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Julio Vaqueiro: “Muchos de los latinos que votaron por Trump están sorprendidos por su política migratoria”

El periodista mexicano lidera uno de los noticieros en español más vistos por los latinos de Estados Unidos y repasa en su primer libro los eventos que han marcado su destino

Julio Vaqueiro, periodista y presentador de noticias en Telemundo.
Maye Primera

El periodista mexicano Julio Vaqueiro (San Juan del Río, 1987) ha sido testigo de los mayores eventos políticos y sociales ocurridos en Estados Unidos y México en el último lustro. El regreso al poder de Donald Trump y el atentado que casi lo impide. El auge y la merma del presidente Joe Biden, que buscó sin éxito soluciones humanitarias a la crisis de los migrantes en la frontera sur con México. La elección de Claudia Sheinbaum como la primera mujer en la presidencia mexicana. Todo lo que ha visto, contado y escrito, como presentador principal de la cadena estadounidense Telemundo y columnista del diario mexicano El Universal, fue dando forma a su primer libro, Río Bravo (Aguilar), distribuido este año a ambos lados de la frontera.

El noticiero que lidera Vaqueiro desde Miami es uno de los 10 programas en español más vistos por los televidentes latinos en Estados Unidos. En medio del vértigo de las noticias que narra de lunes a viernes, el periodista ha hecho un esfuerzo por documentar cómo los cambios en el ánimo de los pueblos y los líderes de Estados Unidos y México han ido definiendo el destino de ambas naciones y el de millones de familias de origen migrante que cada tarde sintonizan su señal.

Pregunta. ¿Cuál es la temperatura de ese ánimo a un lado y a otro?

Respuesta. Es un ánimo que se mantiene caliente. El tiempo que estamos viviendo en la relación entre México y Estados Unidos es uno de los más interesantes, complejos y delicados. Había una tradición de décadas de llegar a acuerdos comerciales siguiendo las reglas que se establecieron entre los dos países con Canadá para temas comerciales. Se resolvían los temas migratorios hablando concretamente sobre migración. Lo mismo con los temas de seguridad. Pero con Trump todos los temas se revuelven con la inmigración. Eso echa al aire toda la estructura que había para llevar a cabo una relación fructífera entre los dos países.

P. La relación México-Estados Unidos con los presidentes Joe Biden y Andrés Manuel López Obrador ya era tensa. ¿Ha conseguido la presidenta Sheinbaum la clave para lidiar con Trump?

R. Es verdad que en lo público Sheinbaum ha logrado entablar una conversación sana con Trump, donde no hay ataques y hay cordialidad. Pero en los hechos, México está recibiendo aranceles como otros países y la presión de Estados Unidos por atender los temas de seguridad para frenar el tráfico de fentanilo, para detener a los migrantes, para recibir a los deportados. Es decir, no hay ataques frontales verbales de parte de Trump, como los ha habido con otros líderes mundiales, pero México está enfrentando la presión de un Gobierno de Trump que ve a México como un problema de seguridad. El tema comercial ha acaparado muchos titulares, pero el asunto de la seguridad es ahora el más importante entre los dos países y la prioridad de Trump cuando se trata de México.

P. También para México hay un problema de seguridad, con las armas que entran desde Estados Unidos.

R. Absolutamente. Ahora la Corte Suprema tomó esta decisión de que la demanda que entabló México contra los fabricantes de armas no procede, pero es un tema que México llevó a los tribunales de Estados Unidos de forma muy creativa, como no se había hecho, a pesar de la derrota en el Tribunal Supremo. Los abogados al frente de esta demanda hablan de un triunfo, al menos en el imaginario colectivo, al traer el tema a la mesa.

P. En el libro describe las dos visiones de Estados Unidos que se enfrentaron en la campaña: la de Estados Unidos como patria y la de Estados Unidos como una idea, un lugar de oportunidad. ¿Cómo se manifiesta ahora esa brecha?

