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Petro insiste en gobernar por televisión con su propia versión de ‘Prevención y Acción’

El presidente de Colombia se escuda en el brote de fiebre amarilla para una alocución al estilo de las de Iván Duque durante la pandemia, al tiempo que impugna el fallo que prohíbe reproducir los Consejos de Ministros en los canales privados

Gustavo Petro durante la alocución presidencial, este lunes.
Santiago Torrado

El presidente Gustavo Petro apareció una vez más en las pantallas este lunes a las 7.14 de la noche, con algunos minutos de retraso, para su alocución dedicada al tema de los recientes brotes de fiebre amarilla en distintos lugares de Colombia. Los canales privados estaban obligados a transmitirla por tratarse de esa tradicional figura, devaluada durante este Gobierno por la frecuente retransmisión de discursos que ya habían sido difundidos en su momento. Al menos así lo anunció la Presidencia, que aclaraba que, una vez concluida, “se dará inicio al Consejo de Ministros, el cual será transmitido únicamente por los canales públicos de RTVC y redes sociales de la Presidencia”.

El primer presidente de izquierdas de la Colombia contemporánea insiste así en su cruzada por transmitir sin límites el Consejo de Ministros, en televisión pública y privada, pero en este caso camuflado como una alocución presidencial para no desacatar un fallo de la justicia. El resultado del experimento recordó por momentos el formato de Prevención y Acción, el programa diario de una hora que su antecesor, el conservador Iván Duque (2018-2022), sostuvo contra tiempo y marea durante la pandemia del coronavirus, y que en sus primeras semanas le dio un oxígeno de popularidad.

“Como ya es conocido por casi toda la población, el Consejo de Ministros ha sido censurado”, se lamentó Petro en el arranque de su intervención, cuando apenas acababa de sonar el himno nacional, la formalidad que precede a las alocuciones presidenciales. Vestido de un saco de cuello alto y al lado de una bandera de Colombia, desde el mismo asiento que ocupa en el Consejo de Ministros y acompañado por parte de su gabinete, insistió en que “todo lo público debe ser público”. A pesar incluso de que ese ejercicio ya provocó un auténtico terremoto en su Gobierno, con la enésima crisis ministerial detonada por el caótico primer encuentro televisado el pasado 4 de febrero. “Buscaremos que el Consejo de Estado vuelva por la Constitución del 91″, aseguró Petro en alusión a la alta corte que le prohibió transmitirlos en los canales privados. El fallo considera que la transmisión obligatoria de las reuniones del gabinete viola el derecho fundamental a la información, al negar la posibilidad de contrastar y acceder a una programación diversa.

El ministro del Interior, Armando Benedetti, justamente el principal blanco del fuego amigo en el primer Consejo de Ministros de la discordia, anunció este mismo lunes, unas horas antes, que la Presidencia de la República pidió formalmente la nulidad del fallo en contra de las transmisiones. “En una democracia moderna, el interés general de la ciudadanía por conocer las decisiones trascendentales del Gobierno —como las que se toman en los Consejos de Ministros— debe prevalecer sobre opiniones particulares sobre la programación televisiva”, sostuvo Benedetti en sus redes sociales al hacerse eco de los argumentos del presidente. “La transparencia en estos espacios permite un escrutinio ciudadano más intenso y auténtico. La ciudadanía no debería depender únicamente de filtros o interpretaciones mediáticas”, añadió al defender un modelo de democracia participativa.

Al aire, después de hacer varios anuncios sobre la consulta popular que se propone sacar adelante el Ejecutivo, Petro aseguró con dramatismo que el tema de este lunes era la fiebre amarilla que comienza a amenazar “la existencia de la vida” en Colombia. Las autoridades ya registran 56 casos y 23 muertos confirmados en este 2025 de una enfermedad que, pese a ser altamente mortal, solo transmiten los mosquitos en zonas con ciertas características. “Aún hay datos que no comprendemos”, prosiguió Petro, “pero podemos dar unas indicaciones”. Hizo una larga disquisición en la que vinculó la expansión de la fiebre amarilla a la crisis climática, uno de sus temas recurrentes, y en últimas al sistema económico capitalista, antes de dar la palabra a la directora del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales, Ghisliane Echeverry; al ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo; y a la directora del Instituto Nacional de Salud, Diana Marcela Pava.

El presidente reiteró que entre sus principales preocupaciones está la creciente capacidad de los mosquitos portadores del virus de alcanzar zonas templadas, antes inaccesibles para su especie, al parecer debido al aumento de la temperatura. También volvió a agitar los fantasmas de la pandemia, a pesar de que se trata en este caso de una enfermedad conocida hace siglos, con una vacuna probada, además de una expansión más lenta y delimitada geográficamente. A esta altura, la comparación con Prevención y Acción, con un presidente-presentador de sus funcionarios, resultaba inevitable. El propio Petro se ha quejado de que, a diferencia de la coyuntura actual, la justicia nunca le puso cortapisas a la estrategia televisiva de Duque.

Es paradójico que Petro haya replicado de alguna manera a su antecesor, al que critica sin tregua. Antes de la pandemia, Duque atravesaba una prolongada crisis de popularidad y los analistas coincidían en que su Gobierno carecía de rumbo definido. El entonces presidente, que acabó el 2019 asediado por una oleada de protestas que sacudió al país, encontró oxígeno en la gestión de la covid-19. El escenario de crisis le permitió construir una narrativa, multiplicar sus apariciones y levantar fugazmente su imagen. Prevención y Acción surgió para atender la inédita crisis sanitaria, pero con el paso de los meses se desdibujó hasta convertirse en una suerte de programa de variedades. Duque, siempre junto a una pequeña bandera y un frasco de desinfectante sobre la mesa, entrevistó alcaldes, gobernadores, expertos, dirigentes gremiales o miembros de su gabinete.

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Sobre la firma

Santiago Torrado
Corresponsal de EL PAÍS en Colombia, donde cubre temas de política, posconflicto y la migración venezolana en la región. Periodista de la Universidad Javeriana y becario del Programa Balboa, ha trabajado con AP y AFP. Ha cubierto eventos y elecciones sobre el terreno en México, Brasil, Venezuela, Ecuador y Haití, así como el Mundial de Fútbol 2014.
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