Colin Allred, candidato texano al Senado: “Se prometió a los trabajadores que se centrarían en reducir sus gastos. Hemos visto lo contrario”
El político demócrata conversa con EL PAÍS sobre su estrategia para cambiar el rumbo del Estado, combatir un sistema político que considera corrupto y defender a la clase trabajadora

Ocho meses después de haber sido derrotado por Ted Cruz en la carrera al Senado, Colin Allred (42 años, Dallas) ha vuelto al ruedo texano. El político demócrata y exrepresentante a la Cámara (2019-2025), se sacudió y anunció hace unas semanas que se presentaría a las primarias de su partido para buscar volver a Washington en las elecciones de 2026. De ser elegido por su partido para la contienda, la misión sería desbancar al republicano John Cornyn, que lleva en el Senado desde el 2002. Allred es el segundo candidato que ha confirmado su postulación y por estos días de verano dominados por las catastróficas inundaciones que han dejado al Estado de luto, está recorriendo el vasto territorio de Texas, de Dallas a Houston, pasando por San Antonio y Austin, hasta la frontera de McAllen y Brownsville. Es el comienzo de una campaña con la que, por segunda vez, busca romper la hegemonía republicana de décadas entre los senadores de Texas en la capital.
El exjugador de fútbol americano y abogado de derechos civiles es un hombre bien conocido en Texas. Aunque perdió contra Ted Cruz, senador en Washington desde 2013, en las elecciones de 2024, Allred obtuvo una votación 5.5 puntos mayor que Kamala Harris en las presidenciales, lo que da fuerza a su perfil. Asimismo, las encuestas preliminares auguran que unas primarias republicanas cruentas entre el actual senador Cornyn y el fiscal general de Texas, Ken Paxton, lo pueden dejar particularmente bien parado de cara a las votaciones de noviembre de 2026, en las que los demócratas buscarán arrebatarle la ínfima mayoría
Allred conversa con EL PAÍS después de un evento en un centro comunitario de Houston abarrotado para ver hablar al imponente candidato vestido con camisa azul. “Quiero decirles que me postulo de nuevo por una razón: porque no me rindo y sé que ustedes tampoco”, dice ante los aplausos de un público que ya comienza a calentar los motores del próximo ciclo electoral.
Pregunta. Texas no elige a un demócrata para cargos estatales desde hace 30 años. ¿Qué hace diferente su plataforma para cambiar ese patrón? ¿Cómo piensa destacar en una primaria competitiva?
Respuesta. Soy texano de cuarta generación, así que conozco nuestra historia. Y también sé que mucha gente anhela un cambio. Debemos asegurarnos de que la gente sepa que no se trata solo de decirles, sino de demostrarles que estamos de su lado. Especialmente para la gente trabajadora que creció como yo, criado por una madre soltera, maestra de escuela pública, sabiendo lo que significa luchar. Quiero asegurarme de que todos en esa situación sepan que voy a luchar por ellos. Y luego me preocupo por nuestro Estado. Estoy en esto para asegurarme de que todos tengan la oportunidad de perseguir su versión del sueño americano. Y realmente creo que eso tendrá eco.
P. Usted habla de una agenda anticorrupción como eje central de su campaña. ¿En qué consiste y cómo planea aplicarla?
R. El problema con la corrupción es que no solo es mala, sino que le cuesta cara a la gente trabajadora. Eso lo vemos reflejado en las exenciones fiscales especiales y en este proyecto de ley que acaban de aprobar [la megaley fiscal de Trump]. Eso nos sale caro a todos. Y creo que también lleva a la gente a ser más cínica sobre nuestra democracia en general y a pensar que todos son delincuentes.
Por eso creo que debemos tener un plan muy específico para intentar que esto no vuelva a ocurrir, pero también para que la gente vuelva a trabajar, volviendo a lo que se supone que debe hacer: a las personas a las que representa, en lugar de a sí misma o a sus intereses particulares. ¿Cómo vamos a implementar ese plan? Bueno, se trata de generar apoyo público. No creo que sea muy difícil no apoyar ciertas medidas para así prevenir la corrupción. Cuando la gente vea que hay otra manera, eso cobrará impulso.

P. ¿Cuál es su propuesta para aliviar la crisis del costo de vida en Texas, especialmente en temas de vivienda, salud y transporte?
R. Estoy pendiente cada vez que vamos al supermercado, preguntándonos si tendremos suficiente para pagar lo que necesitamos esta semana. Sé por lo que está pasando la gente. En las últimas elecciones se les prometió mucho a los trabajadores que se centrarían en reducir sus gastos. En cambio, lo que hemos visto es justo lo contrario. Este proyecto de ley que acaba de aprobarse es un fracaso total, aumentará los costos para los trabajadores, dejará a la gente sin cobertura médica, todo para reducir los impuestos a los ricos.
Tenemos que abordar la crisis de asequibilidad desde todos los ángulos posibles. En cuanto a la vivienda, necesitamos más oferta. Cuando se trata de garantizar el respeto a la dignidad de los trabajadores, podemos asegurarnos de que reciban el salario que merecen, que obtengan el beneficio de su trabajo, y de responsabilizar a los especuladores que intentan mantener sus costos artificialmente altos.
