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Ramón Jesurun, presidente de la Federación Colombiana de Fútbol: “No tengo ninguna duda que esta selección va a clasificar al mundial”

A dos días de un partido clave frente a Perú, el directivo refrenda su apoyo total al seleccionador Néstor Lorenzo

Selección Colombia

El jefe de la selección Colombia antes de un partido de eliminatoria suma las cargas de los once titulares, el cuerpo técnico y todo el país futbolero. Los directivos siempre tienen las de perder frente a la hinchada, no corren, miran desde el palco, celebran sin sudor. Tienen la culpa de la corbata. Pero también se suda y se sufre. Ramón Jesurun tiene 72 años y está al frente de la presidencia de la Federación Colombiana de Fútbol hace 10. Un sueño no calculado para un barranquillero que en su juventud pensaba en el básquet más que en el fútbol y que ni en las mieles de la infancia se imaginó llegar a donde está.

Un día antes del juego contra Perú, recibe a EL PAÍS con las palpitaciones de un partido que puede marcar la tranquilidad o la crisis. Su apuesta por Néstor Lorenzo es incondicional y una derrota lo pondría en una encrucijada digna de una pena máxima en el minuto 93. Su única cábala es la fe, sus oraciones y su confianza en un equipo que, dice, no tiene 11 sino 25 opciones.

La sede de la selección en Barranquilla es el Disney del deporte nacional, una mezcla de búnker y parque de diversiones. Es el corazón de la pasión más desbordada que tenemos los colombianos. Hay una cancha réplica de la del Metropolitano que sólo puede pisar la selección de mayores, con la misma grama, iguales dimensiones y alineada con la del Metro para que el viento llegue en la misma dirección. Todo es milimétrico: la piscina de recuperación, el gimnasio donde suena la música que programa Davinson Sánchez, el camerino donde los jugadores dejan sus teléfonos, la cocina en la que van aumentando las dosis de pasta y otros carbohidratos cuando se acerca la fecha definitiva.

No es fácil depender del talento y la suerte de esos jóvenes que viven dentro de la cancha y fuera del mundo de los mortales. Se planea todo pero no hay certeza de nada.

Pregunta. ¿Por qué es tan determinante el partido de mañana?

Respuesta. Si ganamos, las posibilidades de estar en el Mundial estarían cerquita del 100%. Han sido unas eliminatorias un poco raras si las comparamos con las anteriores. Hay dos grupos. Uno, el que componen Argentina y Ecuador, donde Argentina ya está clasificada. Otro, en el de las cuatro selecciones que los seguimos: Brasil, Paraguay, Uruguay y Colombia. Ahí nos separan dos puntos, y solo quedan cuatro partidos de eliminatoria, dos de local y dos de visitante. No hay margen de error, dependemos de nosotros mismos. Por eso es tan importante sacar esos puntos que faltan. Tratar de lograr mínimo seis para tener una seguridad total de que estamos clasificados directamente al mundial. También hay un séptimo equipo que va a repechaje, al que no queremos ir.

P. ¿Cómo ha visto a la selección?

R. Maravillosamente bien, tienen un grupo muy homogéneo. Desde el punto de vista emocional, se quieren mucho, hay muchísima unión. Y tienen estructuración y solidez mental. Si tienen las condiciones deportivas, tienen las condiciones técnicas, tienen un estado físico y tienen una buena condición mental para afrontar los partidos, todo tiene que salir bien.

P. James [Rodríguez] es muy importante. ¿Hay una rivalidad o una división entre él y el director técnico?

R. No, no, no… Yo procuro estar el mayor tiempo posible con ellos, en los desayunos, en los almuerzos, en los entrenamientos. Jamás he notado absolutamente nada. Nunca. Lo que sí hay es de pronto un desahogo de rabia cuando el objetivo no se cumplió, cuando nos meten un gol en el último minuto. Pero eso es bueno, porque es el desahogo, es una demostración clara de su total compromiso con la selección, con la camiseta que llevan puesta.

P. Usted, ¿cómo vive estos momentos? ¿Tiene alguna cábala?

R. Aunque me veo muy atemperado cuando juega la selección, por dentro manejo muchos nervios, sobre todo previo a los partidos. No tengo esas cábalas de la camisa, de levantarse con el pie izquierdo, o ir al baño en el primer tiempo.

