La UE y Brasil aspiran a cerrar el acuerdo comercial en diciembre para enviar un mensaje global de estabilidad
El presidente del Consejo Europeo, António Costa, recalca que el plazo es corto


El presidente del Consejo Europeo, el portugués António Costa, ha explicado este jueves en São Paulo, durante una visita oficial a Brasil, que la potencia latinoamericana y este organismo que reúne a los 27 líderes europeos para trazar la estrategia de la Unión van a pisar el acelerador con la vista puesta en celebrar la firma solemne del acuerdo Mercosur-UE en diciembre. “Es un plazo corto, pero vamos a intentar que así sea”, ha dicho Costa, antiguo primer ministro de Portugal. Ha enfatizado que alumbrar por fin la zona mayor zona de libre comercio del mundo “sería muy importante para la estabilización geopolítica y geoeconómica a escala global”. Para cumplir con ese plazo que la diplomacia brasileña y Costa se han marcado, la visita que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva tiene previsto hacer la semana próxima a Francia, el país más reticente al pacto, se perfila como crucial.
El brasileño va a tener que desplegar sus mejores dotes de persuasión. Lula viaja a Francia en visita de Estado para conmemorar los dos siglos de relaciones diplomáticas entre ambos países. Lula tiene muy buena sintonía personal con su homólogo Emmanuel Macron, ambos hacen bandera juntos de la agenda climática, pero respecto al acuerdo comercial mantienen discrepancias.
La gestación de este pacto entre Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) y los Veintisiete europeos es larga y plagada de tropiezos. El pacto preliminar fue sellado el pasado diciembre en Uruguay y está pendiente de que los socios lo ratifiquen.
El calendario que Costa ha delineado, tras reunirse con el canciller brasileño Mauro Vieira, es el siguiente: la Comisión Europea está terminando la traducción del acuerdo a las 24 lenguas oficiales de la UE; “en junio o julio” el organismo que preside Úrsula Von der Leyen entregará la propuesta formal al Consejo Europeo (que representa Costa). Este confía en poder alcanzar el consenso entre los 27 para decidir el sistema de ratificación y la fecha de la firma. Lo ideal, ha explicado, sería en diciembre para aprovechar ese momento en el que Dinamarca ostentará la presidencia rotatoria de la UE y Brasil, la de Mercosur.
El encuentro previsto entre los presidentes Costa y Lula, el lunes en Brasilia, tuvo que ser cancelado porque el brasileño sufrió una crisis de vértigo que le obligó a cancelar su agenda. Tras ser sometido a diversas pruebas médicas en un hospital, regresó a su residencia y, después de un descanso, retomó su agenda con un viaje al nordeste.
Preguntado sobre la presencia de Lula junto al presidente ruso Vladímir Putin en el reciente desfile de la Victoria, en Moscú, Costa ha criticado duramente la invasión rusa de Ucrania y ha añadido: “Lo que tenemos que pedir a países como Brasil es que se empeñen en transmitir un mensaje muy claro al presidente Putin: llegó la hora de la paz, de respetar el derecho internacional, del cese al fuego y de sentarse a la mesa para alcanzar una paz justa y duradera con Ucrania”.
La guerra tarifaria que Trump ha emprendido contra el resto del mundo, y que este jueves frenó un tribunal estadounidense, ha espoleado a todos a diversificar en busca de nuevos socios y ha dado nueva urgencia a las los pactos en gestación.
Los defensores del acuerdo UE-Mercosur consideran que difícilmente habrá un momento más propicio que este para superar las reticencias de uno y otro lado. Costa ha enfatizado que, en una coyuntura marcada por tensiones geopolíticas por las guerras de Ucrania y de Gaza y por lo que ha definido como “una gran agitación geopolítica con la nueva política comercial de EE UU”, crear una zona de libre comercio entre la UE y Mercosur, “que representa más del 20% del PIB mundial con 720 millones de consumidores, es un gran mensaje sobre la importancia de un mercado libre, del comercio internacional”. Pero su repercusión va mucho más allá de las ventajas económicas, ha avisado: “Envía también un mensaje político de que necesitamos vivir en un mundo de reglas en el que se promueva el multilateralismo para responder juntos a retos como el cambio climático”.
El representante de la UE ha recalcado que los acuerdos comerciales incluyen un sinfín de elementos y que nadie debería aspirar a lograr un resultado satisfactorio en cada uno de ellos. “Pierdes aquí y ganas ahí, así son los acuerdos comerciales”, ha declarado después de recordar que este pacto “tiene un potencial extraordinario” y se viene gestando desde hace un cuarto de siglo.
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