Siempre he trabajado mucho en los costos de la primera infancia y el cuidado infantil, porque somos padres jóvenes, pero también porque sé que para muchos trabajadores uno de sus mayores costos es qué harán con sus hijos. Perdimos muchas guarderías durante la pandemia. Los costos de las que quedan han aumentado. Y el cuidado de la primera infancia es increíblemente caro y difícil para las familias trabajadoras. Aunque no parezca que forma parte de la crisis de la asequibilidad, ese es uno de los mayores costos que enfrenta la gente.
Tenemos que expandir la atención médica y reducir el costo. Demasiadas personas no tienen seguro médico, o si lo tienen, no pueden pagarlo. Y eso tiene muchos costos indirectos. La deuda médica sigue siendo una de nuestras principales fuentes de bancarrota. Eso no está bien. Este proyecto de ley dejará a 1.7 millones de texanos sin atención médica. Eso no está bien.
P. ¿Cuál es su postura sobre las armas?
R. Crecí rodeado de armas. Crecí yendo a campamentos donde aprendimos a manejar un rifle responsablemente. Pero estamos viendo demasiada violencia diaria e incidentes de tiroteos masivos, y hay medidas importantes que podemos tomar. Estas medidas solo se han evitado gracias a un sistema corrupto que se soborna para permitir intereses particulares, no para impedir que se aprueben medidas de sentido común. Eso es parte del problema de raíz: para lograr cualquiera de estas cosas, hay que abordar qué las impide.
A menudo volvemos a cómo se financia nuestra campaña, a cómo está roto el sistema y qué podemos hacer para restaurar esa estructura, que tu incentivo sea hacer lo correcto para las personas que representas, no para intereses especiales. Creo que podemos respetar la Segunda Enmienda y a la vez proteger a nuestros hijos.
P. Como primer candidato al Senado demócrata de raza negra, y además siendo padre, ¿qué significa para usted representar la diversidad de Texas?
R. Estoy increíblemente orgulloso de lo diversos que somos como Estado. Nuestra diversidad es una fortaleza para nosotros. No me postulo para ser el primer senador negro, simplemente estaría donde fui elegido. Pero espero que los niños puedan ver las cosas que he hecho, desde ser abogado de derechos civiles, a la NFL, a servir en el Congreso, hasta potencialmente ser senador de los Estados Unidos. Que sepan que fui criado por una madre soltera, que sepan que vengo de escuelas públicas, y que ellos también pueden hacerlo. Debemos establecer escaleras de oportunidades para que la gente pueda lograr sus metas. Si lo hacemos, entonces es su responsabilidad aprovecharlo. Pero, si no les brindamos esas oportunidades, entonces es nuestra responsabilidad haberlos frenado.
P. Texas está en el centro del debate migratorio en Estados Unidos. ¿Qué propone para mantener la seguridad fronteriza sin perder el respeto a los migrantes y a los derechos humanos?
R. Bueno, mi familia es de Brownsville, un Texas muy típico en la frontera entre Estados Unidos y México. Pasé gran parte de mi infancia allí. Y creo que necesitábamos hacer más para asegurar la frontera. Debemos tener una frontera segura, pero hacerlo de acuerdo con nuestros valores, tratando a las personas correctamente. Esos valores también significan que, cuando no lo hacemos, perdemos algo fundamental. Cómo tratamos a los demás dice más de nosotros que de ellos.
Tenemos un sistema de inmigración que no funciona y necesitamos una reforma integral que incluya la seguridad fronteriza. También el objetivo es sacar a la gente de la sombra y brindarles una vía hacia la ciudadanía, a quienes han estado aquí por un tiempo, han seguido las reglas y no han infringido la ley. Necesitamos proporcionar los recursos a un sistema tan deficiente que carece de suficientes jueces operativos y de la capacidad de procesar a las personas de manera oportuna para que podamos mantener nuestro sistema de asilo, que también refleja nuestros valores.
P. Respecto a las recientes inundaciones en el Estado, ¿qué propone usted para que la respuesta a estos desastres no reproduzca las mismas vulnerabilidades que se pusieron de manifiesto ahora?
R. Lo que he visto tras haber pasado seis años en el comité de infraestructura del Congreso es que, en lo que respecta a la prevención de emergencias, desastres y fenómenos meteorológicos extremos, es necesario contar con sistemas de notificación que se superpongan. Hay que tener sirenas, señales, notificaciones en celulares, todo lo posible para proporcionar información rápidamente en un momento crítico. Se ha visto que hubo algunas fallas en esa cadena. También es cierto que tuvimos puestos clave de personal que no se cubrieron. A veces pienso que algunos de estos puestos parece que sobran, hasta que llega la crisis y entonces se sabe que se necesitan.
Hay medidas de mitigación que se pueden tomar para garantizar que, si se trata de una zona que se inunda, se pueda intentar hacerla más segura. Pero creo que el primer requisito es comprender que nos enfrentaremos continuamente a fenómenos meteorológicos más extremos. Tendremos inundaciones y huracanes con mucha más frecuencia. Así que hay que estar preparados tanto para proteger a las personas como a la propiedad. Para mí, eso tiene que empezar por comprender y aceptar la ciencia que lo respalda.
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