Independiente Santa Fe apela a la épica y gana su décimo título en el fútbol colombiano
El equipo bogotano vence 1-2 a Independiente Medellín en condición de visita, con una destacada actuación de su figura, Hugo Rodallega


Independiente Santa Fe ha vuelto a abrazar la gloria. A fuerza de empuje y coraje, el equipo bogotano ha vencido este domingo 1-2 a Independiente Medellín en condición de visitante y ha alcanzado su décimo título en la historia del fútbol colombiano. El conjunto cardenal, con un desempeño irregular a lo largo del campeonato, empezó a conseguir victorias muy importantes en el tramo final de la liga. La más importante, esta última en el estadio Atanasio Girardot, con el aliento de miles de hinchas en contra y con un desempeño sobresaliente de su gran figura, Hugo Rodallega, que anotó el gol del triunfo arrastrando una lesión en una de sus piernas.
La hinchada santafereña cargaba aún un dolor por el descalabro de la liga de hace un año, cuando fue derrotado por el Atlético Bucaramanga en una serie en que en apariencia llegaba con favoritismo. Esta vez, con una nómina más corta que la de entonces y con una mayor prudencia, Santa Fe avanzó a los cuadrangulares semifinales sin ser uno de los equipos más destacados, y quedó ubicado en el grupo con Millonarios, Atlético Nacional y Once Caldas. En los seis juegos de esa instancia, consiguió triunfos valiosos contra los tres con un común denominador que sería determinante: los venció a todos en condición de visitante.
En la final enfrentaba a Independiente Medellín, un equipo con una idea muy clara de juego, comandado por Alejandro Restrepo, un entrenador joven que ha cosechado ya varios triunfos en el fútbol nacional. En el partido de ida, el martes pasado en Bogotá, el juego discurrió sin un dominador claro, y con dos equipos desperdiciando opciones de gol muy claras. Los 90 minutos se saldaron con una serie abierta, empatada a cero y con la sensación de que el Medellín, en su estadio, tendría la ventaja. El talento de Santa Fe en escenarios adversos, sin embargo, no era un detalle menor.
En el juego de vuelta, la serie siguió pareja en el primer lapso, hasta el minuto 17, cuando Santa Fe construyó un ataque que no finalizó y dejó el balón en poder del Medellín, que emprendió pronto el contraataque y, con un par de toques, venció a la defensa cardenal. El delantero argentino Francisco Fydriszewski quedó de frente al portero Andrés Mosquera Marmolejo, que no pudo hacer nada para evitar que su valla fuera vencida. Los temores del León, los viejos dolores, parecían revivir.
Sin embargo, el equipo no se arredró, e hizo gala de la resiliencia, un sustantivo con el que se lo ha asociado tantas veces. En el minuto 31, tras un saque de banda largo de Elvis Perlaza y un primer cabezazo en el área, Harold Santiago Mosquera, otro de los jugadores destacados del equipo a lo largo de la liga, dio un segundo cabezazo englobado, que venció al portero uruguayo Washington Aguerre. 1-1, y la serie seguía abierta. El resto del primer tiempo siguió con un Santa Fe que insistía, con transiciones muy rápidas y pases largos, y el Medellín intentaba elaborar una jugada que venciera una defensa que ahora parecía infranqueable.
El segundo tiempo empezó como había terminado el primero: sin un dominador claro, con el Medellín un tanto frenado, sin que su hinchada, que copó el estadio, hiciera que su presencia influyera en lo que pasaba en el césped. El juego empezó a tornarse cortado, con alguna lesión y otras pausas, y pronto el cronómetro añadió presión. Santa Fe parecía cómodo y tranquilo, sin que el Medellín lograra llevar peligro real a su portería, y tratando de buscar algún espacio que le dejara el rival.
Así vino, por fin, el gol cardenal. En un contraataque, Edwar López, que había sustituido a Santiago Mosquera, emprendió una carrera por la banda derecha y entró en el área tras evadir a la defensa. Casi sobre la línea de fondo, lanzó un centro bajo que llegó a los pies de Hugo Rodallega, el goleador del equipo, que, cojeando, con una lesión en una de sus piernas, mandó el balón al fondo de la portería, sin ninguna oposición. El dolor impidió que el delantero de 39 años —y con el tabique roto desde hacía una semana, según diría después— pudiera celebrar. Entonces revivió la épica, el carácter de un Santa Fe tantas veces desdeñado, pero que ahora abrazaba su décima estrella, que parecía esquiva desde hacía varios años. Minuto 79: quedaban, por lo menos, 11 de un sufrimiento que ya es costumbre en las toldas del León.
El Medellín, viéndose ahora derrotado en su estadio, una plaza en la que había sido fuerte a lo largo de la liga, se volcó al ataque y entró en desespero. Santa Fe le puso enfrente una defensa férrea e impenetrable, que dejaba en nada los intentos del cuadro paisa por lograr un empate que, por lo menos, forzara los penaltis. Un último remate recostado al vertical derecho de Mosquera Marmolejo quitó el aliento a la hinchada cardenal, pero empezó a traer la idea de que, a esas alturas, y con algo de buena fortuna, la décima estrella ya se estaba bordando en su escudo. Tras nueve minutos de descuento, el Medellín pareció asumir la derrota. Poco más hubo que contar: Santa Fe, el equipo de la garra y el corazón, volvía a la gloria nueve años después.
Santa Fe casi nunca estuvo en los cálculos de quienes predecían una final, menos en los de quienes se animaban a lanzar el nombre del campeón. Tuvo tres entrenadores en esta liga, y el último de ellos, el uruguayo Jorge Bava, empezó el proceso a finales de marzo con tropiezos. Sin embargo, cuando ya parecía que componer el rumbo iba a ser asunto del segundo semestre, el equipo remontó, también de la mano de sus figuras: Rodallega, Mosquera Marmolejo, Santiago Mosquera y Daniel Torres. Venció a sus enconados rivales, Millonarios y Nacional, ellos sí con el rótulo de favoritos tantas veces colgado, y ahora, contra todo pronóstico y con tanta adversidad enfrente, Santa Fe ha vuelto, como en el torneo inaugural de 1948, a ser campeón como la primera vez.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
