Ir al contenido
_
_
_
_

Gloria Estefan: “Tengo fe en Estados Unidos, pero hay que tener cuidado, la democracia es un ser viviente y puede morir”

La cantante cubanoestadounidense presenta ‘Raíces’, su primer disco en español en 18 años. En entrevista con EL PAÍS, la artista habla de su éxito, de Cuba y Miami, de su familia y de Donald Trump

Gloria Estefan, durante la sesión de fotos para el álbum 'Raíces'.
Inés Santaeulalia

Mucho antes de que la música latina se escuchara a todas horas en cualquier rincón del planeta, un matrimonio de exiliados cubanos dio el primer golpe en 1985 con la canción Conga. Un sencillo con el que Emilio y Gloria Estefan llamaron a la puerta de Sony hasta siete veces sin suerte. Pero la suerte estaba de su lado. Conga fue el primer éxito mundial de Gloria (La Habana, 67 años), al que siguieron cientos más. La artista, que ha vendido más de cien millones de discos, presenta este jueves Raíces, el primero en español desde hace 18 años.

Siete años después de Conga, el propio Emilio era presidente de Sony Latino y el matrimonio empezó a crear un imperio que tiene su base en Miami, desde donde moldearon y ayudaron a nacer a decenas de artistas latinos como Shakira o Ricky Martin. Miami es el lugar al que llaman hogar, como miles de exiliados cubanos. Ella llegó a Florida con dos años y ya nunca se fue. Ahora sigue desde allí con “preocupación y miedo” la deriva antimigratoria de Donald Trump. Por eso cree que es más importante que nunca celebrar las “raíces latinas”.

Gloria recibe a EL PAÍS en los estudios de Sony en Nueva York días antes de su último lanzamiento. La acompaña Emilio, que ha escrito varias de las letras, y está feliz como si fuera la primera vez que saca un disco. Mientras escuchan las canciones en un estudio, siguen el ritmo con los pies y a veces se miran con cierta timidez. “Sí, somos felices”, dirá ella después. Nada menos.

Gloria Estefan

Pregunta. ¿Cuáles son sus raíces?

Respuesta. Mis raíces son asturianas. Mi abuelo tenía un familión en Pola de Siero y se fue a Cuba. Los abuelos de mi abuela también eran españoles, como gran parte de los cubanos. Estuve en Cuba solo dos años cuando nací, pero es una raíz muy fuerte. Mi madre me lo inculcó, yo creo que ella se tragó a José Martí. Cuando llegamos a Estados Unidos la idea era regresar y era muy importante para ella mantener esas raíces cubanas en la música, en la comida, en la forma de ser. Y cuando vio que no íbamos a regresar, aún más. Así que en mi casa solo se hablaba español. Me crio escuchando música cubana: Cachao, Celia Cruz, Olga Guillot, La Lupe... Y también gente como Nat King Cole, que iba mucho a Cuba y mi mamá era fan. Andy Williams, el Trío Los Panchos, Javier Solís. Todo eso son mis raíces. También me siento parte libanesa porque llevo más tiempo con Emilio que sin él y pude vivir muy cerca a sus padres. Así que me siento una ciudadana del mundo, estoy a gusto donde quiera que voy.

P. ¿Volverá a pisar a Cuba alguna vez?

R. Pisé Cuba en el 79, con Jimmy Carter. Queríamos sacar al hermano de Emilio con sus dos hijos. Fue muy difícil para mí, mi mamá no quería que fuera. Aún no éramos conocidos pero fue duro, me dio como fobia. Sentí lo que Emilio llama castrofobia, en vez de claustrofobia. Empecé a soñar con que no podíamos salir. Me gustaría algún día cantar en una Cuba libre, aunque ya el sueño se me está haciendo cada vez más lejano.

P. ¿Que es Miami para usted?

R. Miami es mi hogar. Viví un par de años fuera cuando mi padre estaba en el ejército americano. Los años más felices de mi niñez fueron en South Carolina porque estábamos juntos mi hermanita, mi papá y mi mamá, hasta que él se fue a Vietnam y regresamos a Miami con mi abuela. Miami es como estar en la Cuba de antaño y en Latinoamérica al mismo tiempo que en Estados Unidos.

P. Hacía tiempo que no cantaba en español, ¿qué le da el español que no le da el inglés?

R. Es el idioma de mi corazón. En inglés hay que tener más cuidado porque en las canciones de amor te acusan de ser demasiado sacarino, o de ser demasiado expresivo con las emociones. El español me da rienda suelta.

P. Ha conseguido éxito, premios y dinero. Ha formado una familia que parece unida. ¿Tiene la vida perfecta?

R. ¡No podría pedir más! Somos una familia normal y hay cosas en todas las familias, pero no puedo pedir más porque he vivido más que cualquier sueño que pudiera haber tenido. Y sí, somos felices. Somos una familia que nos amamos y también nos caemos bien, que es la parte difícil.