R. Ese es el gran fondo de las divisiones que hay en este país. ¿Es Estados Unidos una tierra de libertad en la que todo el mundo puede alcanzar sus metas si trabaja para ello? ¿O es la patria, el lugar en el que naciste, solo para los que nacieron contigo y crecieron contigo? Esa idea engloba estas divisiones entre no recibir más migrantes o decir “necesitamos a más migrantes para que el país siga progresando”.

Río Bravo, el libro de Julio Vaqueiro.

P. De cómo hablaba el expresidente Biden sobre la migración en su primera campaña contra Trump, a cómo lo hacía la vicepresidenta, Kamala Harris, como candidata, sin poder defender una política migratoria que había fallado.

R. Fue una posición muy complicada la que tuvo Harris en su campaña, pero sí es verdad que el discurso migratorio y alrededor de la frontera ha cambiado en los últimos años. Es como un auto en una carretera que va chocando de un muro de contención a otro y rebotando como en zigzag. Biden quería tener una postura más humanitaria con los migrantes, pero también era una respuesta a la política de Trump en su primer Gobierno. Cuando se condenó tanto la separación de familias, una política tan dura, Biden se presentó como el contraste y la alternativa. Pero después de esta crisis que vimos, donde hubo un número récord de migrantes que entraron o que querían entrar a Estados Unidos, hubo que regresar y ajustar otra vez el timón a una posición mucho más de centro o acercándose incluso a las posiciones de Trump. Por eso yo me acuerdo mucho en la entrevista que tuve con Harris antes de las elecciones. Le pregunté si Trump había ganado el argumento sobre la migración, porque a veces sonaba que los demócratas estaban teniendo un discurso muy similar al republicano: por primera vez hablando de aumentar la seguridad en la frontera. Estaban hablando muy poco de dar caminos para regularizar a los inmigrantes que estaban aportando a este país.

P. ¿La inmigración reciente es incluso impopular entre las comunidades de inmigrantes, considerando que muchos hombres latinos que votaron por Trump?

R. Lo que hizo Trump fue presentarse como un hombre que va a defender a la clase trabajadora de Estados Unidos. Y hay muchos latinos que trabajan aquí, que estaban viendo el impacto de la crisis económica y estaban viviendo la crisis migratoria, que fue real. Sí hubo albergues en Nueva York, Denver, Chicago, que estaban desbordándose. Esos votantes por supuesto que veían a la migración como un problema. Pero también es un hecho que muchos de ellos han pasado por una experiencia de migración o conocen a alguien que ha pasado por esta experiencia. Sus familias han pasado por ello. Y quizá entendían la promesa de Trump, que dijo que iba a deportar solo a criminales, como una solución. Muchos de ellos están viendo lo que está pasando ahora, donde no solamente se está arrestando a criminales, y mi lectura es que están sorprendidos con los arrestos en las cortes de gente que está siguiendo las reglas, con la deportación de personas que no podemos decir que son indocumentadas porque tienen papeles.

P. En el libro también habla de la suerte de Trump y menciona que es el primer criminal convicto en llegar a la Casa Blanca, que además hizo millones de dólares con la comercialización de su foto policial. ¿Qué hace a Trump inmune a sufrir las consecuencias de sus actos?

R. Esa es la pregunta del millón. Quisiera tener una respuesta. Pero creo que Trump es un hombre que tiene un talento extraordinario por acaparar la atención, por manejar los hechos a su favor. Es un genio de la mercadotecnia, de una forma natural y espontánea. Además, es un hombre que funciona muy bien en el caos, que lo utiliza a su favor. Gran parte del éxito de Trump ha sido su capacidad para capturar la atención del país y del mundo entero, manejarse bien en la incertidumbre y generar incertidumbre para su beneficio.

P. ¿Estaba Biden hábil para ejercer los últimos años de su presidencia, que retrata en su libro?

R. Los reportes periodísticos que han salido describen episodios de sorpresa, en donde efectivamente el círculo cercano de Biden estaba tratando de contener al presidente para que no quedara expuesta su fragilidad. Yo lo vi en la entrevista que describo en el libro, y lo veía cada año en los almuerzos que daba antes de su discurso sobre el Estado de la Nación y se veía que podía sostener una conversación. Luego todos fuimos testigos de su deterioro, como le pasa a cualquier persona de esa edad.