P. ¿Usted siempre quiso estar en el fútbol? Entiendo que su deporte era el béisbol

R. Yo jugué de todo, me destaqué en basket y alcancé a estar en la selección de mi departamento, el Atlántico. No jugaba mal fútbol, pero tampoco tenía cómo ser de alta competencia. Fíjate las paradojas de la vida.

P. Estar en esta sede es como estar en el Olimpo del fútbol. ¿Se lo soñó?

R. Nunca me lo imaginé ni lo aspiré. Uno en la vida tiene que cultivar sueños, pero llegar a la presidencia de la Federación Colombiana de Fútbol, nunca. Yo decía que eso era imposible, es como decir ahora ser Papa.

P. ¿Quisiera ser reelegido?

R. Yo llegué haciendo un remplazo y me han elegido dos veces. No sé, estoy mi madurez; me da las dos posibilidades: seguir o no seguir. Obviamente, para lo primero se necesitan ganas, salud y el apoyo de los que finalmente toman la decisión, que son los dirigentes del fútbol aficionado y del profesional, son los dueños de la Federación Nacional.

P. Siendo nacional, ¿por qué la sede es sólo Barranquilla?

R. Barranquilla es una ciudad sui generis, una ciudad que envuelve todo. Hoy [el miércoles], a horas del partido frente a Perú, están todos los taxistas con la banderita de Colombia puesta. Todas las personas tienen la camiseta de la selección puesta, todos los almacenes, todos. Eso no pasa sino en Barranquilla.

P. Pero en Cali hay Pascual Guerrero, en Medellín Atanasio Girardot, en Bogotá están renovando el estadio…

R. Claro, pero acá está el más grande del país, y todo es fácil. La selección merece estar en todas las ciudades, pero hoy Barranquilla tiene las mejores condiciones: el estadio, esta sede deportiva que es un lujo. Hay que buscar las mayores herramientas para que la selección esté cómoda y logre el objetivo de estar en los mundiales de fútbol.

P. Hablemos del fútbol femenino. ¿Por qué no tiene el mismo apoyo que el masculino?

R. Esto hay que explicarlo bien. El apoyo de la Federación, de la Dimayor y la Difúbtol es total, pero no hemos conseguido ese apoyo total de la prensa ni de los patrocinios. No es sólo en Colombia, pasa en todo el mundo. Mira esta estadística: en el 2023, las transferencias de jugadoras en el mundo sumaron 3,5 millones dólares. En el mundo. En el mismo 2023, las de hombre sumaron 7.500 millones de dólares. El mundial femenino de Australia dejó cero pesos de utilidad a la FIFA. El de Qatar dejó 6.500 millones de dólares. La diferencia es absolutamente patética, pero tiene una razón: el fútbol masculino tiene 130 años, el femenino tiene 30, 35 años apenas. Vamos a escalar la cúspide con calma, con la seguridad de que el fútbol femenino va a tener unos picos empresariales muy esplendorosos en un mediano o corto plazo.

P. Como experto, ¿le gusta el VAR?

R. El desarrollo tecnológico en el mundo es galopante y el fútbol no se podía quedar atrás. Ahorita hablábamos del baloncesto: en los partidos de la NBA se aplica una tecnología increíble, es imposible que haya un error. El futbol tenía que llegar a ello y el VAR arrancó con unas reglas, con unos preceptos que han sido más positivos que negativos. Me gusta. Diría que faltan cosas por perfeccionarse y que lo va a lograr la tecnología. Cada día va a ser mejor y necesitamos que el recurso humano se prepare bien para manejar bien todas esas herramientas y hacer del VAR un vehículo que ayude al arbitraje y a la seguridad de todos.

P. Si Colombia no gana mañana, ¿la continuidad de Néstor Lorenzo está en cuestión?

R. No hay ninguna probabilidad de que perdamos. Sin subestimar a nuestro rival, eso no está en la cabeza. Las estadísticas del profesor Lorenzo son muy buenas. Si hablamos de cifras porcentuales, él llega al sesenta y pico por ciento de los resultados. Pero yo no tengo ninguna duda que esta selección va a clasificar al mundial.

P. ¿El puesto de él no está en cuestión?

R. Para nada. Él tiene el apoyo total de nuestro comité ejecutivo.

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