Marta Flich: locura con hambre… y criterio

Intenten calcular la cantidad de palabras que pronuncia por minuto Marta Flich (Valencia, 46 años). Spoiler: si nos comparamos, saldremos perdiendo. Porque la rapidez con la que habla es asombrosa, como lo es su capacidad de hilar una y otra frase sin que le falte el aliento, con o sin guion. Es veloz la valenciana, como su carrera en los medios. Lo mismo le da televisión, que radio o prensa. Lo mismo le da presentar que ejercer como economista o actriz. En películas como La curva de la felicidad y Días de lluvia. En series como La que se avecina y Serrines, madera de autor. Es autora del libro Necroeconomía: el manual para entender la economía perversa, publicado por Grijalbo y con ilustraciones de Darío Adanti.

“Es extenuante”, dice de ella un amigo muy próximo de esos que aseguran al empezar a hablar que solo puede decir cosas buenas. También afirma que tiene carácter y que ante cualquier proyecto, una vez firmado, se vuelca muchísimo. “A estas alturas lo ha vivido todo ya, como buena valenciana”, bromea.

Cuentan que si ve algo que no le parece bien, lo dice sin marear la perdiz. Asertividad, lo llaman. Y si hay un charco delante y le apetece meterse, lo hará. Porque la Flich, que se definió una vez como “renacencista poliédrica” y cuyos verdaderos apellidos son Martínez Nebot, no se calla, parece tener siempre hambre. Que se lo digan a Andreu Buenafuente, que la entrevistó en 2017 en su programa Late motiv y puede que en la primera respuesta ya hubiera hablado de Donald Trump, la energía, Palestina e Israel y la prima de riesgo mientras el presentador sujetaba con la mano el papel con las preguntas y parecía incapaz de digerir todo aquello a la vez.

Licenciada en Economía por la Universidad de Valencia, tiene un Máster en Comercio Internacional por la Universidad de Delaware (Estados Unidos). De vez en cuando lo recuerda, cuando le viene en gana y también cuando la caverna le rememora alguna de sus parejas, como si hubieran sido de la caverna, y no suyas, o sacan las conclusiones de siempre sobre los métodos de las mujeres para ascender profesionalmente.

Se ha pasado los últimos seis años de su vida colaborando y presentando el programa de Cuatro Todo es mentira junto a Risto Mejide. “El primer año me hubiera echado yo misma”, dijo hace poco al hacer balance de esta etapa. Hace unas semanas anunció que lo dejaba. “Son seis años aguantándote. Después de tu madre, soy la mujer que más te ha aguantado. Soy tu relación más larga y me tengo que emancipar. Las cosas creo que hay que dejarlas en alto siempre. Es un programa que funciona como una moto. Me encantaría decir a dónde me voy, pero es que no lo sé”, le dijo a Mejide.

Ha presentado Gran Hermano VIP y Gran Hermano Dúo en Telecinco, también un reality en Max llamado Naked Atraction que consiste en lo que se deduce de la traducción: un programa de citas donde la cosa, fluya o no, se hace sin ropa. Un proyecto que recibió numerosas críticas y a las que respondió con un comunicado en su perfil de Instagram que terminaba diciendo: “Y así estamos, en un mundo donde convivimos y tenemos tristemente asumida la violencia machista, los asesinatos, las guerras, la desigualdad, los suicidios o los linchamientos, pero nos ofende ver partes de nuestro cuerpo que son ‘pecado’ porque nos han educado así. En cualquier caso, un signo de inmadurez”. En el texto afirmaba muchas más cosas, porque ya hemos dicho que habla mucho.

Algunos dicen de ella que es ambiciosa, que le pueden sus ansias de poder, que es “más de hablar con los directores que con los redactores”. Otros afirman todo lo contrario, que su pasión es su profesión, pero también su familia. Y que en el trabajo cumple como la que más. Lleva desde 2016 colaborando semanalmente en la versión española de The Huffington Post con una sección en video en la que comenta temas de actualidad, sobre todo económicos. “Hace todo a conciencia y se documenta, es muy perfeccionista con lo que dice y es muy firme con lo que no le gusta. Me alucina su capacidad de tener mil frentes abiertos y estar siempre conectada”, explica uno de sus compañeros del diario.

De Flich cuentan que es de las que siempre rema a favor de obra. ¿Que el periódico organiza un sarao? Allí estará dispuesta a remangarse. ¿Hay que sacar un programa adelante en un día de sequía informativa? Que se lo digan a Isabel Lobo, subdirectora del programa de Onda Cero Por fin, presentado por Jaime Cantizano. Cuando el jerezano presentaba las mañanas del fin de semana de la emisora de Atresmedia, el programa se llamaba Por fin no es lunes y una de sus secciones era Café con Flich. Lobo sustituía a Cantizano en vacaciones y no olvida aquella etapa en la que la valenciana hacía un repaso de la actualidad llamado Salsa Flich. “Lo suyo es el despiporre con criterio. Tiene ese tipo de risa que lo llena todo. Es camaleónica, se adapta a lo que haga falta”, afirma. Por eso tiene marcada en el calendario una fecha: el 1 de enero de 2019. “Vino a primera hora de la mañana y no sabíamos qué hacer. Se me ocurrió simular que estábamos con unas gafas puestas viendo el Concierto de Año Nuevo desde Viena. Y salió la actriz que lleva dentro, con esa capacidad de imaginación y reacción innatas en ella”. Lo pasaron bomba, dice. Otro despiporre.

José Luis Mora tiene un muy buen recuerdo de aquella obra —Crisis existencial en héroes finitos— en la que ella actuó y él dirigió. La conoció en el Festival Cortos con Ñ que organiza el propio Mora. “Aceptó presentar nuestra gala de entrega de premios y poco tiempo después yo me animé a dirigir mi primera obra de microteatro. Se lo propuse y aceptó inmediatamente. Era una obra de pocos medios donde todos hacíamos de todo y se implicó como el que más. Fue durante un mes, tres días a la semana y con seis funciones cada día. Una locura”, declara. Locura con criterio.