P. Emilio le dijo hace poco a EL PAÍS que el secreto para llevar 47 años de matrimonio era decirle a usted siempre que sí.

R. Eso es un chiste. Pero pensándolo bien... jamás me ha dicho que no a nada que yo le haya propuesto. Tenemos mucho respeto el uno por el otro. Si es algo que yo tengo que enfrentar con mi cara, es mi decisión. Igualmente, si es algo que él está haciendo con otro artista, es su decisión. Nos compartimos cualquier opinión, pero sabemos hasta dónde puede llegar el manager antes de arruinar lo del esposo. Eso lo hemos aprendido a través de los años.

P. ¿Qué es ser latina en Estados Unidos?

R. En este momento es difícil y nunca había sido difícil para mí. Ahora tengo un poco de miedo viendo lo que está pasando. Tengo miedo por otros, no por mí. Y sé por la experiencia de mis padres que uno puede pensar que todo está perfecto y, de pronto, de un día para otro, todo se puede caer.

Gloria Estefan

P. Habla de la experiencia cubana.

R. Sí, un día tenían todo y al día siguiente...

P. ¿Este es un momento clave para Estados Unidos?

R. Los americanos que han vivido aquí mucho tiempo no aprecian lo frágil que es la libertad. Porque siempre ha existido, obviamente dependiendo de quién eres, porque la comunidad afroamericana en este país ha pasado y sigue pasando muchísimo. Y sobre los latinos, estoy acostumbrada a que en cada elección el último que entró al país es quien paga los platos rotos. Pero las cosas que han mantenido este país como lo que es siempre han estado ahí y ahora estamos viendo que se van cayendo pedacitos, como cuando alguien ignora la orden de un juez. Entonces estoy orando mucho y no mirando mucha televisión.

P. ¿Le deprime?

R. Me preocupa y me da un poco de ansiedad, no me gusta cómo me hace sentir. Obviamente cerrar los ojos no es lo correcto y si llegara el momento en el que tengo que decir algo, lo haría.

P. Nunca se han situado políticamente en Estados Unidos.

R. Emilio y yo somos non-affiliated. No somos ni demócratas ni republicanos. Creo que hay dos partidos y todo el mundo está en el medio. Los extremos siempre son lo que más se oye, pero la mayoría de la gente no es así. Yo tengo fe en este país, tengo fe en el sistema judicial, pero hay que tener cuidado. La democracia es un ser viviente que respira y, si no le das oxígeno, puede morir.

P. ¿Le diría algo a Trump?

R. Si tengo que decirle algo, se lo digo, pero no me va a escuchar.

P. ¿Qué sería?

R. ¡Ay, Dios mío, no lo quiero ni pensar!

P. Se dice que los Estefan han creado un imperio. ¿Es usted la señora del imperio?

R. Ninguno de los dos. Emilio sigue sintiéndose emigrante, cada vez que vamos a un hotel se lleva las chancletas. Él no se da cuenta de lo que ha hecho ni piensa en eso.

P. Sony les rechazó la canción Conga siete veces y siete años después Emilio era presidente de Sony Latino. ¿Cómo se hace eso?

R. Bueno, los convencimos. Tuvimos mucho éxito. Emilio empezó a hacer discos, trajo a Ricky Martin a los Grammys y hubo una explosión. Tommy Mottola es un hombre muy inteligente y sabía que había gente yendo a buscar a Emilio para hacer producciones. Shakira llegó con su primer disco y yo le dije: ‘Shaki, tú puedes cruzar el charco’. Y para mostrarle cómo podía funcionar en inglés le escribí Ojos así, e Inevitable. Shakira es super inteligente y creativa y enseguida se puso las pilas, empezó a aprender y ella misma empezó a componer en inglés.

P. Shakira, Karol G, Bad Bunny... ¿son los padres del boom latino?

R. Estoy muy orgullosa de ellos. Obviamente tienen otro estilo de música, pero eso no tiene que ver: son latinos. Cuando vi a Bad Bunny en Saturday Night Live me llené de alegría porque eso antes no habría pasado.

P. ¿Le gusta el reguetón?

R. Hay algunos que sí, hay otros que son demasiado gráficos. Para mí la música inspira y te hace sentir feliz, pero está la libertad de expresión del artista. Yo vengo del mundo que vivió del doble sentido, en Cuba todo era de doble sentido. Yo hablo muy claro, pero hay que tener romance en la vida también. Hay un reguetón que me encanta y que es divertido, pero hay uno que es un poco fuerte para mí.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Inés Santaeulalia
Es la jefa de la oficina de EL PAÍS US, antes fue responsable en Colombia, Venezuela y la región andina. Comenzó su carrera en el periódico en el año 2011 en México, desde donde formó parte del equipo que fundó EL PAÍS América. En Madrid ha trabajado para las secciones de Nacional, Internacional y como portadista de la web.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_