“¿50 Gigas? Pues yo, más”

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No importa que la mayoría de nosotros ni siquiera nos hayamos encontrado aún ante la tesitura de elegir si nuestro próximo reproductor DVD utiliza Blu-Ray o HD DVD. La guerra de formatos que mantienen Sony y Toshiba sigue adelante, y de los pasos que las dos compañías den estos meses es muy posible que dependa que nuestro voto de consumidores se vaya a uno o a otro. HD DVD tenía hasta ahora como principal baza su menor coste de fabricación, y Blu-Ray, su mayor capacidad (50 GB frente a 30). De momento, Toshiba anuncia que ya tiene en la línea de fabricación un disco de triple capa (los de 30 gigas son de doble) que supera al de Sony... en un giga. Y hasta aquí el parte de guerra, de momento.

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Dos noticias sobre China dominan la actualidad del día. En primer lugar, el anuncio velado (¿filtrado?) de que Microsoft planea introducir su consola de tercera generación en China. Al parecer, y siempre con sordina, responsables de la compañía han estado contactando ya con los proveedores de acceso a Internet (impulsores de eso que llaman evangelización tecnológica) con fabricantes de ordenadores personales y con las autoridades chinas para sondear cuál es su disposición... y qué tipo de juegos se autorizarán para su importación. Viene también el gigante asiático a esta página por otro anuncio que demuestra que el despegue tecnológico allí es fulgurante. La discográfica EMI y el buscador Baidu, muy popular allí, van a lanzar un servicio de música gratis en streaming (escucha en directo) financiado mediante publicidad, y trabajan ya en la descarga previo pago.

Tercero

No terminamos el repaso del día sin recordar antes que The Burning Crusade, la expansión del popular World of Warcraft ya está en la calle, y sin hacernos eco de la que se ha levantado en Reino Unido por el servicio de alerta antiterrorista (vía SMS e e-mail) que el MI5, los servicios secretos de interior de ese país, han puesto en marcha, y que se anunciaba la semana pasada. Para recibir esa alerta, el MI5 solicita el registro en su web. Pues bien: la cosa es un desastre. Resulta que los datos de quienes se suscriben no se encriptan, y para colmo se transfieren a una empresa desconocida, que utiliza servidores radicados en Seattle, en los Estados Unidos. Una nota legal para terminar: el fin de erradicar la pornografía infantil no justifica los medios. Que se lo digan si no a un joven norteamericano de 16 años que a punto estuvo de ir a la cárcel por el simple hecho de que su ordenador era pasto de virus y troyanos, utilizados por los verdaderos criminales. Brandy, que así se llama, escapó de ir a la cárcel sólo gracias a que se declaró culpable de un cargo menor, que sí había cometido: compartir material de la Playboy con otros menores de edad. Lamentable.