P. ¿Cómo definió la elección el hecho de que, al menos al principio, esta haya sido una campaña de octogenarios?

R. En las encuestas los votantes decían “no es lo que queremos” y a pesar de eso y de que llegó Harris, el presidente Trump ganó el voto popular. Así que aparentemente la edad no era lo más importante para los votantes, también era la política y lo que ocurrió durante el Gobierno de Biden. Y me parecía muy interesante que un país desarrollado como Estados Unidos, que es más joven que otros países desarrollados, cuyos líderes empresariales y en otras áreas son más jóvenes que la media en otros países, sigue siendo un país de gente mayor en la política.

P. El libro también habla de las comunidades que han quedado heridas en medio de todos estos eventos políticos y sociales entre Estados Unidos y México, que en gran parte son la audiencia de Telemundo. ¿Qué servicio puede darle el periodismo a estas personas?

R. Lo que espero es que la información empodere a estas comunidades. En Telemundo tratamos de hacerlo todo el tiempo en el noticiero. Hay que contar esas historias, servir de altavoz para contar ese dolor o ese sufrimiento de muchas familias y además servir con información útil, hablando con los expertos en casos de migración, abogados que pueden darnos estrategias o alternativas. Contando la historia de alguien, quizá otra persona se sienta reflejada y esas soluciones sirvan para muchas otras familias. Y eso es lo deseable. Todas las tardes eso es lo que queremos pensar, que el trabajo que hacemos sirve para ayudar a otras personas con la información.

Julio Vaqueiro en Miami, Florida, Estados Unidos, el viernes, 6 de Junio de 2025.

P. ¿Cómo ha cambiado el ánimo de esa audiencia latina en los primeros cinco meses de Gobierno de Trump?

R. Es un momento muy difícil para la comunidad inmigrante en Estados Unidos He conocido familias que en estos meses han vivido en carne propia el dolor de la separación, de una deportación, de un arresto. Muchas personas que nunca imaginaron que iba a pasarles a ellos o a sus conocidos. Pero creo que en este momento también es importante resaltar las contribuciones de esta comunidad, de escapar de los estereotipos y tratar de contar la historia completa. Porque se ha contado una historia de migrantes que están invadiendo el país o que todos forman parte de organizaciones criminales, unas generalizaciones que no son ciertas. Por eso nuestro periodismo debe subrayar los aportes que han hecho los migrantes a este país y elevar ese ánimo de esta comunidad. Hay mucho trabajo por hacer, mucho que explicar sobre quiénes son los latinos, dónde están, cómo aportan, qué hacen y cómo este país se ha beneficiado de ellos durante muchos años. Y nuestro periodismo debe subrayar los aportes que hace esta comunidad.

P. ¿De cuántos momentos de los que ha sido testigo espera siempre acordarse?

R. Es muy duro porque este es un trabajo con una velocidad que no para. Y el trabajo es contar lo que ocurre en el día y todos los días son diferentes y siempre está pasando algo. También por eso escribí el libro, fue un ejercicio que disfruté mucho. Fue como frenar un poco y reflexionar sobre lo que estaba pasando. Los periodistas estamos reportando todo el tiempo, y es como de repente darnos cuenta de lo que acabamos de vivir, que se nos olvida por el ritmo en el que estamos. Por estar tan concentrados en hacerlo bien, en cumplir con el trabajo, de repente se nos va que realmente estamos siendo testigos de la historia. Mi intención es que el libro funcione como un momento para entender lo que está pasando, como un punto de partida, de dónde venimos, cómo llegamos a este momento y a partir de ahí tratar dar claves de por dónde puede venir lo que viene. Contar lo que está pasando para tratar de entenderlo mejor y que no se nos olvide.

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Sobre la firma

Maye Primera
Colaboradora de EL PAÍS US. Fue corresponsal de EL PAÍS en Caracas y Miami (2008-2015). Ganadora del Premio Ortega y Gasset en 2017 por una investigación sobre la industria global de los cruceros y de los premios Rey de España en 2019 y 2021 por sus investigaciones sobre la migración en Centroamérica y el movimiento feminista en México.
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