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Vanessa Cárdenas, directora ejecutiva de America’s voice: “El objetivo de la Administración es cambiar la definición de quién es estadounidense”

Desde su posición de líder de una de las organizaciones pro migrantes más importantes del país, Cárdenas advierte del aumento del racismo y de las medidas que están por llegar con la Administración Trump

Vanessa Cárdenas, directora ejecutiva de America’s voice
Patricia Caro

Vanessa Cárdenas (49 años) nació en Brooklyn, Nueva York, aunque se crió en Cochabamba, Bolivia, donde residió hasta los 14 años, cuando regresó a Estados Unidos. Fue la primera persona de su familia en ir a la universidad y una carrera prolífica la llevó a trabajar en la campaña presidencial del primer mandato de Joe Biden, el comité de acción política que aboga por las candidatas a favor del aborto EMILY’s List, el Centro para el Progreso Americano, la organización latina LULAC, y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF). Como directora ejecutiva de la organización pro migrante America’s Voice aboga por una reforma del sistema de inmigración que ofrezca el camino hacia la ciudadanía de los millones de indocumentados. En esta entrevista con EL PAÍS critica las políticas migratorias de la Administración Trump, que han aumentado el racismo en el país y solo están encaminadas a reforzar la base política del presidente. Cárdenas vive con su familia en la afueras de Washington DC, en el norte de Virginia.

Pregunta. Parecería que la definición de migrantes indocumentados es sencilla, pero el torrente de órdenes legislativas y medidas antiinmigración han creado mucha confusión sobre el término. ¿Qué pasa con los que están viendo sus permisos revocados por la actual Administración, como los beneficiados del parole humanitario, el estatus de protección temporal TPS o los que solicitaron asilo a través de la extinta aplicación CBP One?

Respuesta. La definición que se usa es la de una persona que no tiene autorización actualizada para estar en los Estados Unidos. Técnicamente no son indocumentados. Llegaron con un proceso legal que la Administración Biden les otorgó. Sin embargo, estamos viendo algo sin precedentes, una administración que está revocando programas establecidos para inmigrantes de una forma muy acelerada, quitándoles el estatus legal y diciéndoles que tienen que autodeportarse. Así como el Ejecutivo tiene la habilidad de implementar estas políticas para los inmigrantes, también tiene la habilidad de quitárselas. Biden creó los programas para legalizarlos y Trump los está quitando.

P. La cancelación de estos programas aumenta el número de indocumentados, ¿no es contradictorio con la idea de reducir el número de personas que reside en el país sin papeles?

R. Totalmente. Al cancelar estos programas, lo que está haciendo es aumentar el número de inmigrantes indocumentados que están en este país. Y no solamente eso, los están empujando más a las sombras, a la ilegalidad, con estas políticas que quieren infundir miedo entre la comunidad inmigrante.

P. Hay una opinión generalizada de que el sistema migratorio está roto y necesita una profunda reforma. Buena parte de las órdenes ejecutivas de Trump han impuesto cambios radicales.

R. Está claro que no hay un interés sincero por mejorar el sistema y por tratar de llegar a una solución. Lo que hace es alimentar a su base, porque la migración es parte de su estrategia política para avanzar en su ideología. El programa parole humanitario es una de las cosas más innovativas que se han hecho, es crear canales legales para que la gente no tenga que ponerse en manos de un coyote. Si Estados Unidos quiere tener un sistema migratorio que funcione, debe abrir caminos legales; eliminarlos todos no es la solución. Además, ya sabemos las necesidades de la mano de obra que hay.

P. Una de las medidas recientes anunciadas incluye la revisión de las redes sociales de quienes soliciten permisos migratorios. ¿Han hecho ustedes alguna recomendación al respecto?

R. Es muy problemático porque estamos viendo en los aeropuertos no solo a inmigrantes, sino también a ciudadanos a quienes están pidiendo sus teléfonos para verificar sus redes sociales. Esto va en contra de la libertad de expresión. Desgraciadamente, estamos en esa situación donde les decimos a nuestros compañeros de trabajo y a nuestros familiares que tienen que tener un nivel de vigilancia y de cuidado que no habíamos tenido antes, que revisen sus redes sociales, para evitar cualquier tipo de problemas con inmigración.

P. El caso de Kilmar Ábrego García, el salvadoreño que fue deportado a El Salvador a pesar de contar con una protección judicial, ha cobrado mucha notoriedad, ¿cree que es un caso aislado?

R. No, ya hemos oído varios casos de personas, sobre todo venezolanos, que no tenían ningún tipo de antecedentes criminales y ahora están en una cárcel en El Salvador. Lo que es diferente de este caso es que el Gobierno ha admitido que cometió un error. Es supremamente peligroso que el mismo Gobierno diga que, a pesar de que ha metido un error, no lo pueden traer de vuelta. Esto demuestra cuán agresiva está siendo esta Administración para sacar al mayor número de personas de Estados Unidos sin importarle las consecuencias en las familias, incluso si están aquí legalmente o si son ciudadanos. Es muy peligroso, no sólo para los inmigrantes sino para todos nosotros porque tiene implicaciones sobre nuestros derechos, sobre nuestras libertades. Si dejamos pasar esto, no se van a poder parar.

