Florida recula en su política de vacunas y mantiene la mayoría de las inyecciones obligatorias
Apenas unos días después de anunciar el fin del mandato de vacunación para niños, el Gobierno estatal ha limitado el alcance de la medida, aunque el gobernador DeSantis asegura que trabaja por eliminarlos del todo en el futuro

El anuncio de Florida de relajar la vacunación requerida para asistir a la escuela ha levantado una ola de críticas y preocupación entre padres, planteles y la comunidad científica por el riesgo de brotes de enfermedades prevenibles, incluyendo algunas potencialmente mortales, como la meningoencefalitis. En pocos días, varias peticiones en línea que piden frenar la medida han reunido miles de firmas, y las autoridades estatales aclararon que el cambio afectará solo a cuatro vacunas, mientras el resto de las inmunizaciones obligatorias se mantiene.
El máximo responsable de Salud del Estado, Joseph Ladapo, anunció la medida el miércoles pasado en Tampa, donde comparó las vacunas con la “esclavitud”, y dijo que el gobierno no tiene derecho a decirle a la gente qué ponerse en el cuerpo. El Departamento de Salud de Florida dijo a EL PAÍS en un correo electrónico que el cambio “no será efectivo hasta dentro de 90 días” y que eliminarán los requisitos de inmunización contra la hepatitis B, varicela, neumococo conjugada, y Haemophilus influenza tipo b (Hib), que según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) es la causa más común en Estados Unidos de meningitis bacteriana —un tipo de infección en el cerebro.
Las demás vacunas exigidas por la ley estatal para entrar al colegio permanecerán en vigor, incluyendo vacunas contra poliomielitis, difteria, rubéola, sarampión, tos ferina, paperas y tétanos, a menos que la regulación cambie “mediante legislación”, indicó el Departamento de Salud. A pesar del carácter limitado de este primer mandato sobre las vacunas, Ladapo ha señalado que trabaja con el gobernador Ron DeSantis y la Legislatura estatal para eliminar el resto de los requerimientos.

Sendas peticiones para mantener las vacunas como un requerimiento en el Estado han amasado miles de firmas en el sitio Change.org, donde algunos han contado experiencias de pérdidas de familiares por enfermedades como la polio, o han expresado preocupación sobre el posible impacto en personas inmunodeprimidas.
Ashlee Dahlberg, de 35 años y residente de Indiana, dice que lanzó una de las peticiones porque su hijo de 8 años contrajo Haemophilus influenzae type B (HIB) en abril y murió en menos de 16 horas. Según dice a EL PAÍS, el niño padecía de asma severa y contrajo la bacteria de “un portador no vacunado de la escuela”.
“Los niños no vacunados están poniendo a los niños inmunodeprimidos en mayor riesgo”, apunta. “Muchas personas dicen ‘mi cuerpo, mi decisión’, y está bien, pero esa mentalidad no debería aplicarse a la vacunación, cuando tu cuerpo y tu decisión ponen en riesgo el bien común. Puedes hacer lo que quieras con tu cuerpo siempre que no perjudique a nadie más”.
Una madre de Tampa signataria de la petición, asegura que “eliminar los mandatos de vacunación contradice toda la ciencia del último siglo”. “Tengo un hijo pequeño en preescolar. ¿Cómo se supone que debo sentirme segura al enviarlo a la escuela sin la garantía de que quienes lo rodean estarán vacunados? Esto es una regresión de política pública monstruosamente peligrosa y espero que los legisladores entren en razón”, escribió en un mensaje público.
Dahlberg, quien es madre de otros dos hijos, de 7 y 11, dice que la decisión no solo afecta a Florida sino que amenaza con debilitar las protecciones de salud pública en todo el país. También cree que es una decisión con motivos políticos.
Florida ha pasado de cuestionar vacunas como las de covid e influenza a impulsar la eliminación de mandatos, en sintonía con un giro nacional que sigue al nombramiento de Robert F. Kennedy Jr. al frente del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS). Kennedy, conocido por oponerse a las vacunas, ha impulsado despidos masivos en el Departamento y destituido a los jefes de los CDC, en parte por desacuerdos sobre políticas de vacunación. En el plano estatal, el gobernador Ron DeSantis ha rechazado los mandatos de vacunación alegando “libertad personal”, una postura que comparte buena parte de la base republicana. Pero los críticos advierten que el discurso de libertad individual frente a medidas de salud pública choca con la evidencia científica, y puede generar fricciones con sectores más tradicionales del partido. Durante la conferencia de prensa de Ladapo sobre las vacunas, DeSantis anunció la creación de MAHA (Making America Healthy Again, Hacer Saludable a Estados Unidos de Nuevo), una comisión para “integrar los principios” del HHS de Kennedy en Florida.
Las autoridades de Salud de Florida dijeron a EL PAÍS que “el énfasis está en las libertades médicas”, y que las vacunas seguirán estando disponibles en todo el estado. “La actualización no limita el acceso a las vacunas, sino que elimina el mandato estatal”, dijo el Departamento, y alentó a los padres “a consultar con sus proveedores de salud al tomar decisiones médicas para sus hijos”.

La doctora Rana Alissa, de la Academia de Pediatría de Estados Unidos (AAP) de Florida, dijo en un comunicado que la decisión tendrá un “efecto dominó” que afectaría a todos, no solo a quienes tienen hijos en la escuela. “Los parques temáticos del Estado, los supermercados, los cines, los estadios deportivos y las salas de espera de consultorios y hospitales podrían convertirse en lugares donde las enfermedades contagiosas se propaguen con facilidad, convirtiendo cada salida o reunión en un riesgo”.
Los requisitos de vacunación en Florida varían según el grado escolar. Desde preescolar hasta la secundaria, los niños se vacunan contra difteria, tétanos, tos ferina acelular, poliomielitis, sarampión, paperas, rubéola, hepatitis B y varicela, explica la AAP, y lamenta que las autoridades federales de salud “siguen fomentando desconfianza hacia las vacunas”.
Desde antes del anuncio, en Florida los padres han podido solicitar una exención para no vacunar a sus hijos, incluso por razones no médicas, algo a lo que la AAP se opone. Según estadísticas de los CDC, en el curso escolar pasado, aproximadamente el 5.1% de los niños de kindergarten en Florida tenían una exención a los requisitos de vacunación, frente al 3.6% a nivel nacional.
La Asociación de Educadores de Florida (FEA), que representa a más de 120.000 docentes y empleados escolares, dijo en un comunicado que cambiar las normas interrumpirá el aprendizaje de los estudiantes y hará que las escuelas sean menos seguras. “Los líderes estatales dicen que les preocupa reducir el ausentismo crónico y mantener a los niños en la escuela — pero reducir la vacunación hace lo contrario: pone en riesgo la salud y la educación de nuestros niños”, indica FEA.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que las vacunas previenen millones de muertes en el mundo cada año. En Estados Unidos, los CDC estiman que previenen unos 20 millones de casos y decenas de miles de muertes. Florida erradicó el sarampión, paperas y rubéola desde la década del setenta gracias a la vacunación masiva con la MMR. La hepatitis B se ha reducido un 90%. Las vacunas son más efectivas cuando se aplican masivamente, según la evidencia científica.
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