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Trump firma un decreto para sacar la marihuana del grupo de las drogas más peligrosas y permitir su uso con fines médicos

La orden no implica una legalización del uso recreativo de la sustancia

Donald Trump

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este jueves la firma de un decreto que sacará a la marihuana del grupo en la que la habían colocado las autoridades junto a otras drogas, como la heroína, el MDMA o el LSD, “peligrosas” por su “potencial de abuso”, para reclasificarla en otra categoría, junto a la codeína, la ketamina y ciertos esteroides. En la práctica, la decisión, que no implica la legalización de la sustancia con fines recreativos, acelera el proceso que permitirá la investigación de los usos médicos de la planta, hasta ahora ilegales a nivel federal.

El anuncio lo hizo Trump en el Despacho Oval rodeado de pacientes, un militar retirado uniformado, médicos vestidos con bata blanca y emprendedores de la industria del cannabis. El presidente dijo que hay “mucha gente” que le estaba rogando que lo hiciera, “gente que lleva décadas sufriendo un gran dolor”.

La medida, prometió, beneficiará a enfermos con “dolencias incurables, cánceres agresivos, convulsiones, trastornos neurológicos y otro tipo de enfermedades, también a veteranos con lesiones relacionadas con sus servicios al país y personas mayores que viven con problemas médicos crónicos que han deteriorado gravemente su calidad de vida”.

Trump ya coqueteó con la idea de reclasificar la marihuana durante su campaña. En agosto, confirmó que estudiaba seriamente el cambio, y en septiembre publicó un video en el que sugería que el seguro médico público Medicare cubriera también productos de CBD (nombre popular para los canabinoides, derivados no psicoactivos de la marihuana).

El responsable de Medicare, que también lo es del programa Medicaid, el doctor televisivo Mehmet Oz, estaba presente durante el anuncio en el Despacho Oval. Oz dijo que Trump le pidió a principios de 2025 que preparara el camino para la decisión conocida este jueves y anunció que los ancianos tendrán a partir de ahora acceso a esos canabinoides, “porque no son adictivos”.

El antecesor de Trump en el cargo, el expresidente demócrata Joe Biden, ya trabajó por la reclasificación de la marihuana, e hizo también avances desde el punto de vista de la despenalización de la posesión de la sustancia.

Las encuestas sugieren que los estadounidenses están a favor del cambio. Según la encuestadora Gallup, un 68% respaldaba el año pasado la idea, una tendencia que ha ido en ascenso en las últimas décadas (en 2005, solo era un 35%). Dos docenas de Estados, además de varios territorios y de Washington D. C., ya han legalizado o dejado en un limbo legal su uso recreativo.

El movimiento del cannabis al Schedule III del Schedule —ambas denominaciones empleadas desde hace décadas en la así llamada “guerra contra las drogas”, que inició Richard Nixon en los setenta, y que registró sus picos en las presidencias de Ronald Reagan y Bill Clinton— tampoco supone una despenalización total de su uso. Aunque sí abre la puerta a una relajación de la aplicación de la ley en los Estados en los que esta cae sobre los consumidores de una manera más severa, como Texas. La orden ejecutiva también promete aliviar la carga fiscal que soportan las empresas del sector, que incluyen restricciones bancarias federales.

El anuncio de este jueves abre un proceso largo. Según la Administración de Control de Drogas (DEA), este podría quedar completado a la altura del próximo verano.

Más de 20 senadores republicanos, varios de ellos firmes aliados de Trump, firmaron una carta este año instando al presidente a mantener la marihuana clasificada como droga de la Lista I. Encabezados por el senador de Carolina del Norte, Ted Budd, el grupo argumentó que sigue siendo peligrosa y que un cambio en su clasificación “socavaría sus importantes esfuerzos para hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande”, en referencia al famoso eslogan Make America Great Again. También argumentaron que la marihuana afecta negativamente la salud física y mental de los consumidores, así como la seguridad vial y laboral.

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Sobre la firma

Iker Seisdedos
Es corresponsal jefe de EL PAÍS en EE UU. Licenciado en Derecho Económico por la Universidad de Deusto y máster de Periodismo UAM / EL PAÍS, trabaja en el diario desde 2004, casi siempre vinculado al área cultural. Tras su paso por las secciones El Viajero, Tentaciones y El País Semanal, ha sido redactor jefe de Domingo, Ideas, Cultura y Babelia.
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