El Tío Sam recluta ‘soldados’ para la guerra contra la inmigración
El ICE lanza una campaña de contratación con foco en los agentes retirados para cumplir con la mayor deportación de la historia deseada por Trump

En la Primera y en la Segunda Guerra Mundial se hizo célebre el póster del Tío Sam para reclutar soldados. La figura del hombre con pelo largo y barba blanca, sombrero alto adornado con una cinta azul con estrellas blancas y vestido con los colores de la bandera estadounidense, apuntaba con el dedo al observador para que nadie se diera por excluido del mensaje. “Te quiero para el Ejército de Estados Unidos. Enlístate ya”, decía el personaje. Hoy, el cartel propagandístico más emblemático de Estados Unidos vuelve a dirigirse al público para reclutar soldados que libren otra guerra: la emprendida por Donald Trump contra los migrantes indocumentados.
El Departamento de Seguridad Nacional ha replicado el afiche del Tío Sam, principal símbolo del país, para lanzar una campaña de reclutamiento de agentes para el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés). Esta vez, el mensaje del póster que fue creado por James Montgomery Flagg para la primera contienda mundial es “Regresa a la Misión”. El público al que se destina son los agentes del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) que se han retirado recientemente y que el ICE necesita para llevar a cabo la mayor deportación de la historia, objetivo prioritario de la Administración Trump.

“Usted sirvió a Estados Unidos de América con distinción y honor. Ahora, su país le convoca a servir una vez más. Debido a las desastrosas políticas migratorias de la Administración anterior, los hombres y mujeres del ICE enfrentan ahora desafíos sin precedentes. Su experiencia y compromiso inquebrantables son cruciales para proteger a nuestras comunidades y hacer cumplir nuestras leyes”, se lee en la página web del DHS.
Para que el plan tenga éxito, el presidente quiere contratar 10.000 nuevos agentes que se encarguen de arrestar y deportar a los migrantes por todo el país. La nueva ley fiscal del republicano, aprobada recientemente en el Congreso, reservó 45.000 millones para centros de detención de migrantes y 30.000 millones para más personal del ICE.
La enorme inyección de fondos en la campaña antiinmigración del Gobierno desató la indignación de las organizaciones civiles, que denuncian cómo el dinero que la grande y hermosa ley de Trump retira a otras partidas, como los servicios médicos y la educación, se usará para cribar la comunidad migrante.
“El Congreso y la Administración destinarán cientos de miles de millones de dólares a encarcelar, vigilar y criminalizar a familias negras, latinas e indígenas que buscan protección en Estados Unidos. Al igual que con otros capítulos atroces de la historia de este país, el daño se sentirá durante muchos años”, declaró Azadeh Erfani, directora de políticas del Centro Nacional de Justicia para Inmigrantes, después de que el Congreso aprobara la norma a comienzos de este mes. “Todo este daño busca enriquecer aún más a los superricos y a las corporaciones penitenciarias privadas, a la vez que consolida la narrativa racista antiinmigrante que ya ha aterrorizado a las comunidades inmigrantes”, añadió.
Aunque las redadas se han multiplicado en los últimos meses, la agencia, en su estado actual, no da abasto para lograr el objetivo de deportar a un millón de indocumentados en el año. Necesita ampliar su capacidad.
En las especificaciones de la oferta de empleo se advierte de que el trabajo “requiere fuerza física y resistencia debido a los largos periodos de vigilancia, la inmovilización de sospechosos y el transporte de equipo pesado. El entorno incluye trabajo en interiores y exteriores en situaciones potencialmente peligrosas y estresantes”.
Desde que Trump regresó a la Casa Blanca, las redadas de los agentes del ICE atemorizan a la comunidad migrante. Absentismo de niños en la escuela, abandono del trabajo e incomparecencia a las citas en la corte son algunas de las consecuencias que han dejado las operaciones del ICE. Las imágenes de la desgarradora separación de padres que son arrestados enfrente de sus hijos por agentes que se cubren el rostro para no ser identificados, la fuerza utilizada para arrastrar a los sospechosos hasta introducirlos en los coches oficiales y las persecuciones de migrantes que trabajan en el campo, fábricas o la construcción, han quedado plasmados en vídeos que invaden las redes sociales. Los agentes del ICE se han ganado el rechazo de buena parte de la población y Trump ha denunciado los peligros que enfrentan en sus operaciones, defendiendo que se cubran la cara para evitar represalias.
