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La guerra desatada en Florida por los pasos de cebra con la bandera LGTBIQ

Al menos nueve ciudades se encuentran en disputas con el Gobierno estatal por los cruces peatonales pintados como arcoíris que las autoridades estatales han pedido eliminar

Protesta frente al antiguo club nocturno PULSE en Orlando, Florida, el jueves 21 de agosto.

Los pases de cebra arcoíris han desatado una guerra cultural y política sobre la visibilidad LGTBIQ en el espacio público en Florida. Al menos nueve ciudades se encuentran en disputas con el Gobierno estatal por los cruces peatonales pintados con los colores de la bandera gay, que las autoridades han pedido eliminar bajo la justificación de que presentan un riesgo a la seguridad. Activistas y gobiernos municipales señalan que en realidad se trata de un pretexto como parte del esfuerzo más amplio del gobernador Ron DeSantis por “borrar a las personas LGTBIQ de la vida pública” y que se están utilizando las normas de transporte como arma contra la inclusión. Algunos han descrito la campaña como “acoso estatal” y una extensión de las disputas culturales que Florida ha protagonizado desde hace años.

La orden se originó desde el Gobierno federal a principios de julio, cuando el secretario de Transporte, Sean Duffy, emitió una guía a los gobernadores estatales para “mejorar la seguridad” en la que señaló que las carreteras no son “para mensajes políticos ni obras de arte”. El gobernador de Florida, Ron DeSantis, aceptó con entusiasmo la directriz y reforzó la postura declarando que no permitiría que las carreteras sean usadas “con fines políticos”.

Acto seguido, el Departamento de Transporte de Florida (FDOT, por sus siglas en inglés) envió instrucciones a varias ciudades, incluyendo Cayo Hueso y Miami Beach, bastiones históricos de la comunidad LGTBIQ, advirtiendo de que los cruces peatonales decorativos debían ser retirados so pena de quedarse sin fondos de transporte. Desde entonces, Cayo Hueso, Miami Beach, Orlando, St. Petersburg, Sarasota, Fort Lauderdale, West Palm Beach, Boynton Beach y Delray Beach se han enfrentado con el Estado este verano.

El argumento del FDOT es que los colores en las cebras podrían distraer peligrosamente a conductores y peatones, y ha dado como fechas límite la primera semana de septiembre para que se borren. Sin embargo, políticos locales y defensores de los derechos LGTBIQ han denunciado que la orden tiene motivos políticos. Los diferentes funcionarios municipales han emitido declaraciones de apoyo a sus comunidades mientras luchan por decidir cómo responder. Asimismo, grupos de derechos civiles han denunciado censura y ya se han organizado protestas y desafíos legales.

Pasos de arcoíris en las calles Duval y Petronia, en Cayo Hueso, Florida, el 18 de agosto de 2025.

La controversia ha atraído la atención nacional, y algunos temen que pueda sentar un precedente más allá de Florida. Rand Hoch, del Consejo de Derechos Humanos del Condado de Palm Beach, calificó las órdenes como “claramente anti-LGBTQ” y acusó a funcionarios estatales y federales de “extorsionar a los municipios” con la amenaza de retirarles los fondos.

En Miami Beach, famosa por su vibrante comunidad LGTBIQ, este lunes en la noche hubo protestas contra la orden de borrar la cebra arcoíris de Ocean Drive y la calle 12, en el corazón de South Beach, emblema del orgullo gay de la ciudad. Miembros de la comisión municipal señalaron planes para apelar la orden o buscar una prórroga, y fustigaron al Estado por usar la justificación de seguridad como una excusa. La alcaldesa de Miami-Dade, Daniella Levine Cava, dijo que está “indignada”, y que estas instalaciones “reflejan los valores” de respeto y apertura.

En la vecina Fort Lauderdale, al norte, también hubo protestas el lunes. Allí, las autoridades recibieron instrucciones de quitar varios murales callejeros, diseños de arcoíris a lo largo de la zona de playa y algunos cruces peatonales, incluyendo uno en Sebastian Street sobre la autopista A1A, en el popular distrito de la playa gay. El alcalde Dean Trantalis, el primer alcalde abiertamente gay de la ciudad, rechazó de plano la justificación del FDOT, diciendo que se trata de “un intento de borrar la presencia de cualquier cosa relacionada con la comunidad LGTBIQ” y no un problema de seguridad. “Podría ser la comunidad gay este año, quién sabe qué será el próximo año”, advirtió el alcalde, sugiriendo que la ofensiva contra los símbolos del orgullo gay forma parte de una tendencia creciente de eliminar la diversidad en los espacios públicos de Florida.

La primera víctima de la medida fue el cruce peatonal frente al club nocturno LGTBIQ Pulse, en Orlando, en el centro de Florida, cerca de un monumento conmemorativo en honor a los 49 fallecidos en el tiroteo de 2016 en la discoteca, la mayor matanza en suelo estadounidense desde el 11-S. Fue pintado de blanco y negro en la noche del viernes pasado. Las autoridades de Orlando aseguraron que ni siquiera recibieron un aviso previo. El alcalde, Buddy Dyer, calificó el hecho como “insensible” y “un acto político cruel”.

Cebra frente a Pulse, uno de los lugares más importantes para la comunidad LGBTQ en Orlando, Florida. A la izquierda, en 2017 y a la derecha, el 21 de agosto.

En Cayo Hueso, una ciudad reconocida mundialmente por su orgullo LGTBIQ, las autoridades recibieron el 15 de agosto una carta del FDOT exigiendo borrar antes del 3 de septiembre las cebras arcoíris de las populares esquinas de las calles Duval y Petronia, en el centro del distrito gay de la isla. La carta incluso apunta a la posible “retención inmediata de fondos estatales” por “cualquier violación adicional”. Las autoridades de la ciudad solicitaron una audiencia administrativa el 3 de septiembre. La alcaldesa de Cayo Hueso, Teri “Dee Dee” Henriquez, dijo que la intersección no es una carretera estatal, además de que las pintorescas cebras “cumplen con los requisitos del FDOT” según el análisis de ingenieros, y que “no se han registrado accidentes en esa intersección debido a los cruces”.

En otra ciudad de la costa oeste de la península, St. Petersburg, donde hay cinco instalaciones artísticas de este tipo, las autoridades apelaron la orden. Pero el 24 de agosto el Estado negó la petición, y recordó a las autoridades locales que no eliminar los murales resultaría en la “retención de fondos estatales” para transporte. Tras la negativa, el alcalde Ken Welch anunció que la ciudad cumpliría y permitiría al FDOT eliminar el cruce peatonal arcoíris y los murales relacionados antes de la fecha límite del 4 de septiembre. Serán las cuadrillas del FDOT las que se encargarán de repintar la calle, pero la ciudad deberá reembolsar el costo. Ante la capitulación de las autoridades locales, muchos residentes protestaron y dijeron que pintarán los murales de nuevo con tiza.

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