Ir al contenido
_
_
_
_

Las incógnitas sobre el origen del gran apagón persisten un mes después y alimentan el discurso antirrenovable

Aagesen califica como un “delirio” las informaciones que señalan a un experimento con las energías limpias como causa y exige “transparencia” a las eléctricas

La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, este miércoles en el Congreso de los Diputados.

Un mes después del gran apagón del 28 de abril en la península Ibérica la ausencia de una explicación clara sobre el motivo o las causas que originaron el corte total está alimentando el discurso contra las renovables y avivando algunas hipótesis que el Gobierno califica como “bulos y delirios”. El último, originado tras un artículo de opinión publicado en el diario británico The Daily Telegraph, apunta a un supuesto experimento de las autoridades españolas para saber cuánta generación verde es capaz de digerir el sistema eléctrico nacional ante un futuro escenario sin nucleares.

Ese supuesto ensayo, sin base o justificación alguna, ha impactado este miércoles de lleno en el Congreso, donde la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, ha acusado al PP de esparcir “bulos”. “No es responsable decir que el Gobierno estaba haciendo experimentos”, ha reprochado al principal partido de la oposición. La número cuatro del Ejecutivo ha asegurado que es “tajantemente falso”, y ha calificado de “delirio” y “teoría de la conspiración” que se apunte a esa supuesta prueba.

Pero desde las filas conservadoras se ha insistido en que el Gobierno “experimenta con el sistema eléctrico” para “ser más verdes que nadie”. “Ningún país serio experimenta con algo tan serio como la energía eléctrica”, ha reprochado el parlamentario Juan Diego Requena, para a continuación cargar contra Beatriz Corredor, presidenta de Red Eléctrica, la operadora del sistema eléctrico, a la que ha acusado también de ocultar las causas del apagón.

Esta empresa privada, aunque controlada por el Estado, que mantiene una participación del 20% en su capital, es la encargada del transporte de la electricidad y de garantizar la seguridad del sistema. Y es uno de los tres protagonistas de la historia de un corte de suministro nunca visto en España.

La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Sara Aagesen y la presidenta de Red Eléctrica de España, Beatriz Corredor, en la reunión del Comité para el análisis de la crisis eléctrica.

El segundo actor principal está formado por las compañías eléctricas, productoras de la energía, que el martes cargaban, a través de la asociación Aelec —de la que forman parte Endesa, Iberdrola y EDP— contra Red Eléctrica, a la que pedía “transparencia” y que “comparta los datos técnicos”. “No se puede avanzar sin datos ni se puede esclarecer lo ocurrido sin abrir el debate a todos los que tienen capacidad técnica para analizarlo”, reprochan las eléctricas.

Esta patronal deslizaba, además, una crítica contra el Gobierno, aunque sin citarlo: “El sector eléctrico y la ciudadanía siguen sin tener una explicación oficial y detallada de lo sucedido”. Aagesen ha respondido este miércoles pidiendo, a su vez, “transparencia” a las eléctricas. La vicepresidente se ha quejado de que en la última semana “la información” desde las empresas “empieza a llegar con cuentagotas”, por lo que ha reclamado “colaboración” para que envíen lo antes posible los datos reclamados por su equipo.

El Ministerio para la Transición Ecológica es el tercer protagonista en la historia del apagón. Además de ser el responsable de toda la planificación energética y la normativa que rige el sistema, ha asumido el papel de auditor a través de una comité de investigación sobre el corte de suministro formada, principalmente, por cargos del propio ministerio. Bruselas ya le ha reclamado que en el plazo de tres meses disponga de un informe sobre lo sucedido, pero el departamento sigue sin ofrecer un calendario claro.

Varios pasajeros esperan en una cafetería en el aeropuerto de Barajas, durante el apagón.

“Esperemos que sea muy pronto cuando tengamos información, para evitar relatos interesados. Es fundamental que se aclare todo cuanto antes y que se explique muy bien lo ocurrido”, ha urgido, también este miércoles, el jefe de la patronal fotovoltaica UNEF, José Donoso. “Ni hemos ido demasiado lejos, ni hemos ido demasiado deprisa [en la instalación de plantas solares]. Se están contraponiendo dos modelos, el convencional y el renovable, con una dicotomía entre renovables y seguridad de suministro que es falsa”, ha añadido en un acto celebrado en Madrid.

Goteo de datos

Desde que se produjo el apagón hace un mes, Aagesen va ofreciendo datos poco a poco sobre el corte, pero sin desvelar la causa o causas que originaron el suceso. Según lo dicho hasta ahora, un problema de sobretensión podría estar tras el corte del suministro, que estaría vinculado con la pérdida de generación en tres subestaciones de forma sucesiva de Granada, Badajoz y Sevilla. Desde que hace dos semanas el Ejecutivo apuntó a estas tres provincias, donde hay una gran presencia de plantas fotovoltaicas, pero también de otras tecnologías, este diario ha reclamado tanto al ministerio como a Red Eléctrica el nombre de esas tres subestaciones, lo que podría ayudar a comprender qué ocurrió. Ambas, sin embargo, se pasan la pelota y no contestan. Este miércoles El Periódico de la Energía apuntaba a una subestación en el municipio granadino de Huéneja, con gran presencia de eólica y solar, como la primera en la que se detectó la caída. El ministerio no lo ha confirmado ni lo ha desmentido.

