizar los precios de sus productos a fin de mejorar los ingresos de sus propietarios, que deben afrontar la subida de los bienes importados o producidos por las grandes agroindustrias, como el aceite, el arroz, la harina y sobre todo, en este momento, la carne de res.

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