Para realizar su labor, el anuncio ya avisa de que “el oficial de deportación del ICE puede usar fuerza letal cuando sea necesario, de acuerdo con la ley y la política de la agencia”.
Pero, además de la animadversión que despiertan sus agentes, los horarios agotadores, el deterioro de la moral y la creciente presión para alcanzar las cuotas de deportación han complicado el desafío de engrosar las filas del ICE.
“Este es solo otro empleo. La gente quiere politizarlo y avergonzarlos por aceptar el trabajo” afirma Mario G. Taffo, consultor del Institute For Financial Awareness, firma que asesora a la policía federal sobre cuestiones financieras.
La inyección de fondos que se ha aprobado para el ICE contrasta con la retirada de financiación, los numerosos despidos e incluso el cierre de muchas agencias federales. “Al igual que en el sector privado, algunas empresas quiebran y a otras les va mejor”, explica Taffo.
Varias encuestas han revelado el escaso apoyo social del que goza la agencia. Una de NPR-PBS News-Marist College realizada el mes pasado mostró que el 54% de los estadounidenses dijeron que el ICE había “ido demasiado lejos” en la aplicación de las leyes de inmigración. Y otra de la CNN, publicada la semana pasada, mostró que un 53% de los estadounidenses se opone a la ampliación del financiamiento del ICE por parte de Trump, frente al 31% que no lo ve mal.
Como estímulo, el DHS está ofreciendo a los agentes ya retirados un sueldo de entre 88.621 y 144.031 dólares anuales que se pueden añadir a su pensión.
“Es una gran oportunidad, no solo por los ingresos, porque probablemente los duplican, sino por los beneficios. Es una gran oportunidad para sus familias”, afirma Taffo.
Funcionarios federales han publicado enlaces al sitio web y al portal federal de solicitudes de empleo en LinkedIn. También han enviado correos electrónicos a exoficiales, instando a quienes dejaron el puesto en los últimos cinco años y se marcharon con buena reputación a que vuelvan a solicitarlo. “Estamos haciendo una llamada urgente a los exoficiales de las fuerzas del orden del ICE para que se unan a la Operación Regreso a la Misión”, decía un correo electrónico obtenido por The New York Times.
La urgencia en la necesidad de contratar queda reflejada en el hecho de que se prometen bonificaciones si se solicitaba pronto. “¿Listo para reincorporarse a la misión y recibir una bonificación de hasta 50.000 dólares, además de la remuneración por jubilación (pensión + nómina)?”, publicó Robert J. Hammer, funcionario del DHS, en LinkedIn. “Envíe su solicitud antes del 1 de agosto para optar al paquete completo de incentivos de reclutamiento”. Varios posibles candidatos respondieron interesados por la oferta.
La contratación de nuevos agentes es imprescindible para acometer los planes del zar de la frontera, Tom Homan, quien esta semana declaró en una rueda de prensa su intención de enviar más funcionarios a las ciudades santuario —aquellas que protegen a los migrantes— para ampliar las redadas. “Vamos a inundarlas con agentes [migratorios], y las ciudades santuario tendrán exactamente lo que no quieren, más agentes en las comunidades y en los sitios de trabajo”, dijo Homan.
Se necesitan investigadores y fiscales
Además de los agentes de deportación, el DHS necesita reclutar investigadores que trabajen para el ICE. El empleo, que ofrece un salario de entre 105.383 y 171.268 dólares anuales, se ofrece a funcionarios federales que hayan sido despedidos de otras agencias o departamentos que fueron eliminados en la criba de la Administración.
El plazo de solicitud para agentes de deportación e investigadores es del 17 de julio al 18 de agosto. A estos puestos se añadió el lunes 21 el reclutamiento de fiscales generales en Washington DC y en varios Estados. Los elegidos estarán involucrados en los procedimientos de deportación de solicitantes de asilo ante los jueces de inmigración y también deberán defender al ICE en los casos judiciales que se abran contra la agencia.
El DHS apela a la idea de patriotismo tan recurrente del Gobierno para cerrar la oferta. “América te necesita”, concluye su anuncio.
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