Aagesen no ha aportado muchos datos más sobre el suceso en su comparecencia parlamentaria de este miércoles: simplemente ha insistido en que no se ha encontrado evidencias de ciberataque en los 11 centros de control que se han analizado hasta ahora. Pero el grueso de los interrogantes permanecen sin respuesta.

Se sabe que varios episodios de extrañas oscilaciones interárea precedieron al primer cero eléctrico al que se ha enfrentado nunca la península Ibérica. Se sabe que tres episodios de pérdidas generación en Granada, Badajoz y Sevilla, de 2,2 gigavatios en total y 20 segundos de duración, fueron el detonante de la caída en cascada. Y se sabe, también, que se tiraron hasta seis cortafuegos para tratar de encapsular el problema en una región para tratar de evitar —sin éxito, claro— el peor desenlace posible: el del apagón a escala nacional. Se desconoce, sin embargo, todo lo demás.

Las pesquisas por el apagón continúan abiertas, y no precisamente con pocas hipótesis. La del ciberataque, que pareció ganar tracción en las primeras horas, es la que más claramente se ha desvanecido desde entonces: está meridianamente claro que Red Eléctrica de España (REE, el operador y transportista) no sufrió ningún ataque cibernético en sus instalaciones y no hay, por ahora, ningún elemento que permita aventurar una intromisión en los centros de control de las eléctricas o en sus instalaciones de generación.

Todo lo demás permanece en el siempre incómodo terreno de la duda: ¿cuál fue el origen de las oscilaciones iniciales en la red, tanto en España como en el resto del continente? ¿Es suficiente la pérdida de 2,2 GW para hundir un sistema del tamaño del ibérico o, como defiende la patronal eléctrica, “no debería haber sido la causa del apagón”? ¿Por qué fallaron los deslastres que habrían dejado el cero eléctrico en un fenómeno local o regional? Demasiadas preguntas sin respuesta 30 días después.

Paralelamente al aumento del discurso contra las renovables, la falta de una explicación clara ha alimentado también a los partidarios de la energía nuclear dentro de España, que vive un momento decisivo sobre su continuidad. Pero también fuera del país se ha empleado como argumento en defensa de la energía atómica. Al margen de los tres protagonistas, hay actores secundarios en esta historia, y uno de ellos Donald Trump, el presidente de Estados Unidos, que la semana pasada firmó tres decretos para impulsar la energía nuclear, y empleó como argumento el corte del suministro en España y Portugal.

“Pasaron muchas cosas en pocos segundos”

Más allá de los debates culturales contra las renovables o a favor de la nuclear, sobre la mesa hay una pregunta importante sobre el apagón: ¿es justificable que un mes después los avances en la investigación sean tan escasos? “Es comprensible que para la opinión pública no sea fácil entender que no haya ya una secuencia lógica, es un tema muy complejo y no hay situaciones históricas similares. Vamos hacia un verano en el que seguirán saliendo novedades de la investigación”, augura Alejandro Labanda, director de Transición Ecológica de la consultora BeBartlet. “Ha sido algo tan extraño desde el punto de vista del comportamiento del sistema que justifica, hasta cierto punto, el retraso”, aclara.

“El apagón es un suceso de muy baja probabilidad”, explica Jorge Fabra, expresidente de Red Eléctrica. Sobre el origen, se decanta por una acumulación de eventos tras el apagón. “Es probable que pueda haber cuatro o cinco causas que por separado no podrían hacer caer todo el sistema, pero una sobre otra, sí”, resume Fabra.

“No será una explicación sencilla: no se va a poder resumir en dos frases”, sentencia Luis Badesa, de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM). “Y lo que no veo es una mano negra que esté evitando que sepamos lo que ocurrió: si se es cauto es porque es muy complejo”. Esa complejidad, completa Araceli Hernández, también de la Politécnica, tiene que ver con que “todo se produjo en muy pocos segundos, pero en esos segundos pasaron muchas cosas”. “El operador del sistema [REE] seguro que tiene más datos de los que conoce la opinión pública, pero que no va a dar hasta que esté bien identificados la sucesión de los hechos y el porqué”, añade.

En la misma línea, Pablo Ledesma, profesor de Ingeniería Eléctrica de la Universidad Carlos III de Madrid, ve “en cierto modo normal” lo dilatado de los tiempos de la investigación, “porque las repercusiones de las causas serán importantes para todo el sector”. En apagones anteriores en Europa, como en Italia en 2003 —el único realmente comparable por envergadura— o en la desconexión entre España y Francia en el verano de 2021, recuerda, se tardó más de medio año en tener un informe definitivo. “Pero son documentos exhaustivos y claros, así que merece la pena. Antes, eso sí, esperamos ver informes provisionales”.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_