P. ¿Confía en que los tribunales frenen las políticas más agresivas de Trump?

R. Yo tengo esperanza en que los jueces de la Corte Suprema sigan su juramento a la Constitución, aunque la mayoría de los jueces sean del ala conservador. Quisiera decir que estoy confiada porque los hechos están de nuestro lado, pero tengo dudas por el momento político en que estamos, por la ideología que está avanzando con esta Administración. Incluso si la Corte está de nuestro lado, me pregunto si esta Administración va a seguir la orden de los tribunales. Vamos a ver si el sistema se sostiene. Por eso es tan importante no sólo para los inmigrantes sino para los estadounidenses en general.

P. ¿Qué ha cambiado en su organización desde el 20 de enero?

R. Por ser uno de los grupos nacionales pro inmigrantes estamos muy expuestos. Entre los compañeros hablamos de lo que significa eso y tratamos de protegernos de la mejor manera que podemos con los recursos que tenemos. Estamos en un punto donde uno tiene que volver a comprometerse con la causa a la que hemos dedicado muchos años, sabiendo que hoy nuestras voces, nuestro trabajo, nuestra abogacía es más importante que nunca.

P. ¿Qué recomienda a los migrantes?

R. Que hablen con un abogado y que exploren cómo protegerse lo más pronto posible. Aunque no hay garantías, es lo pueden hacer. A pesar de todo, la gente inmigrante es muy luchadora, muy positiva. Estamos luchando con un pueblo que es muy resistente. A ese sentimiento es donde tenemos que aferrarnos. La mayoría de la gente se levanta todas las mañanas para ir a trabajar para ayudar a sus familias bajo circunstancias terribles. Y ese espíritu es lo que nos va a salvar de esta situación. Lo único que podemos hacer es vivir nuestras vidas tomando las precauciones necesarias y tener fe en que en las elecciones venideras se rechacen las políticas de esta Administración.

P. ¿Cree que ha aumentado el racismo y la xenofobia entre la población?

R. Desde luego que ha habido un aumento de racismo. Y no es sorprendente por la estrategia combinada de poner millones de dólares en anuncios antiinmigrantes, la coordinación digital de grupos extremistas con el discurso de que los migrantes son malos para los Estados Unidos y la inestabilidad económica que la gente siente.

Hay una frustración bien grande sobre nuestro sistema migratorio y los grupos que abogamos por cambios lo hemos estado diciendo desde hace casi 30 años. El problema es que cuando no tenemos soluciones que en las que la gente pueda creer, y solamente escuchamos de un partido 24 horas al día, siete días a las semanas que esta gente está cometiendo crímenes, la gente lo cree. Pero las cosas que Trump y sus aliados dicen sobre la inmigración no se basa en hechos reales. La inmigración es positiva para Estados Unidos. Hay un sinfín de estudios económicos que hablan de las contribuciones de los inmigrantes, que son esenciales para la prosperidad económica de este país. Esa es la narrativa verdadera y real de inmigración. Sin embargo, se ha aceptado un discurso que no está basado en los hechos, que es parte de una estrategia política y que los estadounidenses están aceptando porque no sienten que haya una solución viable.

P. La severidad de las medidas contra los migrantes, también tendrá detractores…

R. Sí, también vemos que la gente está muy incómoda cuando las deportaciones están afectando a familias establecidas que están arraigadas en las comunidades. Lo vimos en el primer mandato de Trump, cuando las familias estaban siendo separadas. La gente está diciendo que sí quiere que se organice el sistema, que necesitamos sacar a las personas, pero no quiere que esté afectando a su vecino, que ha estado aquí décadas y no están de acuerdo en deportar a las personas sin antecedentes delictivos. Cuanto más entiendan las consecuencias humanas y económicas más van a rechazar esta agenda de deportaciones masivas.

P. ¿Cuál es la política migratoria que considera más controvertida de esta Administración?

R. Lo que más está impactando es el envío de personas sin antecedentes criminales a una prisión en El Salvador, sin tener acceso a un abogado y abandonarles en otro país. La mayoría de las personas entienden lo peligroso que es y es por eso que el caso del señor Ábrego García va a ser tan importante.

P. ¿Qué espera de esta Administración en los próximos años?

R. Vamos a ver más de lo que hemos visto estos tres meses. Ataques para que los indocumentados no sean contados en el censo, no porque la gente indocumentada esté votando, sino porque eso es parte fundamental de su argumento para asegurarse que las elecciones le sean favorables. Vamos a ver más ataques sobre la ciudadanía por nacimiento. Esta Administración está realmente comprometida en cumplir los objetivos de su proyecto 2025 y van a acelerar esos esfuerzos. Al mismo tiempo, como lo hicieron en la primera Administración de Trump, van a cambiar los procesos para reducir la inmigración legal.

Fundamentalmente, la meta es cambiar la definición de quién es realmente una estadounidense. Hay una ideología detrás de estos esfuerzos y la inmigración es parte fundamental para hacer cumplir su agenda.

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Sobre la firma

Patricia Caro
Periodista en Washington, especializada en temas latinos y de inmigración. Forma parte del equipo de la edición de Estados Unidos de EL PAÍS. Fue corresponsal de la Cadena SER en Brasil. Trabajó como redactora de Economía Internacional en el diario Cinco Días.
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